Me estaba aburriendo como nunca. Y para colmo, Dan y sus amigos habían coincidido en el mismo lugar que nosotros.
—Amy —me llamó en algún momento de la noche.
—Dan.
—Siento lo del otro día, en serio. Estaba muy enojado.
—Está bien, Dan. Olvídalo —le dediqué una sonrisa compasiva y di media vuelta.
—Espera, una última cosa antes que te largues, mañana regreso a mi casa y ya no te molestaré. Quería pedirte que tengas cuidado con Cameron, es como es y nunca cambiara, Amory. Piensa si en verdad quieres meterte con el.
—Dan, no quiero discutir contigo. Pero, ¿En verdad te crees mejor qué el? ¿Qué te hace diferente? Te has portado como un idiota, y agradezco que trates de advertirme, pero antes de criticar al otro uno debe comenzar por mirarse en el espejo.
—Estoy intentando cambiar, Amy. Y por eso digo lo que digo, siento que te lo debo. Pero el, el no siente lástima por nadie —me dedicó una última mirada antes de alejarse.
Sus palabras bastaron para dejarme pensando el resto de la noche.
Llegó la hora de marcharnos, para mi suerte. Emprendimos camino de vuelta a casa, y en cuanto cruzamos la puerta de entrada, cada uno se dirigió a su habitación dispuesto a dormir. Excepto Cameron, al parecer. Me había enviado un mensaje preguntándome si podía bajar a la cocina. Y aquí me encontraba, escaleras abajo.
—¿Que quieres?
—¿Hablaste con Matt?
—Si.
—¿Por qué no me lo dijiste?
—No tenía muchas ganas de conversar sobre ello.
—¿Sientes cosas por el?
—No lo sé.
—¿No lo sabes?
—Siento cosas por ti, Cam. Pero cuando salgo con el siento que soy una chica normal que le gusta un chico normal. No me acosté con el sin si quiera llevarnos bien, no se esmeró por humillarme toda la vida, no debo esconderme porque no es el mejor amigo de mi hermano, y no debo pensar en qué pasará si el se entera.
—También lo pienso, Amory —contestó algo molesto— todo el tiempo. ¿Crees que no me interesa Simón? Estoy seguro de que no querrá volver a hablarme en cuanto lo sepa.
—Estás más preocupado en preguntarte qué sucederá si el se entera que en buscar una manera de contárselo. ¿Que planeas? ¿Seguir a escondidas?
—¡No lo sé, Amy! —respondió con frustración— no lo sé.
—Bien, yo no quiero estar con alguien que no tiene los huevos suficientes para ir contra todos. No voy ser la chica tonta a la que le haces creer que sientes cosas por ella, pero si salimos con Simón debes acercarte a otra para que no sospeche.
—¿A la que le hago creer? —dijo, incrédulo— ¡Confesé todo lo que me pasaba contigo! Y nunca mentí con eso. E iría contra todos si me dices que quieres estar conmigo.
Tragué saliva.
—Cam, ¿Te das cuenta que puedes perder a tu mejor amigo? ¿Estás seguro que lo valgo?
—¿Y me lo preguntas? Claro que si, vales lo que sea. Me duele muchísimo pensar en perder a Simón, pero si el no lo entiende no puedo hacer nada contra eso.
—Todo esto... me resulta tan raro, y me da tanto miedo. —debía admitirlo.
—¿Crees que a mí no? —tomó mis manos— Amy, nunca una chica causó algo así en mi, todo esto... me entusiasma. Quiero estar contigo todo el tiempo, me diviertes, me sorprende que tantas cosas de ti me gusten y las haya dejado pasar por alto todos estos años.
—Tal vez por eso no termino de confiar. Siempre fuiste un idiota, y yo siempre estuve loca por ti.
—¿Por mi? —me miró confundido.
El pensaba que el amor me había brotado hace unos días como a el. Me gustaría que así sea, de esa forma no me sentiría tan imbécil.
—Me gustabas, Cam. Luego me besaste... por esa estúpida broma, y ahí fue cuando me di cuenta que no debía sentir nada por ti. Todos estos años estuve convenciéndome de que te odiaba. ¿Nunca te preguntaste por qué de llevarnos tan bien pasé a tratarte tan mal?
De repente todo era esquivarnos y pelear entre nosotros, ya me daba igual. Pero me moría por dentro cada vez que ponías un pie en mi casa.—Nunca me lo hubiese imaginado, supuse que estabas creciendo, que ya no te divertías conmigo. Ese día, en el cumpleaños, el flash me sorprendió tanto como a ti. Yo no era parte de eso, creíste lo que esa niña quiso que creyeras.
—¿Q-qué?
—¿Pensabas que yo, con lo que significabas para mí, iba formar parte de la humillación? Jamás hubiese hecho algo para lastimarte. Tal vez no me gustabas de la manera que yo a ti, pero siempre te quise y quise cuidarte. Incluso llevándonos mal.
—Me alivia saberlo. Pero, de todas formas, yo sentía cosas por ti y nunca podríamos haber seguido como amigos.
—Soy consciente de ello, entiendo con claridad que si hubiese sido tu amigo me habría enamorado de ti mucho antes. Y no soportaría haberte visto con todos los idiotas que te gustaron —sonreí.
—¿Recuerdas cuando ese chico me dijo que no quería besarme porque tenía miedo de engancharse con mis brackets? —rió fuerte.
—Claro que lo recuerdo, le dije "tu te pierdes a la mejor besadora del mundo" y te arrastré hacia otra parte. Siento que fue hace siglos.
—Nunca te lo agradecí.
—Fue un placer. ¿Y cuando festejé mi cumpleaños en la piscina y no quisiste quedarte en bikini porque tus pechos estaban creciendo? —se rió.
—¡Fue muy vergonzoso! —sonreí al tiempo que golpeaba su pecho— pero ya no tengo vergüenza, al menos no contigo.
—¿Con Daniel si tenías?
Formé una media sonrisa. Tenía que decirlo.
—Nunca otro chico me ha visto desnuda.
—Amy... —me miró fijamente— ¿Perdiste la virginidad conmigo?
—Si.
—No puede ser. Soy un idiota.
Bueno, no esperaba esa respuesta.
—¿Por qué?
—Es bastante obvio. Merecías mucho más que un ebrio metiéndose en tu cuarto, nunca presté atención si te estaba doliendo, cómo te sentías.
—Cam —lo callé— fue contigo y eso es todo lo que me importa.
—Perdóname.
—No hay nada que perdonar, yo lo quise. Y me gustó. —lo besé.
Me abrazó con fuerza cuando nuestros labios se separaron.
—Te quiero mucho, Amy.
—También yo.
—Después de la fiesta de Travis le contaremos todo a Simón, ¿Te parece?
Asentí, que sea lo que Dios quiera.
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Secretos de verano
Novela JuvenilEl verano ha llegado. Amory y su hermano se preparan para partir, como todos los años, a una pequeña ciudad llamada Kauleche cuando sus padres les dan una noticia: ambos pueden llevar una persona con ellos para hacerles la estadía menos aburrida. L...