XXIX.

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—Vámonos de aquí, Shawn —rogé mientras observaba como el moreno se pegaba más a la puerta para escuchar mejor de aquella última frase.

—¿Acabas de escuchar eso? —dijo mientras tiraba de su camiseta hacia los vestuarios para coger las cosas y largarnos de allí.

—Es igual —le resté importancia mientras seguía arrastrándole fuera de allí.

—Pero...

—Shawn, he dicho que es igual.

             (...)

Aquella mañana había dado el paso por fin y aceptado la publicación en la revista de "Un infierno de hielo" realmente no sabía si lo que había sentido al hacerlo habían sido nervios por saber donde aquello podría acabar o era la voz en mi cabeza que no paraba de repetirme que iba a arrepentirme, aunque esta solo hablaba por la parte de mí que sentía compasión hacia todo el mundo, hacia todo el mundo menos hacia mí. 

—Me alegro de que hayas dado el paso, seguro que de aquí saldrá algo grande... J. K. Rowling como mínimo —dramatizó Ezra el cual me había esperado fuera de clase tras entrar a ver al profesor para acceder a la publicación. 

—Como mínimo, sí... —Negué con la cabeza y continuamos caminando a la cafetería donde, como todos los días, todo el mundo fijó sus ojos sobre nosotros nada más entrar, y al tiempo que hacían esto, los ojos se posaban también sobre Taylor que nos miraba con furia desde su mesa de siempre, de reojo observé como Ezra sonreía de lado y fue entonces cuando su mano cogió la mía, entrelazando nuestros dedos.

—Démosles lo que quieren —pronunció sin mirarme y no pude evitar fruncir el ceño mientras nos dirigíamos a la mesa.

—¿Qué acaba de pasar, Ez? —quise saber cuando nos hubimos sentado en la mesa con la comida en nuestras bandejas.

—Solo estaba metiéndome en el papel, seguramente en la universidad tiene que haber un rumor recién empezado de que estamos juntos y también estás embarazada, solo estaba avivándolo, me gusta sentarme y observar el drama. —Se encogió de hombros llevándose una patata frita a la boca y enarqué una ceja.

—No sé si te has enterado, pero el drama es hacia nosotros —dije y sonrió.

—¿Y acaso no es eso lo más divertido? —Negué nuevamente la cabeza riendo suave.

—Eres un imbécil. 

             (...)

Me encontraba llegando a casa cuando mi móvil comenzó a sonar y descolgué la llamada sin saber de quién era el número iluminado en mi pantalla. 

—¿Indie? —una voz femenina se escuchó al otro lado de la línea y fruncí el ceño, me resultaba familiar pero no sabía de qué. 

—Sí, ¿quién eres?

—Soy Valerie —respondió sacándome de dudas. 

—Hola, Val, ¿pasa algo? ¿Está Shawn bien? —quise saber puesto que me estaba confundiendo su llamada o como había conseguido mi número. 

—Sí, sí, no te preocupes. Te llamaba para ver si podías hacerme un favor, a West y a mí nos gustaría salir esta noche, hay una pequeña fiesta de Abadon y West está empeñado en que vaya, y como tú conectaste tan bien con Troy... Me preguntaba si podrías quedarte esta noche con él, te pagaré bien, lo prometo —sugirió—, además, Shawn estará aquí, puede ayudarte, pero no quiero dejarle a él solo con Troy, es demasiado travieso para un adolescente como Shawn. 

—No te preocupes, ¿sobre qué hora quieres que vaya? —Y podría jurar que la sentí sonreír. 

—¿A las nueve estaría bien? 

Inferno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora