Querido Alaric

Capítulo once

A pesar de que ya lo sabía, Brigitte sintió un agudo dolor en el pecho cuando abrió el buzón y vio aquel sobre amarillo.

Temblorosa agarró éste y otra carta y volvió a entrar en la casa.

Se apoyó en la fría encimera de la cocina y abrió la correspondencia.

Apartó la mirada rápidamente al leer las palabras"Lamentamos comunicarle". Ya sabía lo que iban a contarle, así que arrugó el papel furiosa e impotente y lo tiró a la basura sin leer el resto del contenido.

De nada le serviría que alabaran el buen trabajo de Alphonse en batalla; eso no iba a traerlo de vuelta.

Salió a la calle para respirar un poco de aire. Hace días que no salía de casa, y sentía que iba a volverse loca.

Aún caminando, sonrió al ver el remitente de la otra carta y la abrió ansiosa.

Pasó la vista rápidamente por aquellas líneas y se llevó una gran sorpresa.

¿¡ Alaric iba a desertar ?!

Se mordió el labio preocupada. Si llegaban a encontrarlo...

Apartó los malos pensamientos de su cabeza y siguió leyendo.

Espero que lo entiendas, no puedo seguir aquí.

Caminaré durante días (no te preocupes si no contacto contigo por un tiempo) hasta el pueblo más cercano, y de una forma u otra encontraré la forma de llegar a Bonn.

Sé que apenas nos conocemos, Brigitte, pero eres lo único que me impulsa a seguir vivo.

Verdaderamente te necesito, y como amiga, me gustaría que vinieras a América conmigo. Allí podríamos empezar de nuevo, sin guerras, sin tantas restrinciones. Seríamos felices de nuevo.

Con cariño,
Alaric.