1

16.8K 513 126
                                    

7:15.

Iba a llegar tarde otra vez, bien Kelsey me reprendo mentalmente. Me iba a ganar otra riña por parte de Louis. Ya estoy exhausta de su voz chillona todas las mañanas por llegar de vez en cuando apenas unos minutos más de lo acordado, diciéndome "Señorita Grant esta vez su alarma no sonó o tuvo otro de sus polvos matutinos". No hace la diferencia unos diez o quince minutos de tardía, como si el congestionamiento de tráfico no fuese suficiente, todavía me falta encontrar lugar para aparcar el vehículo. Aunque sea difícil de creer, no importa la hora que sea, encontrar un maldito lugar en Nueva York es imposible.

7:25.

Demonios.

Otra vez atascada en el tráfico. Está decidido. Hoy no va a ser mi día.

Toco el claxon, avanzo esquivo a una moto demasiado grande en color negro que al parecer o se le quema la sopa o tiene que ser importante, porque no le da importancia a los demás autos de adelante. Pasa igual inclinándose y dejando una marca en mi precioso tommy, el que a propósito es un hermoso Smart color magenta, el cual me compré con mi sueldo ahorrando durante 5 años.

Me bajo hecha una fiera preparada para mandarlo devuelta a la barriga de su madre pero el "gran conductor", entiendase el sarcasmo en las palabras, ni siquiera frena o tiene la decencia de mirar hacia atrás. Sube más la velocidad esquivando a los demás automóviles y me deja ahí parada. Acordándome de cada miembro de su familia, pareciendo una auténtica loca.

7:40.

Ya que estoy fuera del automóvil, me dirijo a ver que es lo que provoca tanto disturbio. Sé que aún queda rato largo en éste embrollo. Vivo aquí desde que tengo noción de la vida.

Me encuentro con una furgoneta roja con letras blancas que reparte no se que mierda en estacionada en doble fila, ocupando dos carriles, me acerco al conductor y le digo:

—Oye amigo, que tal si mueves este monstruo hacia un carril, estás apoderándote de dos vías y no solo tú trabajas. — Si de algo estoy segura es que tengo muy mal carácter por las mañanas y más cuando no voy a horario.

—Descuida preciosa, si me das un besito me desplazo a donde tú quieras.— Me dice sugestivamente moviendo las cejas.

Cristo bendito dame fuerzas o voy a salir en los periódicos por haber exterminhado media raza humana.

—Puedes irte a besar a tu madre. Ahora mueve este cacharro porq.... — Quedo a media frase cuando un oficial se acerca junto a un oficial de tránsito. Tardaron un poco mucho en aparecer en mi opinión.

—¿Todo bien por aquí señorita?— El guardia... Matt, ya que eso dice su placa me pregunta con cuidado.

—Sí, oficial, solo estaba dialogando con este hombre. Pidiéndole que se aparte así podemos seguir por la vía el resto de los conductores. —Digo con mi mejor sonrisa seductora, no está para nada mal el madurito este, quizás un polvo no estaría mal.

—Señor, vamos a pedir que mueva el vehículo a un solo carril y deje circulación libre o le tendremos que hacer una multa por obstrucción de carretera y obstaculizar el libre circulamiento en ésta. —El agente dice gentilmente al repulsivo hombre.

La furgoneta se mueve y largo un trote hacia mi auto. Sub, lo enciendo y avanzo a una velocidad bastante alta para utilizarla en esta parte de la ciudad. Espero que los oficiales no me hayan visto o la de la multa seré yo.

Miro la hora. 7:55. Demonios, tan solo me quedan quince minutos y estoy a más de veinte manzanas.

Llego sobre horario con dos minutos tarde, pero louis está ocupado regañando a una de las nuevas niñas que entraron ya que rompieron parte del vestuario para el desfile, cuando entro que no nota la demora.

Lo primero que hago es dejar mis pertenencias en una habitación que nos designan los organizadores, buscar la silla con mi nombre que indica que ahí me arreglarán los estilistas y  buscar a Hanna, es como una hermana en éste lugar.

Cuando sos modelo y ejerces la profesión como nosotras, es difícil hacer amistades ya que es un ambiente lleno de envidia, egoísmo, trastornos alimenticios, y miles de cosas más de ese estilo, es como si fuese un mundo aparte.

Hanna Wells, es todo lo contrario a esto, por eso nos llevamos tan bien el primer día. Tiene un rubio oscuro, con unos ojos azules como el puro océano, con respecto a la estatura no es demasiada alta como la mayoría de las modelos midiendo dos metros pero tiene su metro setenta y cuatro felizmente. Un cuerpo de infarto, con unas curvas que toda mujer desea pero más allá de su aspecto físico tiene una personalidad que encaja con cualquier persona sensata. Tiene esa virtud de hacerte reír hasta que olvidas tus problemas y se te escapan las lágrimas de risa.

La encuentro examinando su vestuario. Voy hasta ella nos saludamos y conversamos un poco hasta que tengo que ir hacia los estilistas que acaban de llegar. Siempre están bajo mucha presión y estresados.

Esta noche el evento es de Prada, ya que lanza su temporada Otoño-Invierno y vendrán demasiados invitados con un mix de profesiones de todo tipo. Desde los empresarios más ricachones hasta las cantantes más famosas. Incluso profesionales de la medicina, abogacía y más.

Voy caminando con mi teléfono absorta en él me choco contra alguien, antes de levantar la vista me disculpo pero me arrepiento de haberlo hecho ya que es Raquel Miller.

Desde el día en el que entré en Louis's Design, me odia por el hecho de que Louis esté maravillado conmigo y la dedicación que entrego aquí. Louis quedó emocionado que haya decidido dejar mi ex agencia para irme a trabajar con él. Creo que Raquel sintió que ocupe su lugar  y se empeñó en hacerme la vida imposible.

No voy a negarlo es muy hermosa. Tez blanca, una gran cabellera oscura y unos ojazos con una mirada profunda, sigo creyendo que con ellos puede llegar a ver tu alma. Si fuese hombre no dudaría en mirarla, pero toda esta belleza al parecer la tiene en contra en su interior.

Inventando rumores falsos, diciendo todo tipo de cosas hirientes, acusándome de cosas inciertas, entre otras maniobras para complicarme la vida es lo que hace día a día.

La verdad muy maduro de su parte. En vez de hacer su vida y tratar de hacerlo cada vez mejor y superarse se empeña en joderme la vida a mí.

Al ver mi rostro, hace un gesto como si oliese alimentos en mal estado y pasa por mi lado estrellando su hombre junto con el mío y dándome una mirada pretendiendo que me ponga los pelos de puntas pero lo que en realidad me provoca es cansancio de su inmadurez.

Sex Slaves [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora