Ambas ruedas habían sido reemplazadas luego de esperar al mecánico por cuatro eternas horas. Eran las once de la noche y todavía nos quedaba más de la mitad del viaje por recorrer.
Nina y mi hermano se habían ido a dormir hace unos minutos y yo me encontraba en el sofá con los auriculares puestos, observando el cielo negro y las gotas deslizándose por el vidrio, que se lograban distinguir a contra luz cuando pasábamos por delante de algún farol.
Cameron, en cambio, estaba muy entretenido en el sofá del frente jugando con su celular.—Creo que iré a dormir —digo.
—También yo, estoy cansado.
Estoy ansiosa por recostarme en un sitio cómodo y descansar un poco. Eso hasta que noto algo, Nina está durmiendo en la misma cama que mi hermano, abrazados cuan tortolitos. Y eso significaba una cosa, solo quedaba una cama libre, y nosotros eramos dos.
—Despertaré a Nina para que se pase de cama.
—No seas infantil. Puedes dormir conmigo. —sonríe, obligándome a poner los ojos en blanco.
—Si hablas de dormir en el sofá, no gracias. Dormiré aquí.
—Eso si que no. Tengo derecho a descansar mi cuerpo en un lugar cómodo tanto como tú.
—Sé caballero al menos una vez en tu vida, ¿Quieres?
—Bien, te dejo la almohada alta, me hace doler el cuello.
—No puedes ser real —me exaspero.
—Gracias, que gran cumplido de tu parte, Amy.
Me acuesto en la cama. El se sienta a mi lado y, cuando comienza a prepararse para meterse entre las sábanas, lo empujó con mis piernas haciendo que caiga de culo al suelo.
—Piedra, papel o tijera —sugiere.
—Y luego yo soy la infantil —murmuro— Bien.
—Piedra —decimos al mismo tiempo— papel, o tijera.
Los dedos de mi mano se cierran en un puño, formando una fuerte piedra, mientras que los suyos se estiran simulando un debilucho papel, que me envuelve. Ganándome.
—¿El mejor de tres?
—No hay segundas oportunidades, lo siento.
—Vete a la mierda.
Me pongo de pie y le quitó la manta. Está loco si piensa que se la dejaré. Agarro una de las almohadas y camino hacia el sofá.
—Freeman —lo escucho decir, pero hago oídos sordos y sigo mi trayecto.
Me dejo caer en el no tan cómodo colchón y me cubro el cuerpo.
No entiendo que es lo que las chicas le ven. No puedo soportarlo y ni siquiera hemos pasado juntos un día. Si no fuese porque Nina esta aquí, hubiese preferido que mis padres no digan nada sobre nuevos integrantes.Hablando conmigo misma me quedo profundamente dormida.
***
Sólo escucho las voces de mis padres, por lo que supongo que nadie más ha despertado aún. Comienzo a estirar mi cuerpo antes de levantarme.
—¿Quiere más café, señora Freeman?
Cameron. El descarado esta socializando con mis padres en vez de aprovechar la cama dónde... Esperen, yo estoy en la cama. ¿Que mierda?
Me pongo de pie con la manta todavía envolviéndome y entro en el baño, cepillo mis dientes y me lavo la cara.—¡Hija, que maleducada! ¿Cómo dejas que nuestro invitado duerma en el sofá? —regaña mi madre en cuanto salgo y yo la miro con cara de póker.
—No es problema para mi, señora. Prefiero saber que Amory está cómoda.
Quiero vomitar.
—En que hombre caballeroso te has convertido —le aprieta las mejillas y el ríe.
—Cielo, ¿por qué no van a despertar a tu hermano y a Nina? Ya hemos llegado.
—Claro —digo.
Cameron me sigue.
—Tu mamá me adora.
—¿Como no? si finges ser un amor de persona con ella.
—Soy un amor, te he ido a buscar luego de que te hagas la enojada y ya estabas dormida. Déjame decirte algo, tendrías que hacer alguna dieta, me costó años levantarte.
—Eres un imbécil.
Despierto a la parejita. Los cuatro bajamos y ayudamos a mis padres a entrar las cosas.
Arrastro a Nina escaleras arriba hacia la que será nuestra habitación, dejamos las cosas sobre suelo y ambas nos dejamos caer en la cama.—Esta casa es genial, Amy —me dice.
—No puedo creer que estés aquí.
—Serán las mejores vacaciones de todas.
—Tal vez así sea.
Simón se asoma por la puerta.
—Iremos a dar una vuelta en kayak. ¿Vienen?
Miro a mi amiga, quien se encoge de hombros, asiento y nos ponemos de pie.
Mientras mis padres limpian, ordenan y hacen las típicas cosas de todos los años cuando regresamos aquí, nosotros colocamos ambos kayak en la laguna.
Tomamos los chalecos salvavidas que mi mamá nos obliga a llevar y nos subimos. Nina y yo en uno, mi hermano y Mouser en el otro.—No sé bien cómo hacer esto —dice mi amiga remando.
—Es fácil, solo sígueme. —respondo y ella asiente.
Movemos el remo en la misma dirección de manera sincronizada. Rápidamente dejamos a los chicos atrás.
—¡Es tan divertido! —chilla emocionada y le sonrío.
—También me gusta.
—Simón me dijo que tal vez esta noche salga con Cam. ¿Debo preocuparme?
—No, supongo. El y los chicos que también veranean aquí siempre le dan la "bienvenida", como ellos dicen, a las vacaciones. La primer noche que están todos juntos salen a algún club. Simón nunca me deja ir.
—Ah. Entiendo. ¿Y entre esos chicos esta Matt Hellings?
—Nina, me gustaba cuando tenía quince años, supéralo.
—Te regalo un collar de caracoles, eso es amor. —reímos.
—Eso es cursi.
—Como digas.
Los chicos nos hicieron señas para volver después de un largo rato en el agua, eso hicimos. En casa desayunamos todos juntos, estábamos muertos de hambre.
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Secretos de verano
Teen FictionEl verano ha llegado. Amory y su hermano se preparan para partir, como todos los años, a una pequeña ciudad llamada Kauleche cuando sus padres les dan una noticia: ambos pueden llevar una persona con ellos para hacerles la estadía menos aburrida. L...