RAMÉ (Wooseok/Seungwoo)

Capítulo XXVIII

Wooseok respiró lentamente, conteniendo sus nervios.

Pensó fuertemente. Pensó hasta que le dolió levemente la cabeza. Intentó encontrar una razón completamente razonable del por qué estaba en un coche en medio de la nada, atado, con un Seungyoun que anteriormente golpeó a Seungwoo justo en su rodilla lesionada, para arrastrar al que se supone es su mejor amigo hasta ahí.

¿Por qué estaría teniendo una conversación tan frívola con Dohyon? ¿Por qué cuando las miradas de ambos se encontraron por el retrovisor, Wooseok sintió un frío que le recorrió toda la espalda?

La mirada de Kim cayó, y su respiración no hizo más que volverse más complicada cuando dio con el diario de su hermano en la otra mano de Seungyoun.

Recordaba haber presumido una y mil veces sobre cómo Cho aprendió tantos idiomas en tan poco tiempo, pero en aquellos momentos no podía pensar en otra cosa más que aquello era una desgracia sin duda.

Portugués, chino, japonés y... alemán... Seungyoun los dominaba todos.

Wooseok tragó con fuerza y luego preguntó con dientes apretados.

—¿Qué estás haciendo?

Seungyoun alzó una ceja mientras echaba otro vistazo a las páginas del diario, Kim quiso gritarle para que lo dejara pero Cho respondió con desinterés.

—Bueno, Wooseokie. Unos meses atrás serías tan idiota que no podrías comprenderlo incluso si te lo explico cinco veces, pero ahora que has vuelto a despertar tu sangre de genio Lee, no creo que sea necesario incluso que te lo explique una, ya lo debes de saber.

En realidad, las cuerdas en sus piernas no estaban bien colocadas, así que después de balancear los pies un poco, comenzaron a caer. Sin embargo, antes de que pudiese deshacerse de ellas por completo, Seungyoun descendió del asiento del conductor y fue hacia los de pasajeros donde Wooseok estaba.

Kim fue empujado para recostarse sobre el asiento de cuero con tanta fuerza, que su cabeza zumbó adolorida, Seungyoun se colocó sobre las caderas del más bajo para mantenerlo en su lugar mientras bebía agua de una botella.

—¿¡Qué mier---

Antes de que pudiera terminar su maldición, Seungyoun presionó una pastilla en su lengua, Wooseok sintió que se ahogaba ante la repentina invasión, y la sensación empeoró cuando Cho lanzó la botella descuidadamente a un lado, le presionó las mejillas y vertió el agua directamente desde su boca a la suya.

Wooseok abrió los ojos grandes, la asfixia repentina le provocó ardor en la garganta y volvió sus ojos acuosos, su mente se quedó en blanco un momento por el miedo, no tenía idea de qué es lo que Seungyoun le había dado, el shock que recibió por la situación le impidió responder adecuadamente.

Por lo tanto, solo pudo reaccionar hasta que sintió la extraña succión en sus labios, Seungyoun lo estaba besando. Y no solo lo estaba besando, sino que lo hacía con un ritmo casi desesperado y agresivo.

Wooseok apenas logró empujarlo después de forcejear un buen rato, sus piernas finalmente eran libres y no estaba seguro de que si se libró por su cuenta o de si Seungyoun simplemente lo dejó ir, porque todo era muy estrecho y confuso, Kim se golpeó la cabeza nuevamente cuando retrocedió hasta la puerta e intentó abrirla, fallando obviamente.

El más bajo jadeó recuperando el aliento, se sentía bastante indignado y frustrado después de haber sido besado así, le ardían los labios y estaba seguro de que estaban algo hinchados. Levantó una pierna para patear a su amigo en represalia pero se detuvo al ver la expresión de este.

Cho estaba sobre sus rodillas en el asiento, estaba casi tiritando mientras sus nudillos se volvían blancos y las venas de sus manos resaltaban dolorosamente. No podía ver su rostro ya que parecía no estar dispuesto a ver a Wooseok aunque de ello dependiera su vida. El más bajo sintió que su corazón estaba siendo aplastado.