Capítulo IX

754 108 48
                                    

—Entonces... sobre con quien irás acompañado a la fiesta...

Wooseok bufó interrumpiendo a Seungyoun.

—Ya, ¿Alguna vez he llegado a una fiesta del brazo de alguien que no seas tu?

Cho rodó en la cama observando a Kim quien se maquillaba frente al espejo.

—¿Verdad?~ Ese bastardo de Yuvin no paraba de presumir sobre como asistirías a la última fiesta con él.

—Imbécil. ¿Qué sentido habría tenido comprar nuestros atuendos combinados entonces? Por cierto, ¿cuánto más planeas seguir de vago? ¡No quiero ir con un indigente a la fiesta más importante de mi vida!

Seungyoun se rió de buen humor y se levantó de un salto, él se deslizó por la habitación rebuscando en su armario hasta que dio con lo que buscaba.

—Me parece que su Majestad Wooseok está olvidando el artículo más importante de la velada.

Se trataba de una elegante caja negra aterciopelada, que le entregó a su amigo con una sonrisa juguetona.

—¿Qué es esto?

Wooseok abrió la caja encontrándose con el despampanante colgante con la piedra de zafiro que había comprado especialmente para esa noche unos meses atrás.

La primera vez que lo vio, había quedado encantado por los diamantes incrustados y la forma en la que estaban alineados simétricamente al rededor de la imponente y fina piedra azul, no había forma de que una joya de ese estilo pudiese ser ignorada por Kim Wooseok, él había alucinado y babeado un poco por el colgante, e incluso tuvo que seducir al dueño de la joyería para que le diera una rebaja, puesto que Jinhyuk le había castigado la tarjeta otra vez, y si no obtenía la maldita pieza de ensueño fuera como fuera, iba a odiarse el resto de su vida.

Pero ahora que la tenía entre sus manos, sólo podía pensar en lo jodidamente pesada que era y que era bastante exagerada, obviamente Wooseok la haría lucir muy bien con su costosa ropa y costosa existencia, pero también sería una molestia al día siguiente cuando su piel se irritara por la fricción en su nuca, su piel era ridículamente débil como papel.

Kim cerró la caja y la deslizó a un lado, abandonando la pieza. Seungyoun siguió el movimiento con los ojos muy abiertos e incrédulo.

—¿Qué estás haciendo? ¿No vas a usarlo?

—¿Por qué lo usaría?

Cho esta vez se veía como si alguien le hubiese dicho que todo este tiempo el cielo fue rojo y no azul.

—No. La pregunta es, ¿por qué no lo usarías? —bufó— Es totalmente lo tuyo usar estas cosas

—No seas fastidioso, si digo que no la usaré, no la usaré.

Kim empezó a guardar su maquillaje.

—Ya, Kim Wooseok. ¿Estás enfermo? ¿Realmente eres tu?

—Demonios, ¿ahora qué? ¿Por qué no vas a vestirte y me dejas en paz?

—Yo también quiero ir a vestirme pero estoy demasiado impactado por lo que estoy viendo. ¿Qué pasa con tu maquillaje?

Kim se vio al espejo.

—¿Qué hay de malo con mi maquillaje?

—Exactamente, no hay nada de malo con tu maquillaje. ¿Recuerdas como siempre te fastidio por tu fuerte maquillaje de gata fiera? Pues ahora te ves como un niño normal, no es que esté mal, de hecho te ves adorable, pero te lo digo porque a ti te importa tanto esa mierda de reputación y si vas así, tus haters harán una fiesta de cancelación en tu nombre. Estás demasiado simple.

RAMÉ (Wooseok/Seungwoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora