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Brook.

Las piernas me temblaban, y mis ojos empezaron a humedecerse. Sentí como quitó su mano de mi boca, en ese momento iba a darme la vuelta para pegarle e irme corriendo, pero en eso, veo a Harry. Él era el que me había detenido. Solté una gran bocanada de aire al verlo. Por un momento me sentí mejor al ver que era él, pero me asustó tanto que el enojo volvió al doble. Me asusté como nunca antes, y me daba coraje tener que verlo.

— ¡Eres un maldito...! Me a-asustaste — le grité.

— Tenía que hacerlo, Brook. Si te llamaba, ibas a ignorarme. Pero ahora que estás aquí...

— No, no voy a quedarme aquí. ¿Crees que después de esto y de lo que pasó en esa maldita tienda voy a perdonarte? Estás loco. Quiero que vayas al departamento y te lleves las pocas cosas que tienes porque no te quiero conmigo. Estoy decepcionada y malditamente molesta contigo. — mascullé, él soltó un suspiro.

— No me hagas esto. Esa perra fue la que me besó. Ni siquiera me atrae, si es lo que piensas. Perdón por lastimarte, yo estaba dolido e hice algo tonto. Te amo Brook, y lo sabes — intentó tomarme de la mano pero yo me esquivé.

— Pero tú la follaste ayer, y no te resististe al beso. Me dejas mucho que pensar Styles, no vas a poder cambiar nada de lo que vi.

Me fui, esta vez él ya no me siguió.

Estoy cansada de estar triste, cansada de enfadarme, espero que esto pare, porque él sólo me decepciona. Se supone que esto sería fácil, pero sólo se complica cada vez más.

Llegué al departamento, cerré la puerta de un portazo. Lágrimas rebeldes salieron de mis ojos. Las limpié tallándome fuertemente las mejillas. Estoy tan molesta que me da ganas de tirar todo lo que se me cruce. Miré el cajón donde yo misma había dejado las cosas de Harry, fui hacia allá y lo abrí. Ahí estaban las pocas camisetas que él tenía. Yo le había comprado algunas y un par de pantalones, las cogí y las lancé al suelo. Cogí las camisetas que él le había robado a Kennedy y las tiré. Todo lo lancé al suelo. Todas sus cosas las dejé arrumbadas.

Fui hacia la mesilla y vi sus medicinas, las tomé y las lancé junto a lo demás.

¿Por qué él se entregó a ella cuando él había sido el único al quien yo me había entregado? ¿Qué eso no importa? Se lo di todo.

Estoy tan harta de sufrir.

Solté un sollozo y saqué mi móvil de mis pantalones. Busqué el contacto de mi madre y cuando lo encontré, decidí enviarle un mensaje. Mis manos estaban temblando, pero estaba decidida.

" Mamá, tomaré un vuelo para Dunster lo más pronto posible. Pasaré lo que resta de mis vacaciones con ustedes. Sólo espero que haya un espacio para mí.
Brook. "

Creo que eso sería la cosa que menos haría en mi vida. Pero no iba a mi antiguo hogar solo para estar con mis padres, sino para alejarme de Harry, ese era el propósito. Ya me cansé de ser la buena, la que siempre perdona, la que siempre le ven la cara de tonta. Esta vez ya no será así. Me han roto muchas veces el corazón de mil maneras, pero las cicatrices más profundas han sido por causa de él.

" Claro que hay lugar para ti, hija.
Mamá."

Harry.

Volví a la jodida tienda. La chica estaba viéndose en un espejo de mano, mirando su horrible y grande marca roja en su mejilla, posiblemente para mañana estará un moretón en su lugar. Sonreí al ver que eso lo provocó Brook. Ella sería incapaz, pero lo hizo por una simple razón, yo la lastimé una vez más. Quité mi sonrisa, y volví a ponerme serio. La chica de pelo azul me miró y me fulminó con su mirada.

— Esa maldita perra me las va a pagar, de alguna manera lo va hacer. ¿Quién era ella? ¿una de tus otras putas con las que te follas? — chilló, viéndose una vez más en el espejo.

— No, es mi novia.

— Aww, ¿te vio siéndole infiel? Eres un asco.

— Lo que más me da asco es tu horrible moretón — le dije burlón, ella me miró mal.

— Si la hubiese visto, ella es la que estaría tirada en el suelo, no yo.

— Y si eso pasara, te iría mal, no a ella. No dejaría que la tocaras.

— No te quiero aquí. Largo.

— Es lo que haré.

— Pues adiós.

— Me largo. Y oh... a ver cuando se te quita lo hinchada que te puso mi novia con su golpiza. Porque luces peor de lo ya estabas — solté una carcajada al salir.

Me subí a mi moto y conduje hasta los edificios. No demoré en llegar, así que cuando aparqué mi moto, me bajé y entré al edificio. Tomé el ascensor y al salir de ahí, caminé hasta el departamento. Miré mis cosas tiradas afuera de la puerta. Solté un gruñido y las cogí para luego querer entrar. No podía, estaba cerrado.

— Joder Brook, ¡ábreme! Necesitamos hablar — toqué una vez más — Necesito que me abras, ángel. No la besé de vuelta, lo juro.

En eso, veo a Brook salir del departamento de Kennedy. Lucía despeinada, su respiración estaba pausada, y sus labios de un rojo natural. ¿Ella...?

— ¿Qué hacías con ése? — mascullé, solté mis cosas para caminar hacia ella. Estaba poniéndome furioso.

— No te importa.

— Si me importa, maldita sea. 

— Pues no te diré. — sonrió con malicia.

— No me hagas enojar, Brooklyn. ¿Qué hacías con él? ¿por qué estás tan agitada? No me digas que tuviste sexo con ese idiota — mascullé, sentí mi vena exaltarse. No podía ni imaginarlo. 

— ¿Para qué preguntas si ya sabes?

Se metió a su departamento, dejándome solo. Furioso, me di la vuelta y entré junto con ella. Brook se fue al sofá y se recostó ahí.

— ¡No sabes lo enojado que estoy! ¡¿Cómo pudiste...?!

— ¿Cómo pude? ¿Eso no te recuerda algo? Oh sí, porque yo lo recuerdo no una sola vez, sino varias. ¿No te acuerdas también que embarazaste a una hace un tiempo?

Tema delicado. Ella lo notó.

— Harry...

— Romina — dije para mí mismo, mi vista estaba perdida. Lágrimas empezaron a salir de mis ojos.

— Lo aborté, no creas que te estaré esperando dos años. Ese maldito feto ya no existe — reclamó Romina molesta para luego irse.

Ese tema me ponía mal.

— Harry...

Me di la vuelta y salí del edificio. Limpié mis lágrimas, me daba un coraje llorar. Todo este maldito tiempo he sufrido de abandono, la gente se va y se lleva un maldito pedazo de ti. Nadie permanece juntos para siempre. Todos terminan yéndose, y todo lo que queda son los recuerdos, repitiéndose una y otra vez. Porque cuando más amas, más duele.

Me senté en la banqueta, aún llorando por los recuerdos. Extrañaba a mi madre. Ella sabría que decir en estos momentos, sabría las palabras exactas. Me sentía en un mundo tan jodidamente vacío. ¿Por qué tuvo que morir? Fue un gran ejemplo de cómo una vida hecha pedazos fue rehecha para una mejor vida. Y la razón fui yo. Ella me confesaba a cada rato que fui la razón de su felicidad. Y ahora... no soy la razón de nadie.

— Tú maldito, ¿hiciste llorar de nuevo a Brook? — escuché a Kennedy detrás de mí. No le hice caso. — ¿Qué estás pendejo? ¡Deja de herirle, cabrón!

Miré al suelo.

— Serás idiota — me levantó, agarrando mi camiseta con brusquedad. Ni siquiera le empujé, cosa que habría hecho si no estuviera tan perdido en mis pensamientos — Aléjate de ella. Ya fue suficiente sufrimiento para una chica tan buena como Brook. Tiene toda la razón para botarte, pedazo de basura.

Me dio un puñetazo en la nariz. Me caí al suelo, y oí como él se largó corriendo. Toqué mi nariz, sangre brotaba de ahí. No fui capaz de levantarme, preferí quedarme en el suelo.

Untouchable | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora