Untouchable | Harry Styles

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Brook.

Terminé de ordenar todo en mi maleta. Harry seguía bañándose. Solté un suspiro y me senté en mi cama. Alguien tocó el timbre y me paré de la cama con pocas ganas para abrir la puerta. Al momento de abrirla, vi a Kennedy.

— Hola, ¿estás bien? — preguntó.

— Pues sí, lo estoy.

— ¿Ya corriste al idiota de Styles? — dijo al instante.

— No.

— ¿Y qué esperas? Me has dicho que te ha hecho mucho daño, es un imbécil que merece estar solo. ¿Qué no quieres lo mejor para ti? — gruñó con molestia. Yo le miré con mi cara fruncida.

— Si, me ha hecho mucho daño, pero estoy enamorada de él, Kennedy. No es fácil renunciar algo que amas, y sobre todo cuando ha sido mi mejor amigo desde que teníamos catorce años. Yo le tengo mucho aprecio. Él siempre estuvo conmigo en mis momentos más difíciles, me ha protegido de idiotas y de gente que me molestaba en la escuela. Y yo he estado para él también. Harry no tiene a nadie, yo estuve con él cada segundo. Sin contar lo que nos pasó, claro. — suspiré — Y admito que nos volvimos unos tontos, nos hicimos daño por un error. Pero estoy consciente de que ninguna relación es perfecta. Todos tenemos nuestros errores y nuestras historias.

— ¿En serio serás tan tonta como para estar con él toda tu vida? — dijo con una cara de disgusto.

— Si, porque lo amo.

— ¿Qué hay de nosotros, eh?

— No hay ni un nosotros. — rodé mis ojos — No te hagas el santo ahora, Kennedy. Tú también fuiste un dolor de culo para mí. Burlándote y tratándome de lo peor. No puedes tachar a Harry de idiota cuando tú también fuiste así conmigo.

— Esto es una mierda. — gruñó — Que error en fijarme en ti. Jamás debí dejarte de molestar, monja.

— Tu error. Yo no te puse una pistola o un hechizo para que estuvieras pegado a mí como un chicle. — le cerré la puerta en la cara — ¡No vuelvas a buscarme! — le grité, esperando a que me escuchara del otro lado de la puerta. Nada más oí como azotó su puerta de su departamento.

Todo está en pedazos, y yo vuelvo para estar en círculos día y noche sin obtener nada. Ya tuve suficiente. Todos estos problemas me están volviendo loca. Eso está empezando a arrastrarme hacia abajo, quiero salir, deseando poder correr. Sólo necesito correr lejos y más lejos cada día. Tomaré mis razones y mis sentimientos y los lanzaré todos ellos lejos. Creo que es hora de enfrentarme a todo, por mi cuenta. Estaré bien. Necesito huir.

Mi madre me dijo aquella noche en la corte que yo sin él soy una inútil o que no sería nada. Qué él tenía buenas mentiras, un horrible pasado y no me serviría de nada en la vida si él estaba conmigo. Todo eso me lo dijo para mantenerme alrededor de ella, para que yo pudiese creerle y olvidarme de Harry. Para que yo dijera que puedo ser mejor sin él. Eso es lo que ella quería ver de mí, pero no le daré el placer. No va tener un control en mí. 

Yo no tengo razones para quedarme aquí viviendo una vida a lo cual yo no elegí. Ellos no van a decidir mi futuro. Voy a enfrentarlos, y ya no siendo una niña tipeja de hace años que decía "si" a todo lo que ellos ordenaban, esta vez seré más fuerte. Voy a tomar mis lágrimas y mis temores para lanzarlos muy lejos.

¿Entonces por qué me siento tan asustada cuando pienso sobre eso? ¿De dónde voy a terminar o si voy a averiguarlo? Miré a Harry salir con una toalla en vuelta alrededor de su cintura. Sus rizos estaban goteando... Pero entonces veo y....

— ¿Qué te pasa? — preguntó al verme tan bloqueada. Miró a la cama y vio mi maleta. Se giró a verme con sorpresa, pude notar miedo en sus ojos — ¿A dónde te vas? ¿por qué haces una maleta? ¿me vas a dejar solo?

— No. No y no. Tú vendrás conmigo.

— ¿A dónde? — abrió sus ojos aún más asombrado.

— A Dunster. Con mis padres. — dije decidida y sin miedo.

— ¿¡Qué!? ¿Estás bromeando? 

— Harry. Iba ir allá para despejarme de ti, si, admito que te iba a dejar días atrás. Pero no voy a hacerlo porque te amo y eres mi todo. — miré el techo — No quiero estar sin ti. Estoy cansada de mierda y de mala vida. Estoy harta de vivir bajo las reglas de mis padres. De hacer todo lo que ellos me ordenan. De no poder ser yo por su culpa. Quiero demostrarles que ya no soy esa niña débil, que a pesar de todo, tú y yo estamos juntos porque nos amamos.

— Eres muy valiente — sonrió orgulloso.

— No tanto — le vi, riendo un poco.

— No, lo eres. Aunque tus padres te pongan con los ánimos bajos, tú te mantienes de pie y sigues adelante aún con el corazón roto. Eres muy fuerte, algo que yo no puedo.

— ¿Vamos a ser felices? — pregunté, cambiando de tema. Una sonrisa apareció en nuestros rostros al mismo tiempo.

— Ese es mi sueño. Y más si es contigo, amor.

Harry se acercó a mí y besó lentamente. Acaricié su suave espalda descubierta. Me separé y besé su mejilla.

— No me hagas daño. — miré sus preciosos ojos.

— No voy hacerlo. Me puse a pensar toda la noche de ayer mientras te hacía el amor. Me dije mentalmente: ¿cómo pude lastimar a la chica que amo y que aún de mis idioteces está ahí para mí? Ahora siento que soy yo de nuevo. No al cien por ciento, pero una parte del viejo yo está de vuelta y coño... eso es tan cursi — rió, mostrando sus hoyuelos.

— Yo creo que es hermoso — lo abracé.

Luego de un rato abrazados, me separé, y busqué en mi cajón de ahorros. No tenía mucho dinero, no me alcanza para boletos de avión, así que compraré boletos de autobús. Harry decidió ir, él también estaba cansado de esconderse, así que ambos iremos a nuestro antiguo hogar y lucharemos contra mis padres. No tengo miedo.