RAMÉ: Dulces sueños, Wooshin

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Quiero quedarme a tu lado, no puedo hacer nada. 

No volveré a verte nunca otra vez. 

—¡MIERDA! ¿¿POR QUÉ NO FUNCIONA?? ¿¿QUÉ ES LO QUE HACE FALTA??

Wooseok maldijo tirando todos los malditos papeles al suelo, pateó con furia y apretó los dientes.

—Esa maldita bruja, es porque me obligó a crear esa maldita droga de mierda, estoy desenfocado. Necesito regresar a mis sentidos.

—Suk, Suk, Suk.

Wooseok sonrió sin ganas.

—Shin, ahora no. Ve a jugar.

Pero Wooshin insistió tirando de su bata y murmurando sus palabras sin sentido. Wooseok estaba demasiado frustrado y lejos de tener paciencia.

—¡TE DIJE QUE AHORA NO!

La reacción del menor no se hizo esperar, empezó a llorar y golpear a Wooseok con los puños.

—¡SHIN! ¡PARA!

El mayor lo empujó haciendo que el otro se cayera sobre su trasero.

—¡VETE A DORMIR, MALDICIÓN!

Wooshin sollozó y huyó hacia la cama. Wooseok volvió a maldecir regresando la atención a su investigación.

—¡Estoy tan cerca y no puedo encontrar lo que falta! 

Volvió a reunir los papeles, colocandolos sobre la mesa, mientras los ordenaba dio con una hoja coloreada. Le dio un vistazo.

Wooseok la reconoció, fue un dibujo que hizo al principio de los exámenes de Wooshin. Había dibujado a Jinhyuk y a Wooshin, luego hizo que el menor imitara el dibujo, no había resultado muy bien en su momento como era de esperarse, sin embargo, ahora en el dibujo había otro niño tomando la otra mano de Jinhyuk, Wooseok frunció los labios al reconocer los trazos desordenados y coloridos del menor.

Suspiró, y con el corazón cargado de culpa fue a ver a su hermano quien seguía llorando bajo las sábanas, se sentó a un lado.

—Shin, perdóname. No debí gritar, soy un tonto.

Su hermano no respondió.

—Encontré tu dibujo, ¿es lo que querías mostrarme? 

Wooshin salió de su escondite y arrebató el dibujo, iba a romperlo pero el otro se lo impidió, ambos tuvieron una pequeña lucha por el papel, hasta que Wooseok lo apretó contra su pecho y empezó a llorar de frustración.

Wooshin lo miró con los ojos muy abiertos y negó con expresión asustada.

Un año había transcurrido desde que Wooseok inició a trabajar el Saudade y aún no podía curar a su hermano.

La mano de Wooshin sobre su rostro lo hizo detener sus sollozos.

—Suk, hyok, Sin.

Wooseok lo abrazó.

—Es muy lindo, gracias.

—Suk, dulces sueños.

Las partes rotas en su interior volvían a juntarse tan solo escuchando aquello. Era la única frase que Wooshin podía pronunciar correctamente, lo cual le había tomado meses de entrenamiento y Wooseok siempre estaba orgulloso de ello.

—Dulces sueños, Shin. Te quiero.

Wooseok se quedó con él hasta que se durmió. Se frotó el rostro con cansancio.

RAMÉ (Wooseok/Seungwoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora