Capítulo 9

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Ella:

No era consciente de nada, solo de lo perfecta que me sentía, de la perfección del momento, de las perfectas sensaciones que la cercanía de su piel provocaba, de lo perfecto que él era para mi; quizá él solo buscaba sexo, quizá no nos veríamos de nuevo,pero este momento estaría siempre en mi memoria, y lo conservaría como el mas preciado recuerdo, porque no todos vivimos un momento en el que nos sintamos así de especiales, en el que por unos minutos creamos que por fin somos indispensables para alguien, quizá él no pensaba eso, pero ¿Importaba lo que alguno pensara en este momento?¿Era relevante lo que pasara por la cabeza de alguno de los dos ahora?¿Acaso alguno pensaba claramente ahora?, estábamos viviendo el momento a plenitud, eso era lo importante.

-¿De qué te ries?-preguntó Felipe al escuchar una carcajada.

-¿Todavía necesitas ayuda con los muebles?-Felipe acompañó mi risa con la suya.

-Creo que hubo un ligero cambio de planes, pero todavía podemos hacer algo.

-¿Cómo qué?

-No se, fuiste tú la que no siguió el plan.

-¿Empezamos por vestirnos?

-No estoy muy seguro de querer hacerlo.-Eso me hizo reir aún mas, pero yo tampoco quería vestirme.

-Entonces...-fui interrumpida por el timbre de mi celular, le indiqué a mi acompañante que me diera un segundo y luego de asentir procedió a cubrir su cuerpo con la ropa que prácticamente le arranqué.-Aló.

-Cielo, pasamos por ti a comer en veinte minutos, ¿Vale?-Mi papá escogió el momento ideal para querer pasar por mi.

-Voy tarde para la universidad.-La peor excusa del mundo hecha por Laura.

-Entonces te llevamos, apuesto que no has almorzado.

-Es que..es que...no estoy en la casa.-era mejor confesar a que el señor Eric, con un genio peor que el de Hulk cuando estaba bravo, se enterara por su cuenta.

-¿Cómo?-ya estaba bravo, se adivinó en su tono de voz.

-Salí a almorzar con un amigo de la universidad, tranquilo.-contesté tan tranquila como pude.

-Entonces paso a recogerte, ¿A qué horas sales?

-Salgo a las...-miré a Felipe que me indicó con los dedos el horario que le diría a mi padre-...seis.

-No quiero excusas cuando llegue jovencita, ¿Entendido?-no pude evitar reír al ver a mi padre intentar sonar estricto cuando no era necesario.

-Como mande Führer.

-No te pases Laura.-había dejado de bromear.

-Si señor.-contesté con tono inocente dejando las bromas de lado. Luego de despedirnos mire el reloj.-Bueno...-mire a Felipe luego de guardar el teléfono en mi bolso.-Me tienes que mantener ocupada hasta las seis...¿Qué hacemos?

-Me alegra que preguntes Laura, porque está será la mudanza mas interesante que harás en tu vida.

-¿Es enserio? Esperaba mas.

-Ese era el plan, ¿o no?-En parte tenía razón, no dije nada mas y me vestí, miré el montón de cajas sin saber por donde empezar, había un montón; Felipe procedió a tomar algunas y a llevarlas a la habitación donde correspondía. Lo observaba trabajar, estaba muy concentrado y ensimismado, yo lo miraba sin saber que hacer, así pasaron más de treinta minutos en los que me dediqué a ser una atenta espectadora, otra persona hubiese preguntado en que ayudaba, o hubiese caminado por el apartamento observándolo, pero yo disfrutaba al poder tener mis cinco sentidos puestos en Felipe, en sus brazos tonificados, en su espalda ancha, en él.

Mi Único Acierto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora