19 (Primera Parte)

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La voz del piloto nos había avisado al comienzo del vuelo que se demoraría alrededor de seis horas con treinta y nueve minutos, inclusive siete horas.

Ya que llevábamos arriba de este pájaro cuatro horas y medias decidimos comenzar una ronda de chismes mientras Charles tomaba "su siesta embellecedora".

Fue muy dinámica, nos pasamos casi una hora intercambiado consejos entre todas y conociéndonos mejor en cuanto nuestras vidas privadas.

Todo marchaba a un paso excelente, hasta que la palabra fue cedida a Raquel. Su majestad llevaba quince minutos hablando de su hermosa cabellera y recién estaba comenzando.

Decidí ir hacia mi asiento a escuchar un poco de música antes que necesitara arrancarme los oídos a causa de escuchar esa voz. 

Ya que Hann quiso acompañarme, esta era mi oportunidad de indagar en lo que tanto me hacía ruido.

— ¿Vas a contarme qué es lo que te traes entre manos, mi querida Hann? —. Hanna dejó la revista que estaba leyendo poniendo su mejor cara de asombro

—Juraría por mi madre que no sé a qué te refieres, Kelsey.

— Conmigo no, Hanna. Eres de llegar tarde, pero jamás estuviste tan despistada, te maquillas menos que antes, no quieres quedarte en mi apartamento, no me llamas para nuestro día de compras semanal. Te apartaste de todo, otra vez... ¿Volviste con él, cierto?

—Kels... Sabes que no es fácil. Estamos... Estamos en algo raro. Somos todo sin serlo nada.

—Sabes lo que te quiero Hann, pero no voy a dejar que te lastime otra vez. No voy a decirte que debes hacer, tan solo puedo aconsejarte. Y si esto deseas estaré a tu lado, pero ya sabes, si Christian hace algo, no dudes en que utilizaré todo lo que he aprendido en el gimnasio de defensa personal. Sabes que tienes mi apartamento con las puertas abiertas siempre que lo necesites.

—Son estas charlas las que me demuestran que nuestra amistad vale la pena cada minuto que pasa. Las demás chicas me dijeron que debía dejarlo. Gracias por apoyarme. Prometo que esta vez será diferente. Lo siento—. El abrazo siguiente de nuestras palabras fue tan reconfortador que el sueño me empezó a invadir.

—Por un minuto casi se me escapa el corazón de entre los dientes cuando Louis mencionó que te sacaba de Show. No podría imaginar vivir este momento sin que estés a mi lado y mucho menos que te arrebaten esta oportunidad con la que tanto hemos soñado desde nuestros comienzos.

—Ni que lo digas, es más creo que las lágrimas no aparecieron porque me encontraba en completo shock. No sabía cómo reaccionar. Quería rogar, llorar, patalear, gritar, volver a rogar una y otra vez—. Pude notar por el rabillo del ojo que Raquel se nos estaba acercando.

—Ni es para menos, escucha Hann, ¿Te parece si luego seguimos con nuestra conversación? —. La rubia no entendía nada, por lo que le hice una pequeña seña con mi cabeza apuntando a Raquel.

—Hola queridas, ¿puedo sentarme? —. No nos permitió tiempo a responderle porque Raquel se arrojó al medio de nuestros asientos con su gran trasero, provocando que Hanna y yo terminemos una de cada lado, presionadas en un pequeñísimo y estrecho lugar de la butaca.

— ¿Disculpa Raquel, pero precisas algo? Kelsey y yo estábamos ha-

—Ya que lo mencionas amiga... Les propongo una tregua. Ya saben, con todo esto del asunto del desfile. No es que me agrade admitirlo pero he de decirlo, somos lo mejor de lo mejor. ¿Realmente creen que esas —-. Con su uña de acrílico apuntaló hacia las demás chicas que se encontraban de donde ella provenía — podrán superarnos? Es decir mírenme —rápidamente se corrigió— mírenos, lo siento. En fin, ¿Qué opinan?

Sex Slaves [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora