Despierto con el ruido que hace el resto al prepararse para su día. Lo primero que hago al abrir los ojos, es dirigirlos a la cama de Julián, pero él ya no está. Supongo que estará dándose una ducha.
No tengo energía alguna para levantarme, me duele la cabeza tanto que parece que me vaya a explotar y a pesar de estar arropada hasta la nariz estoy temblando de frío. No creo que esto sea normal.
Veo el pelo naranja de Melisa acercarse esta mí.
− ¿Qué te ocurre? ¿Por qué no te has levantado aún? – pregunta. Aunque en realidad solo quiere cotillear y lo pregunta con falsa inocencia.
− Tengo frío. No es nada – digo a la vez que trato de hacer que no me castañeen los dientes. Carolina también se ha acercado hasta mi cama y al oír mi respuesta coloca su mano en mi frente. Me siento incomoda de que me toque la frente, el único que lo había hecho hasta ahora había sido Julián, cuando deposito un beso de buenas noches.
− ¡Estas ardiendo! – exclama Carolina.
− Deberías ir a la enfermería – añade Melisa con algo de preocupación en su voz.
Carolina mientras se acerca al panel de la puerta, donde hay que introducir los códigos para que se abran y de reponte se oye la voz de una mujer. Carolina le explica mi estado y la voz en off dice que mandará una enfermera a que me eche un vistazo, también añade que el día del resto debe transcurrir con normalidad.
Giro mi cabeza hacia la puerta de los bajos y veo a Julián salir. Aún lleva el pelo mojado, así parece más oscuro de lo que realmente es. Me mira y sonríe, pero es una sonrisa triste, parece que no ha logrado descansar demasiado. Avanza hasta su cama donde deja todo para acercarse a la mía.
− ¿Estas bien? – me pregunta, mas es Carolina quien responde que ya ha regresado de hablar por la pantalla – No, tiene fiebre. Debemos dejar que descanse. Ahora vendrá una enfermera a verla – añade cuando ve que Julián va a abrir la boca. Él asiente, me vuelve a sonreír y regresa a su cama. Carolina y Melisa también se alejan de mí.
Todos se marchan como cada día, solo que esta vez yo no les acompaño. Al cabo de un rato llega una enfermera. Una un termómetro para medir mi temperatura corporal que es de 38'8º. Más alta de lo que debería. Deja unas pastillas sobre el arcón y dice que tome una con cada comida que me traigan y que debo descansar, luego añade, que es muy importante que beba mucho agua. Ella va a mandar a un guardia a vigilarme, para que no me ponga peor y ese guardia me traerá una botella con agua, así como el desayuno.
Cuando se marcha estoy decidida a hacer caso a sus consejos, ya que anoche no dormí demasiado y necesito recuperar el sueño perdido. Anoche. Aún no logro creerme las palabras de Julián. Tengo diecisiete años, y estaba prometida, ¿no soy demasiado joven? Al recordar las palabras recuerdo como me sentí cuando me lo contó y no puedo contener las lágrimas. Llorando me quedo dormida.
Al despertar veo que hay alguien, no veo su cara, está dándome la espalda. Ahora me encuentro mejor. Carraspeo para hacerle saber que ya estoy despierta. Al girarse veo que es Dylan. Preocupado se acerca hasta mi – ¿Estás bien? ¿Tienes los ojos rojos? – pregunta.
Yo le explico que debí quedarme dormida llorando, pero no le cuento el motivo. Me pasa el termómetro, ahora mi temperatura está dentro de los límites. Me acerca un plato, es la comida, no me despertó para tomar el desayuno. Me tomo la pastilla así como la comida y varios vasos de agua. Vuelvo a encontrarme físicamente exhausta.
− Dylan – le llamo incorporándome de la cama – ayúdame a levantar el colchón, no creo que yo sola puedo.
El me ayuda al comprender que lo que he escondido en un sitio tan obvio es el azul cuaderno. No dice nada. Se vuelve a alejar una vez que estoy sentada en la cama.
Abro el cuaderno y veo mi nombre en un papel suelto, al girarlo me doy cuenta que es una foto mía. Paso la página y comienzo a leer.
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Hola! ¿Qué dudas quereis que Naira resuelva al leer su diario azul? Si te ha gustado el capítulo, estrellita; si te gusta la historia no dudéis en hablarle a tus amigos de ella ;) Espero vuestras opiniones en los comentarios .
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Mar de arena [En pausa]
Roman pour AdolescentsAcabo de despertar, estoy desorientada, cansada, pero necesito ponerme en pie. Solo veo arena, arena y más arena. Es cálida, tostada y parece un desierto. Me pongo en pie, tan solo sigo viendo arena. Portada hecha por @wattpcovers ____________ Regis...