Capítulo 17

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Es una mierda estar encerrada, ahora me gustaría poder largarme de esta habitación y alejarme del estúpido chico de los ojos azules. Quién se cree que es para hablarme así. Se perfectamente que no debería hacer ninguna tontería pues mi hermana lo pagará, pero no he podido resistirme ante el reto. Mientras imaginaba la mejor forma de derribarle ha sido como si una puertecita se hubiese abierto en mi mente.


Ese estúpido chico no para de mirarme, como siga así narizotas no va a ser el único en probar lo bien que se me da derribar a la gente. Es muy frustrante.

− ¡Quieres dejar de mirarme! – estallo al cabo de unos minutos.


Me dirijo a los baños y cierro, detrás de mí, la puerta con un sonoro portazo. Los malditos cubículos no tienen cerrojo asique me siento en el suelo apoyando la espalda en la puerta y meto mi cabeza entre las rodillas. Tras el portazo he oído al chico correr hacia mí.

− Naira abre la puerta – me ordena.

− Si tanto sabes sobre este sitio deberías saber que la puerta no tiene cerrojo, por lo que la puerta está abierta.

− Comportándote así no me dejas ayudarte, y abre la maldita puerta.

− ¡¿Que parte no entiendes de que la puerta está abierta?!

− Muy bien, tú lo has querido... − después de decir esto se oye un ruido, como si estuviese escalando. Asoma la cabeza por encima del cubículo y me dice – o abres la puerta o entro yo y la abro.

No le respondo sigo vuelvo a agachar la cabeza y coloco nuevamente entre mis rodillas. Oigo un golpe seco, es muy bastardo ha saltado dentro del cubículo. No me hace falta moverme para saberlo pues siento su aliento en mi cuello cuando me dice que me levante.

− ¿Qué te hace pensar que voy a obedecerte? – digo.

− Que sino no podrás ver a tu hermana en una semana – responde amenazándome, amenazándome con mi punto débil.

− Muy bien – me levanto y le digo – ya me he levantado, ¿feliz?, espero que sí. Ahora llévame a hablar con Jason Bates.

Se empieza a reír − ¿Tú no eres la que da las ordenes?

− ¿Entonces, para que me lleves a ver a Jason Bates tengo que darte una paliza? ¿Así cuándo me diga mi castigo tendré la oportunidad de hablar con él? – como respuesta bufa. Es realmente divertido sacarle de quicio.

− Bien, te llevaré con Bates, pero que no sirva de precedentes. Y que no se te vuelva a ocurrir amenazarme – dice apretando la mandíbula – Si no fuera por mí, tu hermana habría sido castigada cuando te escapaste. Naira, quizás no recuerdes, pero soy tu único aliado aquí.


Por un lado quiero confiar es sus palabras, pero no recuero nada, cuando me sonríe se me olvida todo de nuevo, solo quiero saber su nombre.

− ¿Me vas a decir cómo te llamas? ¿Cómo voy a confiar en alguien que ni siquiera quiere decirme su nombre?

− Me llamo...


Mar de arena [En pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora