XXVII.

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Abrí los ojos cuando un gran dolor me recorrió todo el cuerpo, estaba en una cama que no debería ser mía pues el techo de la habitación no lo había visto nunca, y fue cuando miré al lado y observé como Shawn se encontraba sentado en el suelo, recostando su cabeza en la cama y con una mano entrelazada a la mía. Le miré con más detenimiento asegurándome de que realmente estaba dormido y sonreí de ternura, me incorporé un poco, notando una molestia en mi estómago y un gemido de dolor se escapó entre mis labios.

—Indie —Shawn pronunció abriendo los ojos y mirándome tan rápido como me había quejado. 

—¿Qué pasa, niñato? —saludé como siempre hacía, y mi voz salía más ronca de lo que debería haber sonado. No obtuve ninguna respuesta de su parte puesto que casi se abalanzó sobre mí, envolviéndome con sus brazos para atraerme a él de la manera más delicada que pudo. 

—Shawn, eh, Shawn, vas a romperla. —Oí la voz de voz de Ezra y observé como se encontraba apoyado en el marco de la puerta, mirándonos desde allí con una sonrisa de compasión en su rostro. 

—Lo siento —susurró Shawn a la vez que se separaba de mí. 

—Tienes que dejar de repetírmelo una y mil veces, te he escuchado cuando me lo has dicho estando en la pelea —le dije y miró a otro lado, sin poder mantener su mirada sobre la mía.

—Es que ha sido mi culpa, tú... todo ha sido por mí.

—Escucha —quise que me prestase atención pero sus ojos seguían huyendo de los míos—, Shawn, mírame. Nada de esto ha sido tu culpa, yo quise pelear por ti, yo decidí que lo haría y te cuento un secreto... No me arrepiento de ello, volvería a hacer que me pateasen el culo solo para que tú siguieses a salvo —confesé y observé como los ojos de Shawn se iluminaron, casi como si mis palabras estuvieran a punto de hacerle llorar.

—Lo cierto es que si que te patearon el jodido culo. —La voz de Dexter se escuchó en la habitación y observé como este entraba en ella, pasando al lado de su hermano hasta llegar hasta mí.

—¿Cómo habéis sabido lo que pasaba? —quise saber mientras Shawn seguía junto a mí, aún sosteniendo mi mano. 

—Shawn nos llamó —miré al moreno que se encogió de hombros.

—No entendí lo que estaba pasando en tu piso hasta que salí y no os encontré allí, supe que ibas a hacer una locura de las tuyas, así que como te habías quedado en casa el móvil, usé mis conocimientos para desbloquearlo y llamar a Ezra, te he oído a veces hablar de ambos —se refirió a los hermanos O'Donnell, sonreí a la vez que revolvía su pelo.

—Eres un crío listo —bromeé mientras él se quejaba de mi mano en su cabeza.

—Estás malditamente loca, Indie Harris —Ezra volvió a hablar ladeando la cabeza mientras me observaba y sonreí de nuevo encogiéndome de hombros—, lo que no puedo entender es como Miles dejó que te metieras en algo así, realmente quiero...

—Partile la puñetera cara, para empezar, luego seguiría con las demás partes de su cuerpo, ¿en qué cojones estaba pensando el maldito desgraciado? —Dexter interrumpió a su hermano para continuar su frase añandiéndole un par de palabrotas más—. Y encima es tu jodido entrenador —se dirigió a Ezra—. Está metido en mierda que realmente apesta, debería estar en la puñetera cárcel. 

—Él solo necesitaba a alguien que pelease por Shawn —le excusé sin tener razones para ello, o ni siquiera fue una excusa, solo fue lo que pasó, Miles me había dejado saber que yo no le importaba y dejarme pelear por Shawn era algo que no le afectaba, solo necesitaba a una persona, y esa persona fui yo.

—Si tanto necesitaba a alguien, que hubiera peleado él... —La mandíbula de Ezra se tensó. —No creas que pienso que seas débil como para pelear, Indie, posiblemente me knockearías en el segundo asalto, pero joder, él sabe que la gente que se mete en esa clase de mierdas está dispuesta a matar por salvar su culo, ¿y te deja a ti someterte a eso? Mierda, está loco, está enfermo —pronunció con rabia en sus ojos y no quise hacer comentarios al respecto, no es como si Miles tuviera que sentir compasión por mí, había aceptado hacía tiempo que su corazón se encontraba tan frío que a penas podía latir. 

Inferno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora