RAMÉ (Wooseok/Seungwoo)

Capítulo II (CORREGIDO)

Wooseok se negó a abrir los ojos durante varios segundos.

De repente, había tanto ruido que no podía concentrarse y procesar lo que estaba ocurriendo. Sin embargo, todavía sintió el ardor en la piel cuando su cuerpo golpeó el asfalto, y fue arrastrado hasta quedar cubierto detrás de los pocos coches en el estacionamiento.

El ruido de las alarmas de los coches era sofocante y le lastimaba los oídos, y el ruido de vidrio rompiéndose fue incluso más insoportable, por lo que Wooseok decidió enfocarse en el agarre firme aquellos brazos que lo sostenían por la cintura, y en la respiración acelerada que golpeaba su nuca.

Se había mordido el labio con tanta fuerza que el sabor metálico de la sangre inundaba su boca y le hacía sentir más aturdido. 

Todo aquello era una horrorosa combinación de las peores pesadillas de Kim.

—¡Mierda!

La profunda voz del desconocido que lo sostenía lo despertó del shock, aunque también pudo haberse despertado del shock de la pura indignación cuando éste mismo lo empujó sin ninguna consideración para sacárselo de encima como si fuese un trapo sucio.

La mente del pequeño castaño se agitaba entre la ansiedad y la confusión, pero todavía no quería perder los dientes al estrellar su preciosa cara contra la puerta del coche que tenía enfrente cuando fue empujado por éste desconocido. Así que, se apuró a abrir los ojos y bloqueó el impacto con sus manos temblorosas.

Parpadeó confundido a la par que giraba la cabeza rígidamente para observar al tipo con los ojos húmedos por el miedo.

El grito quedó atorado en su garganta.

Era un hombre, ¡jodida e innecesariamente ardiente! Era enorme en todo sentido, podría sacarle dos cabezas de altura a Wooseok, tenía los hombros más anchos que hubiese visto alguna vez, y cada uno de los músculos de su cuerpo estaban perfectamente desarrollados para hacerlo parecer una fortaleza andante (una muy sexy, por cierto), y ahí tirado a sus pies, Kim se sintió como un insecto deforme.

¡¿En qué demonios estás pensando justo ahora, Kim Wooseok?! Una voz en su cabeza reprendió severamente. Era obvio que el sujeto era peligroso, ¡y estaba armado!

La primera idea que se le vino a la cabeza tan pronto como procesó que estaba en medio de un tiroteo, fue; "Levanta tu lindo trasero y corre, corre lejos, muy lejos", pero en cuanto lo pensó, el tipo desconocido se giró para verlo con el ceño fruncido, y sus miradas se encontraron accidentalmente. Por un momento, Wooseok pensó que se había dado cuenta de sus planes internos, por lo que soltó un extraño gemido y sus ojos se humedecieron nuevamente debido al miedo.

—¿Eres Kim Wooseok? —el tipo preguntó con voz severa, recargando su arma.

El mencionado se quedó como hecho de piedra. ¿Si decía que sí, este tipo lo asesinaría? Todavía se sentía cohibido por la situación, así que no sabía qué responder. Tal vez solo debería esperar un poco hasta que llegara la policía, entonces estaría a salvo.

—¡¿No me escuchaste?! ¡¿Eres tú?! —pero el tipo estaba impaciente por su falta de respuesta.

El desconocido lo tomó por el brazo bruscamente e hizo que se levantase; el más bajo casi necesitó un cambio de pantalones al ser sacudido violentamente, y asintió frenéticamente dejándose arrastrar por el estacionamiento. Volvió a gimotear, casi sollozando, y se dio un traspié cuando sus piernas perdieron fuerza al ver algunos cuerpos sobre charcos de sangre.

—¿M-Muer.. —Wooseok murmuró, casi al final de sus nervios.

—¿Cuál es tu coche? Dame tus llaves. —el desconocido que lo sujetaba demandó con notable irritación.