Sex Slaves [SIN EDITAR]

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Kelsey P.O.V (Maratón 1/3)

—¿Sabes? Esto realmente sabe muy bien —señalé hacia su dirección con mi cubierto

—No te pases conmigo, listilla. Si no hubieses distraído al chef no tendríamos que haber llamado por el repartidor de comida.

Tomé un sorbo del delicioso vino que Justin había elegido— Es de muy mal perdedor no saber aceptar una derrota y dejar la culpa hacia otros.

El sonido de la cena se detuvo por completo en el instante que clavó su mirada en mí dejando ambos los cubiertos suspendidos a medio camino — Sabes, pensada en hacer de esta una noche tranquila pero viendo que me estás desafiando haré un pequeño cambio de planes.

Abrí mi boca en total shock. La persona que tenía sentado frente a mí realmente era una caja de pandora— ¿A qué te refieres?

—Acaba tu cena. Te espero en treinta minutos en el vestíbulo —sin más se levantó y llamó desde su móvil a su chofer— Y Kelsey...

Intenté modular un mínimo monosílabo pero es que no podía comprender qué demonios era a lo que jugaba esta vez Bieber.

—Ponte Sexy y encaje —noté la sonrisa arrogante que suplicaba por escaparse de su rostro pero se mantuvo serio— ya verás que tan mal perdedor suelo ser— y sin más esas fueron sus últimas palabras antes de marcharse por el portón.

*****

Dejé mi cabello con unas largas ondas que recorrían toda mi espalda hasta apenas alcanzar mi trasero. Me coloqué un fuerte labial rojo apasionado, di algo de volumen con la máscara a las pestañas para terminar con tanto preparativo con un poco de colorete en mi rostro.

Justin había mencionado algo de sexy y encaje... tenía el vestido perfecto para la ocasión aunque estoy un poco demasiado segura que terminará internado por un ataque al corazón cuando lo vea. O mejor dicho me vea.

Me subo a los tacones negros que me hacen sentir una Femme Fatal, tomo mi bolso junto con el móvil y desciendo con el elevador hacia al lobby.

Busco con la mirada pero no lo veo ningún lado. El guardia me saluda mientras asomo mi cabeza por la puerta principal aunque es en vano ya que me abre la puerta para dejarme salir. Le regalo una sonrisa y camino hasta la acera.

15 minutos.

Absolutamente nada.

Justin es de las personas más puntuales que he conocido, me atrevería a decir que inclusive hasta pareciese que está obsesionado con la misma.

Mi piel se erizó por una ráfaga de viento que corrió desde el otro lado de la calle provocando que mi pelo revoloteara y cubriese por entero mi rostro.

—Permítame decirle que disponiendo de un rostro tan sensual como el suyo es una pena que decidiera cubrirlo —dando aparición soltó aquellas palabras mientras me ayudaba a introducirme en su auto.

—Eres un inútil.

—Pero aun así te gusta gritar el nombre de este inútil todos los días, así que...

—Y a ti te gusta follarme todos los días igualmente, por lo que estamos a mano, ¿Correcto Señor Bieber?

—¡Kelsey!

Ante su regaño caí en noción— Vale, lo siento. Se me ha pasado.

—Últimamente se te pasan varios tacos.

—Y a ti últimamente se te da el no seguir la puntualidad.

—Tiene un punto ahí, nena. Aunque no lo creas había un gran tráfico hasta llegar aquí. ¿Realmente debías vivir en el medio del maldito Nueva York?

—¡Sí que los años te están poniendo viejo y gruñón!

—Ya verás que tan viejo y gruñón soy esta noche.

Mi mente comenzó a correr como un hámster en su rueda. Moría por preguntarle dónde íbamos o qué íbamos a hacer pero sabía de ante mano que jamás respondería mis preguntas y perdería mi orgullo.

Consejo, jamás dejes ganar a Bieber aunque sea en una pequeña apuesta porque se le triplicará el ego con el que su madre lo parió.

Decidí encender la radio mientras miraba a Justin conducir, todo centrado y con el ceño fruncido. Insultado a todo auto sin importarle un bledo si es Obama, Michelle o el príncipe Harry.

Me gustaba como conducía, emitía adrenalina sin mencionar el hecho de que el coche deportivo más que andar sobre ruedas volaba y Justin era todo menos minucioso con la velocidad.

—Kelsey, he dejado una foto mía en tu fondo de pantalla así puedes dejar de mirarme como una adolescente.

No podía creer que estuvo hurgando en mi móvil. Coloqué mi mano en un puño y le di en su brazo derecho.

—¡Demonios Kelsey! Dejaré de llevarte a entrenar— dijo mientras se frotaba la zona recientemente golpeada.

Se lo merecía, por lo que me apuré antes que la luz se colocara verde y le di otra pequeña golpiza.

—¡Kelsey, ya basta! Esta vez lo digo en serio— colocó aquél tono autoritario pero esta vez no le servirá de nada.

—Y tres bledos. No vuelvas a tocar mi móvil sin mi consentimiento.

Pero fue en vano mi tono de reproche ya que sólo apretó su quijada y no volvió a dirigir la mirada o una simple palabra en todo el viaje hasta nuestro destino.

*****

Bajó del automóvil y lo dejó en contacto para abrirme la puerta y entregarle las llaves al aparca coches.

Delante de mí se expandía un gran letrero con luces rojas neón que citaba "Tarot Club. No esperes a la fortuna, haz tus fantasías"

La puerta llevaba una gran demanda de fila, cuatro personas de seguridad la custodiaban mientras un gran telón negro cubría e impedía ver hacia dentro del mismo lugar.

Justin colocó su mano por mi cintura y susurró a mi oído— Cuando te he dicho que te pongas sexy, me refería a algo menos revelador. No sabes lo que estoy conteniendo por no romperle la cara a todo gilipolla que no puede quitar los ojos de ti.

Esta vez fue mi turno de jugar las cartas— Lo que ellos no saben, es que por esta noche te pertenezco a ti.

—¿Sólo por esta noche?

—¿Qué tal si dejamos que la fortuna nos lo diga?

Prometí la maratón por los 100 mil leídos y acá está. Espero que les guste y la disfruten.

Espero que pueda compensar algo de todo el cariño que me dan comentando, votando y leyendo mi obra.

IMPORTANTE: No habrá actualizaciones hasta pasado el 5 de marzo porque me voy se vacaciones.

¡Espero seguir viendolxs seguido y NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR SU PARTE FAVORITA!