Mi Único Acierto.

Capítulo 21.

Ella:

Tenemos suficiente tiempo para hacer lo que sea que vengamos a hacer a este maldito planeta; es decisión nuestra si lo hacemos o no, es decisión nuestra de qué forma lo hacemos. Todos venimos a morir y eso es un hecho, pero no es lo único que venimos a hacer: Nacemos y justo ahí comienza la aventura, pero no siempre será una aventura que vamos a vivir nosotros, no siempre será una aventura fantástica, pero somos una gran historia que contar; no siempre creeremos que hicimos algo que valga la pena contar, pero vivir definitivamente lo es, el cómo se vive, el cómo ves vivir a las demás personas: Yo vine al mundo para convertir a mis padres en padres, vine al mundo para darle a Esteban una persona lo suficiente madura para creer que su inmadurez tiene mas valor, pero vine porque Dios me quiso regalar la oportunidad de ser feliz, de experimentar verdadera felicidad: Tener una mascota, tener un hermano, tener verdadero amor...Me mando una maldita enfermedad, pero es la mejor bendición que tengo, porque sin ella Felipe no hubiera aparecido en mi vida, tampoco Valeria...Los demás me ven con pesar, con lástima, muchos con tristeza, unos pocos con amor...La espalda y la cabeza duelen, la garganta arde luego de vomitar y me mareo al ver que expulso sangre, no pedí un mieloma múltiple, pero me siento a veces tan miserable que los momentos en que soy feliz los siento demasiado perfectos, y por eso la tristeza de saber que me iré tan alegre y que dejaré a otros con el alma a los pies es aún mas grande, pero que mi existencia valga la pena significa hacer a otros tan feliz que deje una huella lo suficientemente profunda como para que sepan que mi ausencia no es razón para dejar ir todo...Deben saber que deben vivir el doble, una vida será la de ellos y la otra la que crean que me faltó, porque claro que si existe gente que esté dispuesta a hacer cosas por mi, significa que su presencia en mi vida la hizo tan completa que no me faltó tiempo, simplemente fui ambiciosa y quise más.

-Lala...¿Estás mejor?- terminaba de escribir aquello que sentí tan necesario decir cuando mi hermano entró por la puerta, se frotaba su ojo y estaba en pijama, vi el reloj y era la una de la mañana, Hulck estaba echado en la cama durmiendo, yo me sorprendí al caer en la cuenta de que solo hacía unos minutos había comenzado a escribir, desde que peleé con mi padre me quedé unas horas mirando al techo...Esto tenía que parar, no estaba dispuesta a rendirme, eso no significaba seguir viva si Dios no lo permitía, pero no dejaría que una tétrica imagen figurara en la mente de todos cuando me recordaran, no permitiría que se mortificaran pensando que pudo haber terminado de mejor manera...Algunas veces me dijeron que tenía que aceptar la muerte pero yo era la persona equivocada, no tenían que decírmelo a mi, porque yo tenía claro que no tenía opción, pero los demás tendrían que asumirla, tendrían que vivir con mi recuerdo y la parte difícil es saber que no sería más.-Me duermo contigo si quieres, yo no estoy bravo...-uno de mis grandes motores se acercó y se sentó en mis piernas.

-Está bien, necesito que duermas aquí...-pero tuve que quitarlo de mi al instante y correr al baño, necesitaba vomitar y era imposible tragarme lo que emergía por mi garganta, mi hermano me miró con cara de pánico, creí que llamaría a mis padres y con la mirada le rogué que no lo hiciera, por suerte entendió el mensaje; cuando me intenté incorporar Esteban corrió y con un trozo de papel me limpió la boca, recuerdos de él la primera vez que me vio sangrando regresan a mi mente...

Nos devolvíamos del doctor y a unos pocos metros de la casa mi nariz comenzó a sangrar, la sangre salía sin detenerse y a un ritmo de miedo, mi ropa quedó completamente sucia, mis padres me cargaron hasta la casa y Esteban iba detrás completamente angustiado, impotente al no saber qué hacer, mis padres habían leído por internet que el agua fría ayudaba, sin pensarlo me dejaron en la ducha y abrieron el grifo, Esteban observaba desesperado la escena y luego fue corriendo para volver después con Jabón en polvo diciendo que era para mi ropa, mi madre le gritó y lo regañó por hacer tonterías en ese momento, en mi estado le sonreí como pude...Se volvió un chiste privado y cuando alguno se duchaba hacíamos siempre eso...El día que tomé una ducha junto a Felipe hizo justamente eso...

-Vamos a dormir Lala...-mi hermano me saca de mi trance y nos dirigimos a la cama, mi teléfono timbra con el nombre de Felipe en él, contestó y mi respiración fue suficiente para saber que ya había contestado.

-No hables...Nos vamos a casar la próxima semana, en el parque con el mismo cura que casó a Leo y Vale...Perdóname por no poder darte una luna de miel aún pero te prometo que te daré una experiencia tan mágica de aquí en adelante que verás la luna de miel como algo tan normal que no te hará falta...Eres demasiado perfecta, tal vez eres más de lo que merezco y a lo mejor no deberíamos casarnos, a lo mejor existe un príncipe azul que está esperándote para hacerte la vida perfecta y a lo mejor comprarán una casa, una mascota, podrán tener cuatro hijos y verlos crecer hasta envejecer, pero te prometo que yo te llevaré el desayuno a la cama, te cantaré si tienes pesadillas algún día, voy a cocinar y a limpiar la casa cuando estés muy cansada, pelearemos y unas horas después te hare cosquillas y haremos las paces, haremos el amor y te haré ver estrellas...Duerme bien, que te juro que te demostraré por qué eres un ángel para mi, descansa bonita.-Colgó, no me dejo decir una palabra, ni siquiera un pensamiento que no fuera su perfecto rostro pudo entrar por mi mente...Era tan perfecto que me costaba creer que fuera real, y eso era lo mejor: No estaba soñando, y las veces que soñara con él me despertaría para ver que mi verdad es esta, y que no la cambiaría por nada.

-Por favor dime que guardo algo para los votos.-y mi hermano se dio la vuelta dispuesto a dormir.

Él:

De camino a casa valeria se quedó dormida y quise ser el hombre salva vidas que la cargará hasta la cama como un buen hermano, pero las porquerías de Miguel que estaban tiradas por la casa me hicieron tropezar y ella despertó; le dije que podía dormir en mi cama pero insistió en el sofá lo suficiente como para que la dejara incluso en el estado vulnerable en el que se encontraba, al rededor de la una y media llamé a Laura, tal vez estaría dormida a esta hora pero no perdía nada y ¿Qué mejor que te despierten a mitad de la noche solo para decirte que eres lo suficientemente perfecto como para hacer que alguien se enamore de ti? El día que leo me dijo eso fue el mismo día que había besado a una desconocida mientras estaba con Valeria, recuerdo que él hizo lo mismo todos los días y Valeria siempre decía irritarse con sus llamadas...la primera noche que él no la llamo lo hizo ella.

Me desperté y fui a la universidad gracias a que Miguel era el mejor despertador del mundo, de camino a la universidad me habló de un muchacho nuevo al que había conocido, me dijo que era proporcional en cuanto a belleza y patanería, pero también me dijo que se le hizo tan sencillo seguir el paso que tenía llamadas pérdidas de él, pero que si le respondía estaría perdida la batalla.

Los días se fueron en cosas simples: Convencer al padre de que entrara al parque de noche, invitar a los únicos que importaban y convencer a la madre de Laura de que asistiera, estaba casi todo listo y sólo faltaba una cosa, los votos.

Los escribiría con ella...o bueno con algo que me la recordara lo suficiente: Una camiseta mía que ocasionalmente usaba y que olía a ella, su foto, su rostro, su recuerdo...y lo que estaba seguro hacía parte de ella: Yo.