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Harry.

Desperté con un dolor inmenso de cabeza. Me reincorporé sobre la cama y con los ojos aún pesados miré a mi lado. No estaba Brook, estaba yo solo. Gruñí en bajo, y sin ganas, me levanté de la cama. Fui hacia la cocina y cogí el frasco de aspirinas para tragarme una. El dolor aún seguía, así que fui a la habitación nuevamente para entrar al baño y darme una ducha fría.

No recuerdo mucho de ayer. Sólo recuerdo haber estado con Brook en su cama, diciéndole no se qué cosas. Lo único que me acuerdo también, fue sus bellos ojos llorosos. Soy un cabrón, pero ella también me ha hecho mucho daño. El dolor es mutuo. No quiero herirla, pero no sé qué me pasa que cuando estoy con ella, mi mente me hace recordar el pasado donde me abandonó, causando que me dé ganas de hacerla sufrir al menos un poco. Me odio pero no soy muy consciente de mis acciones.

Luego de bañarme y de vestirme, fui a la cocina para coger una manzana y comérmela. El refrigerador estaba jodidamente vacío. Salí del departamento cuando el dolor en mi cabeza empezó a irse, y decidí ir a la tienda de tatuajes, donde me follé a la chica de cabello azul.

Maldición, me arrepiento tanto de haberlo hecho. No quise acostarme con ella, solo quise olvidarme del dolor. El sexo fue tan malo que ni llegué, no tuve un orgasmo. Eso me pasaba por ser un idiota. Desearía no haber traicionado a Brook de esa forma.

Me fui en la moto, no estaba muy lejos el lugar, pero sabía que no regresaría al departamento yéndome de ahí. Estacioné la moto y fui a la tienda, viendo primero que nada a la chica. Ella pareció confundida al verme.

— ¿Qué? ¿quieres otro polvo? — dijo en un tono burlón. Yo fruncí mi rostro, aún más de lo que ya estaba.

— Vengo por mi cartera, la dejé aquí.

— Como sea, está allá — apuntó en el mostrador, y ahí lo vi, dentro de una caja junto con otras porquerías.

Fui hacia allá y cogí mi cartera. Oí su risa, era una risa bastante rara. Le vi, ella tenía aún una sonrisa burlesca.

— Oye, tu cartera no tiene nada. Y si, la revisé porque quise y me dio la gana — se recargó sobre su espalda — No me digas que es una excusa barata para verme.

— Me vale mierda verte. Ya obtuve lo que quise. Y no te metas con mis cosas, idiota— gruñí. Mis palabras le resultaban divertidas— Además solo vengo por mis identificaciones, no es como si quisiera verte de nuevo.

— Ya te dije: me meto en lo que yo quiero. — chupó su piercing de su labio inferior, remojándolo con su lengua.

— Me da igual ya, lo que tuvimos fue pasajero y un gran error.

— Ups, perdón, mi rey. — se rió — ¿Mala noche? ¿no te gustó el polvo? — hizo un puchero.

— No estuvo bueno, he tenido mejores.

— ¡Asombroso! Igual que yo — mostró su sonrisa fingida. Era estúpida.

Me acerqué a ella con la intención de intimidarla. Estaba tocándome los cojones. La acorralé, dejando mi rostro muy cerca del suyo. Antes de poder decirle cosas, ella cogió mi rostro y me besó. Su piercing de su lengua estaba frío, pero traté de alejarla. Ella se apartó de golpe, cuando reaccioné, escuché un golpazo.

Brook.

8:23 a.m.

Me levanté y miré a Harry dormido. Negué con mi cabeza y me fui al baño a lavarme los dientes. Estaba vestida, me había dormido con los tejanos y mi sudadera. Sin ganas de nada, me fui del departamento. Bajé a la primera planta y vi a Kennedy, sentando en uno de los sofás. Me acerqué a él, hace mucho que no le hablaba.

— Hey, ¿todo bien? — dije, un poco nerviosa. Kennedy me miró y negó para sí mismo — Sigo... esperando mi respuesta — medio sonreí.

— Eso dímelo tú, Brook. — espetó, se veía enojado conmigo.

— ¿De qué hablas? Si es sobre lo que pasó en el hospital dejam-...

— No. No es nada de eso. — se levantó del sofá, quedando frente a mí — Me has bloqueado por el cel. ¿Le has hecho caso a tu novio, no es así? Sabes qué, nada en nosotros tiene sentido.

— ¡Yo no te he bloqueado de mis contactos! ¿por qué lo dices?

— No miento, maldita sea. Checa tu móvil.

Chequé mi celular y busqué su contacto, y no estaba, era cierto. No recuerdo haber eliminado a Kennedy, no hay razones, ¿por qué diablos lo haría? Entonces recordé que Harry había cogido mi celular y no había leído solamente los mensajes. Era más que obvio que él lo hizo.

— No fui yo. Fue Harry, él había tomado mi celular hace días. Y está muy claro que te bloqueó sin decirme. Lo siento, estamos muy jodidos — expliqué, recordando mi estrés por Harry.

— Brook, me tienes a mí. Ya sabes, en el sentido de que si necesitas ayuda en algo, yo puedo ayudarte — tomó mis hombros — Espero tengas en mente eso.

— Lo sé, y gracias Kennedy. Pero no quiero que Harry nos vea juntos porque él puede hacerte daño y no quiero que eso pase. Sin embargo, haré todo lo posible para que tú y yo tengamos nuestra amistad estable. Harry no puede prohibirme nada — murmuré, él asintió no muy seguro. Miré a Harry salir del ascensor, sin vernos, salió del edificio sin percatar nuestra presencia. — Ahora vengo.

Salí detrás de él sin que se diera cuenta. Cogió su moto y condujo una velocidad promedio. Seguí el camino que él iba, perdiéndome un poco porque lo perdía de vista y como iba medio corriendo, me cansaba. Lo perdí de vista pero fui a una cuadra al azar y ahí lo vi, bajándose de su moto y entrando a una tienda. Tomé un suspiro y con mis piernas flaqueando fui hasta allá. Él seguía sin notarme.

No entré, me quedé afuera. Espié por la ventana sin que se dieran cuenta. Él no estaba solo, él estaba con una chica de cabello azul. Hablaban, o más bien discutían. No lograba escuchar mucho, pero algo era algo. Me di cuenta que esa chica era la que Harry se folló. Sentí mis venas hervir, pero también me sentí pésima. Era bonita, era el tipo de chica con la que Harry saldría. Tatuajes, pelo de un color diferente, piercings y de buen cuerpo. Me hizo recordar mi cambio de hace dos años, cuando quería ser como ese tipo de chicas para "vivir" la vida y también para atraerle a Harry. Él siempre le interesó las chicas así, yo soy completamente diferente.

Ellos continuaban hablando, de pronto la chica rió de algo y vi que Harry se acercó a ella para acorralarla en la pared. Casi solté un chillido por la sorpresa. Mi corazón estaba rompiéndose al verlos tan cerca. La sangre seguía hirviéndome, verlos me estaba sacando de mis casillas. La gota que derramó el vaso fue verla coger las mejillas de Harry para que ella pudiera besarlo. Noté que Harry sí trató de quitarse. Me acerqué a ellos y cogí bruscamente con mi mano su horrible azulado cabello para después golpearla con mi puño el perfil de su cara. Todo fue tan rápido, ella estaba tirada en el suelo. Me sorprendí por mi acto, jamás fui capaz de hacer algo así, pero como digo, estoy hirviendo.

Harry me miró tan sorprendido, ni siquiera ayudó a la chica a levantarse, él estaba con los ojos abiertos aún viéndome.

— ¡Eres un maldito puto! ¡No quiero que vuelvas a hablarme nunca en tu vida, Harold! ¿Cómo pudiste? Mejor ni me respondas, no quiero oír tu voz. Esto es el colmo, quiero que te largues de mi departamento y desaparezcas de mi vida como debió ser siempre. — escupí.

La chica, quien ya estaba levantada del suelo, iba a decirme algo pero yo fui más rápida:

— Ni te atrevas a hablarme. — dije entre dientes y me fui pasos rápidos de este asqueroso lugar.

Salí corriendo, ni siquiera sabía a dónde iba. Me detuve en una esquina para llamarle a Kennedy. Necesito su ayuda cuanto antes. Miré a un lado de mí, no pude reaccionar cuando una mano de alguien desconocido tapó mi boca. 

Untouchable | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora