Capítulo veinticuatro

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Cuando Brigitte se despertó, casi pegó un grito del susto.

Suspiró al recordar, que el hombre que dormía abrazándola a su lado era aquel al que había estado esperando tanto tiempo.

Con cuidado, se deslizó ágilmente por debajo de su brazo y salió de la cama para ir al lavabo.

Cuando volvió, sin poder evitarlo, dio un pequeño paso hacia delante y examinó el rostro del hombre.

Una boba sonrisa se extendió por su rostro al verle dormir como un niño, con el pelo todo revoltoso, los labios entreabiertos y la expresión relajada.

Sus párpados se abrieron y dos ojos color miel se encontraron confusos con los suyos.

- ¿ Me estabas viendo dormir ?

Brigitte se incorporó avergonzada, y clavó la vista en el suelo mientras sentía sus mejillas encenderse.

Él no lo comentó, se limitó a mostrar una sonrisa y se levantó con un pequeño bostezo.

- Le he preparado un baño - le indicó ella mientras le guiaba hacia el lavabo - supuse que estaría cansado.

- Muchas gracias, te lo agradezco - dijo con la voz ronca, y se dió la vuelta para decirle algo antes de desaparecer en el baño - Ah, Brigitte, háblame de tú. No es que seamos unos completos desconocidos.

La puerta se cerró, y Brigitte suspiró aliviada apoyándose en la pared. Era tan atractivo...

Iba a ser más difícil de lo que creía vivir con él por un tiempo.

Querido AlaricDonde viven las historias. Descúbrelo ahora