Canción: Si no te
vuelvo a ver-Santiago Cruz
Ella:
La noticia de Leo fue sencillamente fatal; pobre Valeria, pobre Felipe, pobre de todo aquel que quedó vivo para tener que soportar su ausencia.
El funeral fue por la mañana un día después de que trajeran el cuerpo desde el sitio donde había pasado su última noche, estaban los mismos asistentes a la boda, menos la novia, ella no fue.
Felipe no dijo una sola palabra, cuando el padre dijo: "Dale Señor el descanso eterno", Felipe no repitió junto con el amigo de Leo y yo: "Brille para él la luz perpetua", tampoco lloró, camino por inercia, su alma se había ido y había dejado un cuerpo insípido que no tenía ganas de estar ni aquí ni allá, no quería desaparecer, pero tampoco existir, estaba ausente, más que Leo; mi pobre Felipe, inerte, quieto, estático, quería gritarle,pero fue imposible, sabía que era sordo, mudo, e incluso ciego frente a una vida que parecía no prometerle nada, mi trabajo era mostrarle todo lo que tenía que dar, porque incluso yo sabía éso.
Manejó hasta la casa de Valeria, se veía tan cansada la pobre.
-¿Por qué no fuiste?-preguntó Felipe, oírlo hablar me tranquilizó un poco.
-Me quedé dormida...Él era el organizado, el responsable, él colocaba la alarma todos los día, se me pasó.-Era obvio que no fue porque no estaba dispuesta a despedirse de él.
-¿Alguien necesita algo?-Ahí estaba yo sin saber qué hacer o qué decir; nadie respondió, fue ahí cuando lo capté: Están recordando a Leo, tal vez en como hicieron que su vida fuera plena, o martirizándose en que tal vez no fueron suficiente, pro en todo caso, su aura se respiraba en la sala que por supuesto, estaba más que limpia. Todos recordábamos, era mi turno de pensar el el único recuerdo que tenía:
***
-¿Ya estás lista?-Me dijo Felipe cansado de haberme estado esperando.
-Ya bajo amor, espérame...- Luego de mucho pensar en que me había demorado y bla bla bla, por fin llegamos al centro comercial donde Leo y Valeria quedamos de encontrarnos. Charlamso un rato, las boletas estaban agotadas así que nos entretuvimos con nosotros y nuestras ocurrencias.
-Felipe, ¿Me acompañas a comprar unas cosas?-anunció Valeria de pronto.
-Vamos todos, ¿No?-Valeria le dijo con la cara que solo fueran los dos, no quería quedarme sola con Leo, no sabía de qué hablar con él, era raro.
-Entonces, Laura.-Intentando romper el hielo...
-Leo...¿Cuánto llevas con Valeria?-Intentando romper el hielo.
-¿Intentando romper el hielo?-Leyó mi pensamiento. Sonrió.-Me algera que estés con mi primo, por primera vez piensa con la cabeza y no con lo otro.-Sonreí aunque el comentario no me causó gracia.-Laura, quería hablar contigo de algo importante, es algo que nadie sabe, ni Valeria.-Si bien era la más chismosa, no quería ser su confidente, no era lo más adecuado según yo.
-¿Por qué me lo cuentas a mi?
-No le puedes decir a nadie, simplemente quiero que lo sepas porque tengo que sacarlo, y no quiero preocupar a nadie.-Con la cara le hice saber que no quería ser la afortunada elegida para preocupar.-Deja que hable...Yo...estoy enfermo, es algo del corazón, no sé que complicaciones traiga pero...me da miedo que...bueno, tú sabes mejor que nadie a qué se le tiene miedo.-Torcí el gesto y luego lo motivé a continuar.-Es grave, y...Quiero que lo cuides, él es como mi hijo y te juro que si algo le pasa mato al culpable, así tenga que resucitar para hacerlo..Ha cambiado, pero es frágil, éso lo sé, en este momento eres su soporte, su apoyo, tu lo sostienes, yo estoy enfermo, los dos lo estamos, la diferencia es que tu estás trayendo a alguien a la vida, y ahora esa vida que trajiste depende de ti, porque esa vida eres tú. Y...Laura, quiero que hagamos un pacto, si me voy antes, apoya a Valeria, porque te prometo estar al lado de Felipe, ella es mi ángel, ella me salvó de la tristeza, de irme de este mundo sabiendo que nunca tuve felicidad completa, que jamás...la tuve a ella, por favor, no la dejes, pero tampoco la hostigues, no le hables, pero no dejes que la única con la que charle sea con su cabeza, ellos son mi mundo, y cuando me vaya, tu sostendrás el mundo que hizo que dejara de tenerle miedo a la muerte, porque me consolaba que en vida la pasé bien, porque la pasé junto a ellos.-Y ahí Valeria y Felipe llegaron, sin dejarme responder, quedándome con lo que Leo me acababa de decir para mi, rondándome por la cabeza...Haciendo que me preguntara quién de los dos iba a estar bajo tierra en el primer funeral que enfrentáramos.
***
Ya teníamos una respuesta, y ahora yo sostenía un mundo que siempre me perteneció pero que no había encontrado...La voz de Valería y sus sollozos hicieron que reaccionara:
-Él no va a volver ¿Verdad?, No importa cuánto tiempo lo espere, no va a entrar por la puerta ¿No?, y yo...no fui capaz de despedirme...-Comenzó a llorar desconsoladamente.-No me despedí de él, la última oportunidad que tenía, la única que me quedaba para ver su carita, ahí, tranquilo, dormido, sin dolor, sin preocupaciones, sin problemas, ahí...sin mi...¿Por qué no fue, Cómo alguien puede ser tan malo...-Recuerda que no la debes dejar hablando con su mente mucho tiempo.
-No es tarde Vale, podemos despedirnos de él aquí, de verdad, dile adiós a su alma, no tiene caso decirle adiós a un cuerpo inerte, pero te puedes despedir de lo que te levanto, y de lo que te dejo en pie.
-¿Me puedes hacer un favor?-Asentí.-En la mesita de noche hay...unas fotos, de él, él conmigo, nosotros cuatro, en fin...Traelas, por favor.-Fui al cuarto que se encontraba en un terrible desorden, las fotos las encontré pronto, junto con una carta que decía: Para ti Leo. La curiosidad ganó, el impulso de leerla fue imposible de contener:
Estoy a tú lado, no importa qué...
No importa que me hayas ocultado que estabas enfermo, ni tampoco que hayas besado a esa muchacha, ni tampoco que hoy tenga que enfrentar sola la vida, no importa que no estés a mi lado, siempre estaré ahí, aunque no me veas.
Te lo debo ¿No? Porque me salvaste, me ayudaste, me tendiste tu mano y aceptarla fue la mejor decisión que pude haber tomado, porque nunca la soltaste. Me dijiste que querías ser escritor, ¿Recuerdas? Me enseñaste qué era catarsis ¿Recuerdas? Me enseñaste qué era felicidad, vida amor, qué era sentirse completo, pleno y agradecido por estar vivo y poder disfrutar de que otros también lo estén.
Te convertiste en mi vida, en mi mundo, mi alma, mi esencia, mis fuerzas y las armas con las que peleo, mi destino, el sitio donde siempre quiero estar, mi motivo de vivir, el aire que respiro, el mundo que percibo, todo eres tú.
Dicen que cuando estamos más alto más fuerte es el golpe, y en el momento en que me saludaste, en el que me ayudaste, cuando en ese horrible lugar tu sonrisa resplandecía haciéndome ver que todo valía la pena si tu eras la recompensa, me llevaste al cielo más alto, a la gloria mas plena, a la que para cualquiera sería inalcanzable, aquella que fue palpable en el momento en que me volví prisionera de esos brazos que me acogían y me protegían...No imaginas la alegría, pero así mismo es difícil saber cuanto duele el golpe...Eras mi vida, y si tu no estás...¿Yo dejo de existir?...Eras mi fuerza, mis armas, y si no estás...¿Yo dejo de luchar?...Eras el aire que respiraba, y si no estás...¿Dejo de respirar? Sí, porque al irte, también se fue el destino que me motivaba a recorrer el camino. Nos volveremos a ver, te lo juro.
Llevé las fotos a la sala, luego Valeria me pidió que llevara la carta, colgó las fotos en los cables de unas luces navideñas que puso de lado a lado como una cuerda, habló con él, Felipe también, yo me limité a sostener una conversación telepática contemplando al mundo que Leo me heredo en un testamento verbal.
Valería quemó todo junto, las fotos con las cartas:
-No te dije nunca lo que tuve que decirte, vuélvete polvo con mis palabras y léelas mientras son cenizas que viajen juntas por el viento. Te amo, que se vaya tu cuerpo, pero a tu alma déjala aquí para que me sostenga cuando decida que no puedo seguir sin ti.
Todo fue muy rápido, el tiempo en que él estuvo aquí y...haberse ido en el momento en que verdaderamente era feliz, y aunque me tranquilizaba saber que había muerto en su ley, con una sonrisa y una imagen del ser que mas amaba en su mente, no dejaba de pensar que al irse feliz le quito la felicidad a otros, y aunque no era su culpa, así pasó. En ése momento entendí que la muerte es lo peor que puede pasar, pero no para el que se va, sino para aquellos que quedan vivos y que tienen que lidiar con la ausencia del que se fue y del que nunca volver.
Nos vemos pronto, Leo.

ESTÁS LEYENDO
Mi Único Acierto.
Roman d'amourGandhi dijo: "Todo lo que hagas en la vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas..." pero cada regla tiene su excepción y tu no haces parte de lo insignificante, ni nada de lo que hice para llegar hasta ti, siempre seràs el amor d...