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Era hora.

El show iba a comenzar.

Mis nervios me están matando.

Respira.

1.

Respira.

2.

Respira.

3.

Puedo hacerlo.

Desde los quince años me dedico a modelar, sin embargo siete años después sigo teniendo los mismos sentimientos que la primera vez. Siempre es igual, siento correr la adrenalina por mis venas, quiero salir corriendo, vomitar, quitarme el estómago pero doy largas respiraciones, cuento hasta 3 (a veces mucho más) e imagino mi lugar feliz; aquel donde nada puede dañarme, donde soy yo realmente y no aquella Kelsey que demuestro a diario.

Miro mi vestuario una última vez. Llevo puesto unos vaqueros azul marino oscuro por arriba de mi cintura, una remera marrón oscuro, un collar que son como seis o siete mezclados en tonos dorados, para acabarlo un sobre todo terminando arriba de mis rodillas animal print combinando con mis botas altas del mismo color que mi remera, estilo arrugadas hasta abajo de la rodilla.

Las maquillistas están terminando de alistar mi maquillaje y los peluqueros aplicando fijador a mi peinado excéntrico para que no se desarme en la pasarela. Inclino mis ojos hacia un lado luego al otro y encuentro a todas mis compañeras en la misma situación que la mía. Algunas demuestran más sus nervios o ansias, otras ya saben como como ocultarlo pero al fin y al cabo estamos todas en lo mismo.

Sale una chica. Luego otra. Luego otra. Luego otra. y así hasta la número trece. "Catorceeeeee" gritan. Es mi turno. Pongo mi mejor cara seria. Trato de no mostrar lo que siento. Coloco mis hombros hacia atrás sacando el tronco hacia fuera y salgo a la pasarela. No miro a nadie. Me concentro en llegar a la punta posicionarme y volver.

Lo logro.

Me cambio unas 5 veces más, me coloco el vestuario final, hacemos le gran cierre, y ya puedo respirar. Es hora de la fiesta, la parte que más amo de mi trabajo.

Me pongo mi vestido negro cubierto por pequeñas piedras, que llega desde mi trasero cuatro dedos más, y me dejo el peinado y maquillaje que utilicé para la pasarela. En resumen tengo una cola de caballo tirante por la mitad de mi cabeza ni un solo pelo rebelde fuera gracias a la cantidad de fijador, cortesía de los peluqueros, mis ojos ahumados de negros, y los labios en color nude, nada mal.

Voy saludando a todos, me felicitan, algunas principiantes piden concejos y más de los siempre, amo esto pero a veces suele ser agotador la misma rutina.

Louis nos llama a Hanna y a mí, nos presenta a una nueva integrante de la empresa, una nueva modelo. Candice Morrison. Es muy linda. Media baja, tez muy blanca, pelo castaño, unos ojos azules impactantes, pero siento que hay algo que esconde, es como mi sexto sentido en las personas. La voy a tener en la mira no necesito otra Raquel en mi vida, con una alcanza y me sobra demasiado.

-Hola, bienvenida a la familia, espero que te sientas cómoda, yo soy Hanna, Hanna Wells, y ella es mi compañera Kelsey Grant.- Le dice mi amiga en un tono amistoso y le sonríe.

Siento un golpe en mi costado, volteo la mirada de Candice, es Hann esperando que reaccione, me quede mirándola y no dije una palabra.

-Ammmm, hola, soy Kelsey, mucho gusto.- Digo mientras le extiendo mi mano que la toma con una pequeña sonrisa amistosa pero bastante falsa.

-Mucho gusto, Kelsey, Hanna, espero que seamos amigas, recién me inicio en el proceso y esperaba que me pudieran dar concejos e instruirme como debería. - Dice mientras suelta su mano de la mía.

Sex Slaves [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora