Capítulo 15

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Él:

Sostenerla en mi pecho, y verla sufrir a causa de mi no me hacía sentir mejor, pero de todas formas ella estaba enterada de todo y eso era mejor.

Más tarde fuimos a recoger a Juanes de su práctica, nuevamente contó lo mucho que detestaba el fútbol-cosa que nunca era un tema nuevo-Laura se veía muy feliz cuando estaba con su hermano, se querían mucho; amaba a Laura tal cual como era, se notaba que era una excelente persona, y por ser tan maravillosa se adivinaba que había tocado muchas vidas, y su desventaja es que serían mas sitios donde dejaría una huella imborrable, habrían mas sitios no se sentiría su ausencia, y ésta, sería tan palpable como el alcohol que seguramente todos beberíamos para consolarnos, pensando en que jamás volverá, y en que nosotros no somos capaces de ir hasta donde está ella, y no porque no sepamos, sino porque no sabremos dónde estará cuando la inevitable y más temida hora llegue.

Llegue por la noche a mi casa, y no pude evitarlo: una profunda alegría, acompañado de la mas profunda nostalgia me invadieron; en El Diario de Ana Frank decía: "El papel es más paciente que los hombres", y yo necesitaba al mejor de todos los consejeros: Aquel que escuchará, y que se quedará callado. Tomé una hoja de papel, un lápiz, y comencé:

Laura, hoy tal vez ya no estés con nosotros, prometí hacer algo especial en este día, no te prometo que no beberé, tampoco te prometo que no lloraré y tampoco de aseguraré que pueda seguir adelante, ya que no quiero moverme de donde estoy ahora: A tu lado.

Me enseñaste lo más maravilloso de la vida: Vivirla; no sabes cuánto te agradezco por haber aparecido en mi vida, por no dejarme, por soportar dolores sin demostrarlos, solo para ver a todos felices, te agradezco por ser tú, y por estar aquí conmigo.

Si alcanzas a leer esto en vida tienes que saber que te amo, y aunque ya te lo haya dicho nunca será suficiente; Angelito, eso eres, un ángel que vino a salvarme, ¿Sabes de qué me salvaste? De una vida sin ti. 

El miedo me invade,  no soporto pensar que te irás, pero...¿Sabes qué me tranquiliza? Que cuando estabas aquí estabas conmigo;  espero que cuando sepas lo que esta carta dice sea porque yo te la lea mientras tu lo escuchas y ves en mis ojos cuanto te amo.

Contigo aprendí que el amor a distancia es posible, ya que cuando el amor existe, la distancia no, porque no importa cuanto se separen los cuerpos, las almas siempre van juntas, y espero que la distancia del cielo a la tierra no sea un obstáculo para estas dos almas que van de la mano siempre, porque ahora nos leemos con mirarnos, tenemos la capacidad de saber lo que el otro siente sin preguntarle, no porque nos conozcamos, sino porque nos amas, sentimos lo que el otro siente, y por eso sé cuando me necesitas, porque es cuando yo te necesito a ti. Te amo.

Y sí no estás aquí cuando decida leer esto para ti la leeré cuantas veces sea necesario hasta que llegue a tu alama, porque si logramos burlar las distancias tu seguirás aquí.

Y ahora solo doblé el papel y lo guardé, esperando que algún día tuviera el valor de mostrárselo.

Estaba cansado y dormí un rato, el teléfono me despertó, Valería me llamó angustiada, llorando, no hablaba pero se entendía que lo que sonaba eran sollozos, lo primero que pensé fue que algo le había pasado a Laura.

-Valeria, ¿Qué pasó? Habla ya por favor.

-Leo...está hospitalizado...él...-Valeria no paraba de llorar.

-¿Está bien?

-No sé...dijeron que le iban a hacer unos exámenes, de milagro llegó, pero...-Ella simplemente no podía hablar, era difícil para ella, y lo comprendía.

Mi Único Acierto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora