Capìtulo 2

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Ella:

Tenìa que olvidarme de todo, esto me estaba matando, no quería pensar mas en mi mieloma múltiple, ni tampoco en que por eso me había dejado Miguel, quería distraerme y...el imbécil de Miguel me estaba llamando.

-Pensè que no querías volver a verme.

-Eres una inmadura.-dijo gritando.

-¿Disculpa? Tu eres el inmaduro, me terminas y ahora llamas para joderme.

-No te hagas la tonta...sabes de lo que te hablo.-se estaba pasando.

-Escúchame mari...-me interrumpió

-Escúchame tu a mi, no se que tan obsesionada estabas conmigo, pero no porque yo te deje tenias que venir a cagarme el carro, ven y arreglalo.

-Mira imbécil, yo no hice nada, y si tu tienes problemas con otras personas, no es mi asunto, no me molestaría en cagarme tu carro, tienes bastante contigo mismo.

-Yo no tengo problema con nadie, y vaya mensaje tan estúpido que dejaste, aunque de ti no se puede esperar mas.

-No me sorprende que te hayan hecho eso, bien merecido te lo tienes, no seria raro que cada persona que te conozca sienta repudio apenas abres esa boca, lo único que haces con ella es escupir mierda. Adiós.-estaba apunto de colgarle pero tenia que decirle esto.-Y para tu información:  se lo hubiese dado a cualquiera...menos a ti.-y colgué, agradecía a la persona que haya hecho lo que sea que hizo, el muy idiota se lo gano, ahora mas que nunca deseaba que lo jodieran, por ser tan...¡Claro!, debieron haber sido esos tipos que vi ayer en el estacionamiento, los había visto muy pocas veces cuando iba por Miguel a su universidad después de  mis clases, vaya tonta que era, ir a recogerlo...como sea, ellos debieron haberle hecho eso, no eran tan malos después de todo, y lo que sea que les haya hecho Miguel debió ser terrible, porque hace poco me dijo que se había deshecho de un gran estorbo que tenìa en la universidad...vaya idiota. Era sábado, luego de que Esteban me despertara porque ya le dolían las piernas me percatè de que eran las diez de la noche, el dijo que se acostaría en mi cama, yo quería salir así que le pedí a la vecina, una niña de trece años que amaba el dinero que lo cuidara esa noche, accedió complacida, y con lo de mi hermano resuelto, llamè a Adriana para saber si le apetecía hacer algo.

-Adrianita...-la saludè animada.

-Laura Quiñones Moreno, has resucitado...¿Vas a salir conmigo hoy?-se me adelanto.

-¿Dónde nos vemos?

-En Opera Bar Bogotà.-me dijo ella con un acento sùper sofisticado.

-¿El de la zona T?-escucho un Ajà al otro lado de la línea, cuelgo y me pongo unos jeans oscuros ajustado, una blusa blanca que deja un poco a la vista mi pecho, un chaleco que combina con el pantalón y unas botas oscuras de tacón, no soy fan del maquillaje asì que no me pongo, luego tomò un taxi y me voy. 

Al llegar me encuentro a Adriana en la puerta del bar, està muy guapa, luciendo sus curvas de ataque y con una falda que deja a la vista sus piernas, entrenar patinaje por cuatro años dejo frutos.

-Hola linda.-me saluda con un beso en la mejilla.-Te ves bien. ¿Cómo te sientes? ¿Por qué no viniste con Miguel?

-Luego te cuento, es una larga historia...no quiero hablar de nada malo hoy, vamos y me invitas el primer trago.-empiezo a ingresar al bar pero Adriana me toma del brazo y me detiene.

-Lau...vinimos a bailar, no voy a dejar que tomes, sabes que no es bueno para ti.-yo me limitò a rodar los ojos y entrò al bar de todas formas. Nos sentamos en la barra y la mesera que tiene un piercing en el ombligo nos pregunta que deseamos, me veo obligada a pedir una Sprite en lugar de algo que en verdad quiera y que me haga pensar en otra cosa que no sea Miguel, o mas bien, la causa de que me dejara. Un tipo sacó a Adriana a bailar y yo me quedè sola en la barra, me recogí el pelo en un moño desordenado y me puse de pie, aunque permanecí al frente de la barra.

-Quítate.-una voz masculina sonó detrás de mi, al girarme me encontré con el tipo del estacionamiento.-¿No me oíste? Qui-ta-te.-señalo cada silaba, yo me gire bastante enojada y me tope con unos ojos marrones que me miraban divertidos.

-Toda la barra està disponible y te metes justo donde yo estoy, que tonto.-dije riéndome y girándome de nuevo dándole la espalada, comencé a beber mi sprite que tenia poco mas de la mitad pero el me la arrebatò.


El:

No me pude contener, quise fastidiarla, cuando vi que tomaba su Sprite se la quite y comencé a beberla, ella trato de alcanzar pero yo me girè un poco y la detuve con un brazo, al lado mio se veía un poco pequeña, no debía medir mas de 1.65, cuando la Sprite tenia poco contenido la deje en la barra.

-La quieres, ahí està.-ella rodó los ojos.-¿No la quieres?, vale.-me tomè lo poco que me quedaba, hice que girara tomándola por el mentón, la solté pero ella sostuvo la mirada, se veía muy sexy con ese moño desordenado. La camarera me vio y con una sonrisa coqueta me pregunto que quería, yo pedí un mojito.-Anotalo a su cuenta.-señale a la castaña de ojos verdes y escuche que ahogaba un grito de sorpresa, me miraba con desprecio.-Invítame uno.-le guiñe un ojo, recibí mi mojito y me alejè, empece a caminar hacia la pista y de la nada la chica me arrebatò mi copa y se la bebió de un trago.

-Yo lo pago, yo me lo tomo, ¿Vale?-me dijo fulminándome con la mirada.

-Relájate un poco, te voy a invitar otro para que te calmes, ¿Te parece?-ella asintió y caminò hacia la barra.

-Quiero un Adelita por favor.-la camarera lo preparo rápidamente, y ella comenzó a bebérselo rápidamente, cuando lo acabo me preguntò con la mirada si podía pedir otro, tenia dinero, así que accedì, la camarera lleno de nuevo la copa, la chica iba por la mitad cuando una rubia apareció y le quito la copa.

-Laura...¿Qué carajos haces?¡Te puedes matar!-le dijo ella muy molesta.

-Cálmate Adri...mas bien conoce a mi nuevo amigo, es un imbécil que trata de hacer que hoy tenga sexo con el ¿No es tierno?-contestò...¿Laura?, bonito nombre...la chica girò y me miro de arriba a bajo con furia y los ojos bien abiertos.-Adriana te presento a...-

-Felipe.-contestè con una sonrisa.

-Escúchame Felipe-dijo Adriana alzando mucho la voz-Ella no bebe, ¿De acuerdo?, y si le vuelves a invitar un trago te juro que vengo y te mato. ¿Me entendiste?-esa chica expulsaba rabia por los poros.

-No seas amargada-dijo Laura con un puchero, se veía...¿tierna?

-No soy amargada, pero sabes muy bien el riesgo que corres, piensa un poco.-se toco la sien dos veces con el dedo indice.-Me vale mierda la maricada de Miguel, sabes que no puedes hacer esto. ¿Està claro?-escuchar ese nombre hizo que hirviera la sangre, no hablarían del mismo Miguel que yo odiaba pero el hijo de puta de verdad era un imbécil que me ponía del peor humor posible.


Mi Único Acierto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora