Ella:
¿Qué mas daba? sólo era una llamada, además, en este momento de vida cada minuto que ocupaba pensando era un minuto que no podría ocupar viviendo, así que sólo lo haría y punto; sin darme cuenta ya tenía el teléfono en la oreja en tono de espera, cada bip que sonaba mientras esperaba respuesta era veneno para mis oídos, simplemente tenía que espichar un puto botón para contestarme y...
-Pensé que no te caía bien.-su voz masculina me sacó de mis pensamientos.
-Entonces, ¿Por qué le pediste mi número a Valeria?-escuché una carcajada al otro lado de la línea que entendí al caer en cuenta de lo que había dicho, hablando en él no pude conectar mi lengua con el cerebro, no pude evitar reírme también.
-Dime para qué soy bueno.-lo llamé porque quería distraerme con algo positivo, tenía clase de universidad hasta la tarde así y me levanté temprano, mi hermano me despertó para despedirse cuando se fue a estudiar y no pude dormir mas, intenté ver televisión pero solo miraba el teléfono esperando dos cosas: O qué sonara siendo Felipe el que me llamaba, o siendo yo la que tuviera las agallas, y aunque hubiera preferido la primera no me arrepentía de estar hablando con él ahora.
-No debí llamarte.-no sabía por qué había dicho eso, fue algo estúpido, ahora me concentraría en hacer procesar las frases antes de dejarlas salir por mi boca.
-¿Cómo?-estaba tan confundida como él.
-Si...Valeria me dijo que empezabas una nueva carrera hoy y pues no debería quitarte tu tiempo...Disculpa.-cuando estaba a punto de colgar oí su voz y me llevé el aprato a la oreja nuevamente.
-No te preocupes, ni siquiera voy a ir hoy, ¿Te...te gustaría hacer algo?-pude oír su voz nerviosa, me pareció tierno, otra sonrisa estúpida.
-Pues...tengo que ir a clase por la tarde, no sé si alcancé...
-Tienes razón, no sé que cosas digo, además...yo debería ir a estudiar y...-sentí la necesidad de detenerlo.
-Puedo faltar.-Por fin emití una frase clara, coherente y fluidamente durante nuestra charla.-¿Qué quieres hacer?
-Bueno me acabo de mudar...podrías, no sé, ayudarme a acomodar algunas cosas...si no te molesta claro está.-solté una carcajada.
-Mándame la dirección por un mensaje y nos vemos en una hora, ¿Te parece?-con un ajá terminó una conversación torpe en la que ninguno hablo con cohesión, tal vez él se sentía de la misma forma, ahora que lo pensaba mejor, y viéndolo de ese modo, la estúpida sonrisa no era tan mala ahora, y no fue tan mala el tiempo que estuve alistándome y preguntándome si me veía bien, esperaba que le resultara agradable mi aspecto, la ropa que usaba, mi perfume, la pulsera que me regalo mi hermano, y sí, la sonrisa estúpida que adornaba mi cara en este momento.
Él:
Acomodé las cajas lo mejor que pude luego de haber hablado con Laura de la forma mas bobalicona posible, parecía imbécil, y esperaba que valiera la pena ponerme así, porque odio los cambios y ella está poniendo todo de cabeza, ahora mismo estoy hecho un manojo de nervios por ver a una mujer, algo que no es normal en mi.
No paraba de secar el sudor de mis manos con el pantalón mientras esperaba que Laura llegara, caminaba de lado a lado en el apartamento, tenía que calmarme, no me estaba visitando Jaime Garzón-que en paz descanse-, ni tampoco Courtney Cox o Jennifer Aniston, sólo estaba por llegar una amiga común y corriente, y sólo entraría por la puerta una chica de cabello corto, cuerpo delicado, piel suave, fragancias exquisitas, sonrisa dulce, ojos grandes y verdes, nariz perfecta, gestos delicados, voz adorable; estaba por entrar esa chica, que al parecer estaba a punto de encontrarse con un idiota que parece estar atrofiado y que sueña con la magnífica silueta de una chica que apenas conoce.
El timbre sonó veinte minutos después de que estuviera fantaseando con la perfección de Laura; se veía preciosa, la chaqueta negra de cuero, blusa gris, jean, una pulsera que adornaba su delgada muñeca, y una sonrisa nerviosa que la hacia ver mil veces mas hermosa.
-Pasa.-le dije tranquilamente, pensé que estaría mas nervioso al verla, pero ver su rostro me calmo bastante.
-Lindo lugar.-estudiaba las paredes blancas y el piso de cerámica, luego se sentó en el único mueble que había acomodado.
-Entonces...-me senté cerca de ella y acerqué el rostro, estaba completamente repuesto, ya no habían nervios, ahora sólo era consciente de la fragancia exquisita que emanaba su cuerpo.-¿Por dónde quieres empezar?-y como siempre, ella tomó la iniciativa y me besó.
-Quiero usar el sofá como una cama.-y eso fue lo último que dijo antes de besarnos apasionadamente de nuevo; le quité la chaqueta, yo estaba acostado en el sofá y ella estaba sobre mi, procedió a quitarme el pantalón y luego de desapuntarlo selló su boca con la mía nuevamente mientras empujaba la prenda con los pies, sin despegarnos le quite la blusa y desapunté su sostén mientras ella desabotonaba la camisa que llevaba puesta, sólo eramos separados por una tela de ropa que yo quité de en medio, me detuve un minuto para sacar un condón del bolsillo mi pantalón y lo demás no lo podría decir con palabras, me perdí en ella, es sus suave piel, sus delgados brazos rodeaban mi cuello mientras abría la boca invitando a mi lengua a danzar con la suya mientras me introduje en ella lentamente, no había prisas, solo había que disfrutar a plenitud el momento, lo mejor era hacerlo despacio, para poder grabar con exactitud cada detalle de lo que estábamos haciendo juntos, oír los gemidos que emitía, como agarraba mi cabello con fuerza cuando entraba en ella y tiraba la cabeza hacia atrás mientras mis labios saboreaban su cuello hasta bajar por su vientre, para seguir descendiendo hasta llegar al punto mas sensible de mi acompañante, donde succione su escencia...la única palabra para describir el momento era perfección, o bueno, esa era la palabra mas cercana, porque la maravillosidad de entregarnos no estaba en el diccionario, no hay palabras, solo sensaciones que justo ahora desconozco, pero no me preocupo, y aunque es un poco pronto para estar seguro, me grada lo que siento ahora, porque cada sensación está enfocada en Laura, en su cuerpo, en su encanto, en su pecho que sube y baja mientras que su cuerpo exhausto descansa junto al mio, sin preocupaciones, sin remordimientos, solo viviendo el ahora, evocando lo que acabamos de hacer, de experimentar, de disfrutar, de vivir, porque ahora me siento realmente vivo, ahora sé a que el llaman plenitud, porque justo ahora la siento, y no se si Laura se siente igual, pero ahora mismo, siento que estoy tocando el cielo cuando estoy cerca de ella, cuando al toco, cuando la siento así de cerca cuando la siento ahora, cuando todo lo que existe es ella.
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Mi Único Acierto.
RomanceGandhi dijo: "Todo lo que hagas en la vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas..." pero cada regla tiene su excepción y tu no haces parte de lo insignificante, ni nada de lo que hice para llegar hasta ti, siempre seràs el amor d...