En Los Brazos Del Asesino/2daTem #SagaLBYEN

7.B0$$

Votaron por más capítulos en él grupo. Así que, aquí tienen. Notaron que cada titulo de cada capitulo es él nombre de una canción?.

[...]

Conducía por las calles del centro de la ciudad con Ebanyelin abrazada a mi cintura. Acepte él trabajo de ser stripper. Ahora nos dirigíamos al lugar donde ella trabaja para hablar con él dueño del lugar.

Al llegar al sitio me percate de las enormes luces de neón que adornaban él lugar, que no parecía otra cosa más que una discoteca.

-¿Nerviosa? -pregunto Ebanyelin al ver que no dejaba de ver las luces del lugar.

-No, claro que no.

Entramos al edificio de dos pisos, en la entrada había una enorme escalera que nos llevo al segundo piso.

Él lugar era acomodado para abrir en unas horas. Las luces blancas me dejaron ver él lugar que lucia moderno y a las vez clásico con un escenario a mitad de este. 

Seguimos caminando por un pasillo hasta llegar a una puerta metálica, posiblemente blindada, donde estaban dos enormes sujetos. Me puse a la defensiva.

-No te asustes, ellos y otros son los que nos cuidan. -susurro en mi oído. Con eso me relaje- Buenas tardes muchachos. -saludo gentilmente a los dos hombres con un beso en la mejilla.

-Buenas tardes Eba. -dijeron ambos tipos.

-Buenas noches. -salude con un ademán.

-_______, no seas tímida. Aquí somos cómo una familia. -me sonrió Ebanyelin.

-Hola chicos. -salude a cada uno de los hombres con un beso en la mejilla.

-Chicos, los dejamos. Tenemos que hablar con él jefe. -anuncio Eba abriendo la puerta y dejándome entrar a mi primero.

La oficina no era muy grande, tenia decoración de los 50tas. Era acogedor él lugar para ser realista.

-¿A quien me veniste a traer Eba? -escuche decir gentilmente a una mujer.

Me gire para quedar frente a frente con la mujer. Quien tenía unos 45 años quizá, estatura baja. Piel blanca, cabello negro con unas cuantas canas asomándose.

-Ella es ______, señora. Ella quiere trabajar aquí. -la mujer me miro sorprendida.

-¿Nos podrías dejar a solas cariño? -pidió la mujer.

Ebayenlin asintió y salio de la oficina.

-¿Nos sentamos linda?