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NOTA DE AUTOR HIPERIMPORTANTE AL FINAL.

Pasamos una noche de chicas como ninguna otra. Miramos casi 6 películas de las cuales eran o se podrían catalogar como de género de horror y románticas o como yo les digo, una historia de amor irreal. Nos dimos la oportunidad y nos llenamos a punto de sentir que íbamos a estallar de comida chatarra, nos pusimos al día en cuanto los chismes y rumores de la agencia, hablamos de nuestros planes a futuros en nuestras vidas y le conté mi reciente propuesta para VS. Fue la primera en todo mi circulo social en enterarse ya que todavía debía ir a audicionar y no quiero que se sepa, si es que sucede, de mi fracaso.

Hann me alentó y me dio esperanzas, además de buenas vibras pero siendo sincera creo que es muy difícil que pueda ser escogida en un casting de tal magnitud en el cual se buscan mujeres ""PERFECTAS"". También el ambiente es horrendo porque todas aquellas mujeres van con el mismo propósito y van a matar o matar, porque obtener ese privilegio es uno de los más grande en la carrera de una modelo.

Por consecuente, por eso estoy aquí en este momento.

El gimnasio.

Mi entrenador Bruce, hoy está exigiendo el triple por el permitido de la noche de chicas pero mi cabeza está en un único lugar, pensando que responderle a ÉL.

— Te noto diferente esta mañana Kels, muy distraída. ¿A qué se debe?

—Lo siento Bruce. Mi mente está repleta de mierdas.

—Pequeña, yo no puedo hacer mucho pero tú puedes sacar esa pequeña furia que llevas dentro con el saco, por allá —Me menciona al mismo tiempo que con su mano corpulenta y morena señala una esquina del gimnasio— Mientras termino de programar las máquinas para tus próximos ejercicios.

Mientras veía esa sonrisa tan impecable en aquel rostro moreno, coloque mis auriculares en mis oídos a la vez que desde mi IPhone elegía una lista de música adecuada para entrenar. Tal era la burbuja que me había creado que sin mirar por dónde caminaba tropecé contra una mesa repleta de botellas provocando que estas cayeran y se dispersaran por todo el suelo.

—Descuida, se nota que ibas distraída. Deja que te ayude. —Dijo un hombre a la vez que suelta una carcajada y recolecta algunas botellas.

—Sí, lo sient— Quien menos pensé encontrarme en este maldito gimnasio, apareció.

—¿Kelsey, no? — Dijo con una sonrisa un poco burlona y sus grandes ojos clavados en mí.

—¿Ángelo? ¿Qué haces tú por aquí?

Otra vez aquella gloriosa risa.

—Creo que no hay mucha lógica, un gimnasio, se viene a hacer gimnasia....

—Ya, entendí. Fue una estúpida pregunta.

—Oye... Estuve esperando tu llamada ayer por la noche. Creo que fue un error no haberte pedido tu número y solo haberte entregado el mío.

Esta vez, soy yo la que suelta una carcajada pero nerviosa.

—Lo siento, deberas quise llamarte, per—Mentira se suponía que me debía hacer desear.

—No importa, no necesitas excusarte. Entiendo, no quisiste contactarme.

Ay Ángelo, si tu supieras lo que deseo contactarte.

—NO, por favor espera —Lo tomo del brazo ya que comenzó a caminar en rumbo contrario a mí. —Te acabo de dejar un mensaje así cuando lo veas me hablas y acordamos quizás para unos tragos, si tú quieres.

Sex Slaves [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora