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Brook.

— No creo que sea buena idea — admitió Harry, algo incomodo.

— ¿Por qué no? Era de sus lugares preferidos. ¿Qué pasa? — pregunté sumamente confundida.

— Nada. Bien, venga. Vamos. — dijo sin remedio, yo sinceramente estaba confundida por su manera de actuar. Se vía tan distraído.

— De acuerdo...— murmuré, sin dejar de verlo — Aunque si no quieres ir, está bien, no pasa nada.

— Si quiero. No me hagas cambiar de opinión — hizo un puchero con sus labios, sonreí, y le di un pico en los labios.

— ¿Van a tener sexo frente a mis ojos? Piedad, no sean tan cachondos — oí a Niall, le vi, y sonreí burlona.

— Hey, es solamente un besito. — murmuré entre pequeñas risas.

— Que de seguro termina como revolcón — torció su sonrisa.

— Piensas bien, eh — Harry le siguió el juego, yo me sonrojé — Que hermosa eres haciéndote la inocente, amor. — me miró.

— ¡Tonto! Me da pena.

Ya no hablamos más y nos fuimos al bar en el automóvil de Niall que estaba en el estacionamiento del edificio. Al llegar, vimos el lugar. Para pasar dos años el lugar lucía un poco mejor teniendo en cuenta que era un lugar sumamente asqueroso pero perfecto para perderte a ti mismo.

Enlacé mi mano con la de Harry y fuimos junto con Niall a la barra de bebidas. Niall pidió tres cervezas, que al instante, se las entregaron y él las pagó. Sentía la mano de Harry sudar un poco. Le miré a los ojos y éstos no me veían a mí, sino, a todo alrededor. Vi a Niall, quien escribía en su celular entretenidamente. Sin duda no eran los mismos. Ellos usualmente lo pasaban como nunca bebiendo como locos, y ahora solo dan unos cuantos tragos a su lata de cerveza. Recuerdo también las veces que Niall buscaba a una linda chica y Harry se iba con la que se le cruzara. Apreté mis labios ante esos recuerdos. ¿Por qué se siente como siglos si tan sólo fue hace dos años donde todo eso pasó? Me sentía diferente. Creo que todos cambiamos un poco.

— Oye, ¿no quieres bailar? — le pregunté a Harry, éste me miró.

— La verdad...

— ¿Qué cosa?

— No me gusta bailar, Brook. — soltó de repente.

— Bueno, pero tú siempre me seguías la corriente. ¿Estás seguro que todo está bien? Porque te noto diferente.

— No, estoy como siempre. Bailemos.

Dejó nuestras latas en la barra. Tomó mi mano, le indiqué con mi mirada a Niall que volvíamos, éste asintió y continuó con su teléfono. ¿A quién tanto le envía mensajes? Pronto me dirá, estoy segura.

Harry tomó mi cintura y me juntó a su cuerpo. Intenté moverme al ritmo de la música electrónica. Me sentía incomoda porque sentí a Harry tenso. Recargué mi barbilla en su hombro. Veía como la gente bailaba como si su vida dependiera de ello. Cerré mis ojos y me abracé de él. Sus manos muy apenas tocaban mi cintura. Entonces, dejé de moverme para verlo. Sus ojos brillaban, lo noté.

— Voy afuera — dijo de pronto y se marchó de la pista.

Me quedé parada en el medio hasta que finalmente salí de mi sorpresa. Me bajé de la enorme pista y busqué a Niall. Éste llamaba por el móvil en donde mismo. No quise interrumpirlo así que me marché afuera del sitio para buscar a Harry. Y ahí lo vi, de espaldas, viendo al cielo. Sentí algo revolverse en mi estómago al verlo a unos cuantos metros de mí. Casi podía verlo como una silueta debido al arrebol del cielo. Esos colores rojizos con naranja era un hermosura en el cielo. Era una bella atardecer para un lugar tan solitario como Dunster.

Harry seguía viendo el cielo, podía ver su perfil. Podía imaginar lo que pensaba. Sentí un nudo en mi estómago nuevamente. Me acerqué a él y acaricié su espalda. Ni siquiera me miró debido a que él sabía que era yo.

— Es una tarde bonita, ¿verdad? — rompí el ambiente tenso.

— Me recuerda a las tardes de mi infancia. Cuando mi madre me sacaba al parque para no ver a mi padre alcohólico. — siguió con su vista al cielo — Ese hijo de puta.

Me quedé callada. No sabía que decir.

— Odio Dunster. Odio tener que recordar todo. Este lugar es un maldito infierno. — su voz se quebró — Es un lugar tan frío y perfecto para recordarte tus penas.

Entonces recordé mi horrible niñez. Como cuando cumplí nueve años y al momento de despertarme con todos los ánimos, Dolly, la sirvienta, me había dicho que mis padres habían salido de negocios esa mañana. Lloré como nunca ese día. Todo el día me la pasé llorando en la puerta de la entrada, esperándolos pero nunca llegaron. Aunque Dolly y los demás ayudantes me hicieron un pastel para celebrarlo ellos y yo −debido a que yo no tenía amigos por ser la "rara"−, sentí decepción. Mis padres me prometieron estar ese día, y como lo supuse, el trabajo fue más importante como para marcharse. Mis cumpleaños han sido mierdas.

— Extraño a mi madre. — oí a Harry, levanté mi cabeza gacha y miré nuevamente su perfil — Jamás podré agradecerle por tanto amor y protección cuando yo solamente era el causante de sus insomnios, peleas con el idiota de mi padre, y de su horrible economía. Ella me dio lo mejor. Prefería ella quedarse sin comer para poder darme a mí alimento y estudios. Su trabajo era una porquería, ¿sabes? Se mataba horas y horas en una fábrica de botones y su recompensa era muy poco dinero. Yo fui un error. Ese idiota que no le puedo decir "padre" la violó. Y aunque pensó en abortarme, decidió tenerme en sus brazos.

Empezó a llorar. Le abracé por detrás, recargando mi sien en su espalda.

— H-Harry...

— Lo siento, hermosa. Perdón por ser idiota y haberte tratado como la mierda en Liverpool. N-No quiero ser como él, no quiero que pienses que me aprovecho de ti — se giró a verme y me abrazó, depositó un beso en mi frente y luego recargó su cabeza sobre la mía — Desde que te conocí créeme que tú me diste esperanzas de vida. Supe que por ti debería seguir aquí. Te amo.

— Te amo más — sonreí débilmente — Y me alegra que me digas eso porque ahora sé que no soy la única. Tú también fuiste mi razón.

Luego de unos minutos en silencio, decidió apartarse.

— No quise preocuparte por haber actuado así desde que llegué al bar...

— Bueno, lo hiciste. Pero, no entendí por qué. — cogí sus manos para unirlas con las mías.

— Es que... en ese mismo bar Romina me dijo que estaba esperando un hijo mío — sentí un hueco en mi corazón — Y entonces por eso mismo no quise venir porque sabía que lo recordaría. Y es una tontería porque tú sabes que no me gustan los niños pero sentí un tipo de lazo con los días. — suspiró — Además recordé la muerte de mi madre, cuando mi padre nos abandonó, cuando no supe nada de Niall, cuando perdí a mi hijo y a ti. Todo eso se me vino a la mente y tengo miedo, Brook.

— Yo también pero no dejaré que mis padres se salgan con la suya — admití, aclarando mi voz para que no sonara débil — Por favor... no te vayas. — dije cabizbaja.

— Sabes que no te dejaría. No voy a arrepentirme de esto. Jamás.

Agarró mis mejillas y me besó. Sus labios se movían sobre los míos con suavidad, no siendo brusco ni desesperado, sino lento y reflejando amor.

— ¿Quieres ir de regreso al hotel? — pregunté, luego de separarme de ese momento.

— Si, busquemos a Niall.

Untouchable | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora