XV.

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—¿Finalmente has decidido volver con nosotros? —pronuncié graciosa cuando vi a Dexter caminar hasta Ezra y a mí, que habíamos decidido sentarnos un rato en la barra puesto que la pista de baile era sofocante. Después de aquel encontronazo con Denix, había vuelto junto a Ezra sin nombrar nada de lo ocurrido, a pesar de que una parte de mí se sentía insegura.

—He tenido demasiada acción con esa chica —dijo encogiéndose de hombros con una sonrisa de lado y cogió el vaso que Ezra iba a llevarse a los labios para dar un sorbo de este él mismo. Su hermano pequeño rodó los ojos, pero dejándole que lo hiciese.

—¿Con esa? —repetí, resaltando la parte en la que él había dado ímpetu.

—Esa, ¿quién dice que no pueda haber más? —Se sacudió la camisa con arrogancia y eché mi cabeza hacia atrás mientras reía.

—Quiero saber cómo lo haces —hablé mientras ladeaba la cabeza observándole y Ezra se levantó del taburete poniendo ambas manos sobre su cintura.

—Simplemente, se trata de mirar a la tía y decirle "eso sí es carne, y no lo que mi madre le echa al estofado" —Ezra hizo una mala imitación de la voz de Dexter, y reí junto a ambos, sin saber si era por la frase o por la actuación de Ezra.

—Esa frase ni siquiera es mía —Dexter reprochó aún sonriendo ante lo que su hermano acababa de hacer.

—¿Recuerdas a aquella chica de Texas? —nombró Ezra y Dexter asintió como si acabase de recordarlo.

—Oh, vamos, pensaba que era una pueblerina, y sé que a ellas les gustan este tipo de palabras —justificó y negué mientras mi risa volvía a aparecer.

—Hablo en serio, quiero verlo en directo. —Revoloteé mis ojos e hice un puchero, intentando convencer a Dexter, el cual no necesito mucho más para acceder. Carraspeó la garganta y saltó varias veces en el sitio, como si estuviese preparándose para algo más que un simple flirteo. Caminó hasta una chica que había a nuestro lado de la barra.

—Hola, preciosa. —La chica giró su cabeza para mirarle y entonces mis ojos se abrieron, era Riley la que estaba tomando algo sola en aquella barra del bar. Riley, la novia de Cara hasta hacía apenas un mes, se encontraba allí, y a pesar de que sentí la necesidad de decirle a Dexter que nada tenía que hacer tratándose de que su orientación sexual era totalmente opuesta a lo que él pensaba, dejé que siguiese, así como también le dejé continuar cuando quiso conquistar a Cara. —Creo que me debes una bebida. —Una ceja de Riley se enarcó y reí en mi interior, ella siempre había sido muy seca y fría, casi mordaz, y solo esperaba que Dexter no se pasase con sus métodos de seducción pues podría acabar con algún moratón.

—¿Ah, sí? ¿Y eso por qué? —pronunció Riley mientras le observaba con cierta curiosidad, pero diversión y frialdad en su rostro.

—Porque he tirado la mía mientras te estaba mirando —dijo Dexter mirando al suelo para volver a posar sus ojos sobre ella cuando la frase terminó, la mirada de Dexter no debería haber fallado, en verdad, creo que así realmente como conseguía a las chicas, y no por sus frases baratas.

—Oh, claro, puedes tener esta. —Riley levantó la copa que estaba bebiendo con una sonrisa cínica y antes de que pudiese llegar a Dexter para apartarle de lo que venía, ella ya le había derramado el alcohol encima, produciendo que maldijese mientras Riley tan solo se mantenía sonriendo orgullosa cruzada de brazos.

—¿Se puede saber qué...? —Dexter comenzó a gritarle, pero ella comenzó a caminar lejos de él, a la vez que Ezra fue hacia su hermana, yo corrí detrás de Riley.

—¡Eh, Riley, espera! —la llamé, provocando que se girase a verme justo a la salida del bar.

—Indie, ¿qué haces tú aquí? Oh, dime que no tienes nada que ver con ese imb...

Inferno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora