Él:
Estaba decidido, apoyaría a Laura; sin quererlo escuche parte de lo que su mamá le dijo, y muy a mi pesar, ella tenía razón, estaría para ella, sin importar qué, siempre contaría conmigo, solo necesitaba pedirlo, porque haría todo por ella, y apoyarla en esto era crucial, no podía decir que la amaba si no hacia parte de su vida, y no hacer parte de ir al médico no me convertía en el chico soñado exactamente.
Estaba en la puerta, a punto de tocar, era hora, superar mis miedos, volver al hospital, estar ahí para la persona que amaba por tercera vez, cada vez que lo necesitase...siempre, porque no importa dónde, cuándo, cómo y por qué; lo importante es estar con esa persona.
Tres golpes en la puerta, una espera que se hizo eterna y que me tentaba a dar la vuelta y volver a casa, inventar otra patética excusa y abandonarla en una situación así de nuevo.
-Hola...-abrió y dejo la puerta abierta y corriendo se metió a la casa de nuevo.-Amor sabes que tengo que ir al médico, no me puedo quedar y voy super tarde, no puedes quedarte.-se movía de aquí para allá buscando cosas, aplicándose, arreglándose, no se detenía.
-No me iba a quedar.
-¿Y entonces?-se detuvo por fin un momento completamente exhausta y se sentó tocándose la espalda de nuevo, la blusa manga corta que tenía dejaba a la vista sus brazos que nuevamente tenían moretones.
-Te voy a acompañar.-su rostro se iluminó, eso era lo que quería ver, y esperaba nunca tener que dejar de hacerlo, jamás, bajo ningún motivo, y no me perdonaría haber perdido el tiempo en que ella estuvo aquí.-Vamos.-el médico hizo preguntas de rutina y la felicitó por haber subido un kilo, luego de la consulta rutinaria me sacaron de la sala y la dejaron a ella sola con el doctor para hacer otras cosas que no se qué eran, y no estaba muy interesado, solo rogaba porque todo lo que le dijeran fuera que estaba mejorando y que se pondría mejor; salió un montón de tiempo después con los ojos enrojecidos, necesitaba saber qué pasaba, pero no quería presionarla, ése no era el plan, el plan era que yo fuera para oír al médico hablar de la gran mejoría que había tenido, pero al parecer eso no iba a ser así.
-¿Cómo te fue?
-Muy bien...vamos por una y la última ronda; dicen que la tercera es la vencida ¿No?-sonaba algo extraña.
-¿Estás asustada Lau?-ella se guardaba muchas cosas y lo hacía para no preocupar al resto de la gente y para no contagiar a nadie con energía negativa, pero su mundo no era color rosa y necesitaba un confidente, alguien que luchara junto a ella, y yo estaba dispuesto a serlo.
-Me asusta perder mi cabello.-rió un poco.-Pero tengo fé, si tengo motivos para luchar quién dice que no puedo vencer, es decir, si esos motivos son verdaderamente fuertes me darán las fuerzas que necesito y mientras esos motivos persistan yo seguiré intentándolo, sin importar qué, lucharé por seguir disfrutando de las cosas que me hacen feliz. Ellos no merecen sufrir por mi, y para hacerlos felices seguiré y no me rendiré.
-¿Y qué quieres tú? ¿Quieres seguir intentando?-su vista se perdió, se fue del mundo por un instante y no quería regresar gracias a mi.
-¿Me gastas un helado?-no pregunté nada mas, ella no quería hablar, no ahora, no sabía cuando, pero ahora no era el mejor momento, solo dejaría que se distrajera un poco y que por un minuto o pensara en lo malo que la carcomía y en las cosas que no disfrutaba hacer para poder hacer lo que si disfrutaba en un futuro que no sabía que tan lejano era.
El martes de la semana siguiente me urgía hablar con Valeria pero como cosa rara no podía.
-Vale solo hoy...necesito hablar contigo.
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Mi Único Acierto.
Любовные романыGandhi dijo: "Todo lo que hagas en la vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas..." pero cada regla tiene su excepción y tu no haces parte de lo insignificante, ni nada de lo que hice para llegar hasta ti, siempre seràs el amor d...