Me encontraba guardando la pila de ropa que había escogido para llevar conmigo este verano dentro de la maleta. Simón, mi hermano mellizo, entra sin permiso en mi habitación.
—Sabes que solo nos iremos un mes, ¿verdad?
—Un mes es mucho tiempo, y requiere mucha ropa.
Rodeó los ojos antes de dejarse caer en la cama.
—Mamá tiene algo que decirnos.
—¿Sobre qué?
—No lo sé, supongo que sobre las vacaciones.
—¿Han decidido cambiar el lugar aburrido de una vez por todas?
—No, definitivamente eso no ha cambiado.
—¿Me das al menos una razón para seguir yendo después de dieciocho años?
—No seas malhumorada, Amory. En las vacaciones podemos pasar tiempo los cuarto juntos.
—Lo sé. Es que no ver a Nina ni a Daniel durante un mes...
—También extrañaré a Nina. En cuanto a Daniel, te hacen un favor.
—Simón... —advierto.
Nina Connelly, mi mejor amiga y por las maravillosas casualidades de la vida también la novia de mi hermano.
No me mal entiendan, no es que no me agrade la idea, adoro la pareja que hacen. Sólo que aún no termino de acostumbrarme a verlos juntos, no de esa manera. Resulta un tanto extraño encontrarla en mi casa y no porque la haya invitado o venga a verme a mi, que esté en las reuniones familiares, que se quedé a dormir en el cuarto de Simón, o bajar al living y descubrirlos besándose sin pudor en el sofá. ¿Me explico?En cuanto a Daniel, desconocía la razón por la cual mi hermano no lo soportaba.
Llevábamos "saliendo", si es que se puede decir así, hace un mes. Y parece ser esa razón suficiente para que Simón lo declarara su enemigo eterno.—Tierra llamado a Amory —agita sus manos delante de mi.
—¿Qué?
—So.
—Madura.
—Mamá nos está llamando.
Suspiré y dejé mi valija sin terminar. Ambos bajamos las escaleras como si se tratase de una carrera de vida o muerte, empujándonos cuán niños. Nos detenemos bajo las miradas desaprobadoras de mis padres.
Recargo mi espalda contra una de las columnas que se hallan en la cocina y me cruzo de brazos.—Chicos, tenemos una noticia para ustedes —comienza a hablar papá.
—Somos todo oídos. —responde Simón sentándose en el sofá.
—Sabemos que, ahora que están más grandes y tienen otros intereses, la casa de verano no es algo que les agrade tanto como antes.
—Cierto —concuerdo y mi mellizo me enseña una cara de pocos amigos. Pongo los ojos en blanco.
—Bueno, con su madre lo pensamos y se nos ocurrió que cada uno puede llevar una persona este año.
—¿Una persona? —pregunta Simón.
—Si, puedes llevar un amigo, a Nina, lo que quieras.
Esperaba, por un momento, que salga de sus labios un "no iremos este año" pero la verdad es que, en el fondo, tampoco quería eso. Kauleche ya era parte de nuestras vidas al fin y al cabo.
—¡Llamaré a Nina! —grité al mismo tiempo que corría a buscar mi celular.
—Yo a Cameron. —me detuve en seco.
—No.
—¿No, qué? —sonrió mi hermano.
—¡No puedes hacerme esto, Simón!
—No es mi culpa que mi mejor amigo y tú se lleven mal.
—Soy buena hermana, he elegido llevar a tu novia, tú podrías escoger otro amigo, ¡Todos me caen bien!
Se llevó el celular a la oreja.
—Hola, Cam. ¿Cómo estás, hermano?
Grité exasperada, al mismo que tiempo que entraba en mi habitación. Sé que está sonriendo.
Le envié un mensaje a Nina para preguntarle, o más bien avisarle, sobre sus nuevos planes de vacaciones. Me respondió que si, muy contenta, y por un momento me sentí entusiasmada acerca del viaje.
Salí del cuarto y corrí escaleras abajo dirigiéndome hacia la cocina, dónde se encontraba mi mamá, para contarle que mi mejor amiga había aceptado.—Que bueno, cariño —sonrió.
—Mamá, ¿Has visto mi celular? Lo tenía en la mano y desapareció. —preguntó mi hermano acercándose a nosotras.
—Lo dejaste en la mesa, Simón.
Se dispuso a salir de la cocina para buscarlo y lo seguí.
—Vas a extrañar a Nina—dije, fingiendo una cara de tristeza.
—¿Por qué?
—Bueno, porque he decido invitar a Daniel.
—Es una broma. —me miró como si hubiese perdido la razón completamente.
—No, lo siento. Iba a aburrirme si pasabas tiempo con Nina y yo debía soportar a Cameron.
—¡Amory, es un idiota!
—¡No peleen! —levantó la voz mi mamá desde el cuarto de al lado.
—¡Mamá, Simón está diciendo que Dan es un idiota!
—¡Simón! —sonreí triunfante— ¡Uno no elige de quién enamorarse!
—¡Mamá! —grité enojada, aunque no estaba enamorada de él.
—¡Mamá, no puede llevar a Daniel! ¡No lo soporto!
—¡Yo no soporto a tu amigo!
—¡Eso es porque te gusta desde que eres una niña!
—¡Mamá, dile a Simón que no me gusta el inútil de su amigo!
Ella salió de la cocina y nos miró con mala cara a ambos.
—¿Ustedes cumplieron dieciocho años o seis? —dijo colocando las manos en su cintura.
—Lleva a Nina. —suplicó.
—Tarde, ya le he dicho a Daniel y no puedo cancelarle. A no ser que elijas otro amigo...
—No haré eso. Eres una buena amiga, Nina tiene suerte. —habló sarcásticamente y subió a su habitación. Dando un portazo.
—No lo molestes, Amy. Dile que no llevarás a Daniel.
—Sólo déjalo sufrir un poco más.
Negó con la cabeza y volvió a la cocina.
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Secretos de verano
Teen FictionEl verano ha llegado. Amory y su hermano se preparan para partir, como todos los años, a una pequeña ciudad llamada Kauleche cuando sus padres les dan una noticia: ambos pueden llevar una persona con ellos para hacerles la estadía menos aburrida. L...