Inferno.

XXXIII.

(Previamente en Inferno: el padre de Indie ha fallecido. Indie se acostó con un camarero llamado Harry Wilson. Denix intentó violarla sin llegar a hacerlo y esta pidió ayuda a Miles. Dexter y Ezra son los hermanos amigos de Indie, el primero va a su misma universidad. "Un infierno de hielo" es el ensayo que Indie hizo sobre Miles como trabajo de la universidad, por el que se acercó a él en primer lugar al comienzo de la historia)

—Ay —me quejé cuando terminó de de darme un punto a la brecha que Denix había provocado en mi cabeza al empujarme contra la pared. Miles había venido a por mí quince minutos tras mis llamadas y, a pesar de haberme encontrado hecha un mar de lágrimas, no le había hecho falta preguntar de quién era la culpa de mi estado en esos momentos, llevándome a casa manteniendo la mandíbula tensa durante todo el viaje y las manos agarrando fuertemente el volante, casi al borde de doblarlo. En su piso rápidamente se había dirigido hacia el botiquín de primeros auxilios haciéndome saber que tenía que coser la brecha de mi cabeza, provocándome entrar en pánico siendo pero decidiendo dejarle hacerlo mientras las lágrimas caían por mi rostro de dolor.

—¿Te duele mucho? —preguntó y, por un momento, pensé que realmente se estaba riendo de mí.

—No, estoy acostumbrada a que me cosan la cabeza todos lo días —respondí casi enfadada.

—Vaya, pensaba que el de la ironía punzante era yo, además, no te he cosido toda la cabeza, ha sido únicamente tres puntos —decidí no contestarle y, después de dejar todo lo que había utilizado en la mesa de al lado, caminó hasta mí nuevamente, sentándose a mi lado y observándome—. Necesito que me cuentes exactamente lo que ha pasado. 

—Sabía que estaba allí, Miles, siempre sabe donde encontrarme... —fueron mis únicas palabras y sus manos sostuvieron las mías que, sin saberlo, se encontraban temblando. 

—Estabas en nuestro barrio, Harris... Denix controla la mitad de él, siempre que pongas un pie allí, alguien irá a informarle. —Se encogió de hombros como si tuviese que esperarme aquello. —¿Y qué pasó? 

—Se acercó, intenté alejarme de él, salí del bar y me persiguió, acorralándome... —me callé por unos segundos tragando saliva—, intentó forzarme después de una pequeña paliza, pero en el último momento paró, recordándome que aquello iba a pasar cuando él decidiese, que la próxima vez no iba a parar. —Las manos de Miles que habían continuado sobre las mías hasta entonces, se alejaron, se levantó del sofá dirigiéndose a la pared  y le observé llevar sus manos a la cabeza a la vez que podía escuchar su respiración agitada. Finalmente, uno de sus puños para golpeó la pared y apoyó la cabeza sobre esta mientras maldecía algo que yo no llegué a entender. 

—Mierda. Voy a matarle, Indie, te juro que voy a matarle —dijo cuando finalmente se separó, aún caminando por la habitación sin fijar sus ojos en mí —No sé qué cojones estoy sintiendo, pero es una puta basura —confesó y ladeé la cabeza.

—¿Impotencia? —quise averiguar pero no obtuve respuesta.

—La única puta cosa que tenía que hacer era mantenerte jodidamente alejada de él —masculló entre dientes—, me siento tan inútil. 

—Si no hubiese bebido, hubiese podido defenderme —rebatí en mi propia defensa.

—Sí, claro, porque funcionó bien última vez —resaltó con ironía, trayendo a mi mente aquella vez en el gimnasio en la cual peleé contra él y me acabó dejando inconsciente. 

—Quizá tenga que mejorar en ese aspecto, pero no tienes que sentirte responsable de mí.

—No me digas qué puta mierda tengo que sentir o hacer, Harris. —Rodé los ojos ante sus palabras bajando mi mirada. —No entiendo que santa mierda está pasando entre nosotros, ni por qué parece que los putos papeles se han tornado, ¿por qué ahora soy yo el que intenta de maneras que ni siquiera sabía que se podían contenerte y eres tú la que está presionándome hacia atrás una y otra vez?