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Kelsey P.O.V. (Maratón 2/3)

Justin ensanchó una gran sonrisa sobre su rostro para estampar sus labios ferozmente sobre los míos. Nos separamos para coger aire y nuevamente me tomó por la cintura— Anda, muero porque lo conozcas.

Una pequeña voz en mi cabeza comenzó a realizar preguntas como resultados de una calculadora, una tras otra sin cesar: ¿Habrá venido anteriormente con Rose? ¿Qué tal si acá trae a todas para luego tener su carta asegurada que follará esta noche?

Demonios. Kelsey, concéntrate.

Esta noche eres tú la que está con él.

Justin saludó a los guardias mientras colocaba una pequeña tarjeta sobre una pequeña máquina al costado de la entrada para que la barra de acceso coloque una luz verde y nos dejasen entrar a ambos.

Parecía ser un club de lo más normal, dos grandes pistas, luces y humo por doquier, personas realmente ebrias, mujeres, hombres, música.

Acerqué mi boca a su oreja ya que la música impedía la comunicación— No puedo creer que me hayas traído a un club, si odias bailar.

Su rostro se ensombreció, sus pupilas se volvieron oscuras y volvió a colocar aquella sonrisa traviesa.

Me tomó de la mano y nos condujo hacia la barra.

Susurrando/gritando en mi odio me dijo— No te separes de mí y no aceptes bebidas de nadie, Kelsey. No todo es lo que parece esta noche y ya lo verás.

—¿Qué quieres decir?

—Al tiempo, tiempo nena. ¿Qué quieres beber?

—Un tonic, por favor— Justin asintió con su cabeza a modo que me había escuchado y pidió un vaso de bourbon para él.

No podía parar de darle mil vueltas a sus palabras mientras iba por su segunda copa, Justin lo único que hacía era comprobar la hora en su reloj y clavar la vista en mí.

—Si tienes asuntos que realizar o quieres irte dímelo, Justin. Hace treinta minutos que no dejas de mirar el maldito reloj.

En ese momento bajan la música y se escucha por los parlantes del club al dj hacer un anuncio pero no le di mucha importancia, por lo que llegué a entender era algo sobre una zona vip.

Sin más se comenzó a vaciar las dos pistas de baile dejando tan sólo a la mitad de la multitud que había al comienzo. Y al parecer nosotros no éramos la excepción porque Justin me tomó por la cintura bajándome del taburete del que me encontraba para seguir el mismo camino que aquellas personas.

Una gran puerta dorada y roja separaba al club de la zona "vip", volviendo a colocar su tarjeta en la barra de acceso entramos en un instante.

Al cruzarla mis ojos no podían ver lo que tenían a plenas vistas. Camas continuadas de ambos lados, tanto el derecho como el izquierdo con personas comenzando a desnudarse o ya en pleno acto sexual.

Los gemidos retumbaban, pero sobre todo se podía escuchar a una pareja junto a otro hombre más que estaban protagonizando un trío y se había armado un poco de público.

No podía quitar la facción de sorpesa de mi cara, no podía creerlo. Parecía otro club insulso de la ciudad pero contenía un club de sexo en su parte vip.

Recorrimos todo el pasillo para entrar hacia una especie de hall donde una suave música sensual y luces tenues recorrían el ambiente.

Justin cada vez apretada con más fuerza mi mano y yo le daba un apretón para indicarle que me estaba dañando a lo que él volvía a soltar su agarre y repetir el ciclo pero jamás paró a mirarme.

Sex Slaves [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora