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Brook. 

Oí un gruñido, por lo que supuse que Harry ya se había despertado. Me levanté del sofá, y fui hacia el área de mi habitación, para ayudarle en lo que necesitaba. Lo vi, estaba reacomodándose en mi cama, pero se le dificultaba un poco por su brazo vendando. Harry me vio, yo le mostré una pequeña sonrisa, y me acerqué a él.

— No te muevas, yo te ayudaré. — dije, acomodé las almohadas y quité algunas que estorbaban, éstas las dejé en el suelo. Con cuidado, tomé a Harry con dificultad, y con un poco de su ayuda, lo acoplé bien.

— Esto es una mierda. No siento mi jodido brazo — se quejó, yo reí por lo que dijo, y me senté a su lado.

— ¿Te duele mucho todavía? — pregunté, viendo sus ojos, y a la vez acariciando su mano.

— No, las pastillas calmaron el dolor. Pero no siento mi brazo, lo siento un poco más pesado, y me frustra, maldita sea — gruñó una vez más.

— ¿Te ayudo con otra cosa? ¿Quieres comer o algo más?

— ¿Puedes montarme? Te necesito demasiado.

Abrí mis ojos, rápidamente mis mejillas se sonrojaron. Agaché un poco mi cabeza, ocultando mis mejillas sonrosadas. Quité mi mano que estaba sobre la suya, y como una estúpida, la risa nerviosa salió de mí. Volví a levantar mi cabeza para verlo, él estaba serio. Al parecer no era ningún juego, lo decía muy en serio.

— ¿Q-Qué? — me removí incomoda — Harry, no. Ni siquiera puedes moverte bien.

— Si puedo, no tanto, pero puedo. Además, por eso te pedí que me montaras, para que yo no hiciera todo el esfuerzo — confesó, como si nada.

— No — negué con mi cabeza, aún sorprendida — Quédate aquí, haré algo de comer.

Saqué un par de huevos del refrigerador, aceite y sal del almacén, y coloqué todos aquellos ingredientes sobre la mesilla. Fui hacia el fregadero, y saqué el sartén, que estaba de lado izquierdo. Prendí la estufa, y esperé que se calentara, para comenzar a preparar unos huevos estrellados. Mientras esperaba a que se calentara, me quedé apoyada sobre la mesa. Me quedé pensando en 'lo que pasará', algo que temo mucho. Cualquier cosa podría derrumbarnos, esta batalla será difícil, pero lo lograremos. Confío en él y en mí, y sobre todo en nosotros.

Harry.

Miré el celular de Brook sobre la mesilla de noche, que estaba al lado de la cama. Ella lo había dejado ahí hace rato cuando se durmió, así que lo cogí y abrí sus mensajes. Busqué el contacto del imbécil de Kennedy y comencé a teclear cuando lo encontré.

Brook: ¿Ya está todo claro que no te quiero conmigo? Así que vete a pendejear a otro lado, idiota. Déjame en paz, porque si vuelves a acercarte a mí, haré que Harry te rompa tu maldito rostro.

Envié lo que escribí, ni siquiera esperé su mensaje, simplemente bloqueé su contacto. Volví a su bandeja de mensajes, ella no recibía muchos, ya que tenía muy pocos contactos por lo que veía. Vi a su madre como en contacto, recientemente habló con ella. Lo abrí sin dudarlo, viendo su último mensaje. Apreté el móvil al leer el mensaje, ¿ellos vendrían? ¿ellos vendrían y volverán a destruir nuestra relación? Sentí la ira apoderarse de mí. Ese temor volvió de nuevo, aquel miedo e inseguridad volvió a mí. Mi brazo lastimado empezó a darme punzadas de dolor por haber apretado mis manos con fuerza, apreté mis dientes, sintiendo el dolor.

— Ya está listo... ¿Qué haces? — vi a Brook, cargando la bandeja de comida. Frunció su ceño al verme con su móvil.

— ¿Tus padres vendrán? — murmuré, ella asintió nerviosa — Joder, ¡¿por qué?!

— Cálmate Harry — dejó la bandeja sobre la mesilla de noche y luego volvió hacia mí — Hace 9 meses que no los veo, y la verdad no es algo que me ponga mal, porque desde que me mudé aquí, no puedo estar más alegre de haberme alejado de ellos. Sin embargo, no puedo hacer nada, tengo que recibirlos, aunque en verdad no deseo eso. Antes venían a verme cada 2 meses, y después dejaron de hacerlo porque aparte de que su trabajo los consume, ellos 'confiaron' en mí y creyeron que ya no volvería a intentar escaparme... o matarme, como pensé hacerlo — dijo aquello y me estremecí al pensarlo.

— ¿Me dejarás? Por eso pasará si ellos me ven aquí — dije, con seriedad.

— No — me sonrió, aquello que dijo me relajó — Pero tendré que pedirte que ese día te vayas a otro lado, ya sea con los chicos que viniste. Si te ven... bueno tú ya sabes lo que podría pasar. ¿Vale? ¿estás de acuerdo? Es por nosotros.

— Si, aunque me dan esas malditas ganas de estar aquí y dejarles muy en claro que a pesar de haberme metido a las jodidas celdas, estoy aquí contigo — espeté, empezando a enojarme por esos recuerdos.

— Venga, tranquilo... eh — volvió por la bandeja y me la tendió — Comete eso. ¿Necesitas ayuda?

— No, puedo solo.

— Está bien — se acercó a mí, y cogió su móvil — Espero que no hayas hecho algo estúpido como enviarle un mensaje a mis padres.

— No soy tan estúpido.

Ella sonrió, me dio un beso en la mejilla y se marchó. Sé que tarde o temprano se dará cuenta de que borré el número de aquel idiota, pero no me importa, así que no tengo nada de qué preocuparme. 

Untouchable | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora