El día.

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  Vuelve un día en especial, como si cada día no fuese único e irrepetible.

En ella hace 14 de Febrero todos los días, espera a que nadie ponga un pie sobre lo que llama amor propio. Porque ese territorio es suyo y nada más suyo.

"Ojalá nunca me lo quites o, más cruel, ojalá nunca me lo quite", se repite todas las noches antes de apagar las velas e ir abismo en abismo intentando no caer en ninguno. Detesta estar dentro de los ajenos, es de las piensa que cada uno debe de hacerse cargo de sus ruinas, porque los que llegan solamente se encargan de hacerlos más profundo. Como un cráter.

Le brotan las margaritas cuando sonríe y se le clavan las espinas de las rosas en el pecho izquierdo. Le dolería más si no fuese ella quien se las clavase intencionalmente para darse cuenta de que todavía siente. De que todavía es una chica de sentimientos, por muy ocultos que éstos se encuentren.

No por estar sola voy a ser piedra. He sido piedra las veces que me han hecho lloran hasta quedarme dormida sobre mi almohada, cuando me han arrancado las ilusiones como quien le quita una rosa al rosal y se pasa toda su vida buscándola con esa necesidad con la que se busca lo que jamás volverá a ser encontrado.

Ha sido piedra, de no tengo la menor duda. Lo ha sido porque la han lastimado y no tuvo otra opción que ser dura. Pero las piedras: o son muy frías o cogen el calor de quien las abraza. Y queman. En el fondo, una llama, aún está encendida por que algún día, no un amor, sino el amor, tropiece con ella. Y todo parezca una escena accidentalmente causal.

Un jardín le nació aquel día en que se detuvo, apreció la vida, sintió el viento correr, el sol quemar, el frío hacerse escarcha y miró al cielo con la suicida esperanza de volver algún día a amar.

Es 14 de Febrero.
Y es por ella que lo sé.

Me ha sonreído como si jamás le hubiesen destrozado la sonrisa. Y este día lo declaro mi 14 de Febrero. Es la vida de mi amor, porque ha hecho que vuelvan a nacer cosas bonitas en él. Ahora me doy cuenta de que jamás he buscado al amor de mi vida, sino la vida de mi amor. Y la he encontrado. La encontré un 7 de Julio cuando cabizbajo andaba por la ciudad y su sonrisa me hizo levantar la mirada muy en alto. Y a no querer despegarla jamás de su boca. Es una chica a la que la altura le queda demasiado corta, por eso es que nadie ni nada ha estado a su medida.

¿Sabes qué pasa cuando encuentras, después de haberte enamorado cientos de veces, la razón de tu vida? Que te quemas a medida que se va alejando de ti y cuando estás muy cerca, tan cerca que puedes escuchar su respirar, pareciese que todo tu mundo vuelve a su lugar y sientes como si las partes rotas jamás hubiesen sabido qué es venirse abajo.

Pero ¿sabes qué es lo más bonito de todo? Que 14 de Febrero no es 14 de Febrero, sino el día que vuelves a amar o a sentir cosas bonitas por alguien más. Y todo, absolutamente todo lo existente e inexistente, pasa a segundo plano, porque ya has cedido bailar sobre los cristales rotos.   

Inviernos Rotos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora