Untouchable | Harry Styles

007 ←

Harry.

— ¡Para, Kennedy! ¡Para! — se detuvo y ella bajó, estaba a dos metros de distancia.

Caminó a pasos lentos hasta mí, cuando estuvo cerca, me miró fijamente, intentando ver si era yo. Una vez confirmado, sus ojos se humedecieron. Bajé mi rostro, apretando mis labios al igual que mis puños.

— Eres tú — murmuró, levanté mi cabeza para verle a los ojos. Aquellos ojos estaban humedecidos, indicándome que ella lloraría en cualquier momento — H-Harry, tenemos mucho de qué hablar. ¿P-Podemos hacerlo?

Me enfureció, me enfureció que ella me dijera eso.

— ¡¿Quieres que hablemos así de la nada?! ¿Crees que esas simples palabras curarán todo? — mascullé, estaba molesto, estaba muy furioso. La castaña limpió una lágrima que cayó de su mejilla. — no estaba listo para verte, ¿sabes? Ni siquiera estaba pensando en buscarte, estar aquí fue pura casualidad. Créeme que no tenía idea de que tú estabas aquí. Y como te digo, jamás iba a buscarte... pero por lo que veo, nos cruzamos aquí por error.

— Lo sabía, me odias...— sollozó — lo entiendo, arruiné todo, soy una maldita estúpida. No te culpo por odiarme, es decir... arruiné tu futuro. Pero espero que un día puedas perdonarme — limpió las demás lágrimas que caían sobre su rostro. Yo sentía un nudo en mi garganta, pero me ordené a mi mismo no llorar, no iba hacerlo, ya no más.

— ¿Ella es la perra de la que me contaste, Harold? — dijo Dylan detrás de mí, no volteé a verle ni le hice caso, pero en cambio, Brooklyn le miró — mira puta, no esperes que éste te perdone, no lo hará, lo conozco desde que entró a la celda. Sufrió mucho, y la verdad es que no vales la pena ahora.

— Cállate, imbécil. — le dije entre dientes.

— Como quieras, Harold. Pero sé lo que te digo — lo oí bufar.

— Entiendo, entiendo... Me iré, si eso te hace feliz, está bien — dio un paso atrás. Lo que dijo me rompió aún más, pero no quiero perder mi orgullo, de verdad, no tienen idea de cuánto sufrí. — Sólo quiero que sepas que aún sigues en mi corazón, todo el tiempo lo estuviste. Hay muchas razones que deben de ser explicadas, pero si no quieres verme... ¡de acuerdo! Entiendo que odies a la chica que destruyó tu vida. Pienso que un "lo siento" no basta para ambos.

Brooklyn dio la vuelta y se marchó con el chico de la motocicleta en la cual iba anteriormente.

Me giré a ver a Dylan y a Katie. Ellos estaban callados mirándome.

— Se que no es de mi incumbencia, Harry. Pero si de verdad amas a esa chica, ve por ella. Dejarla ir es el peor error. Te regresas a Eslovenia, y sé que tienes muchas dudas y es mejor aclararlas antes que después. Nunca es tarde para solucionar las cosas. — aclaró Katie, yo le miré dudoso.

— ¡No le digas eso, Katie! ¡Esa chica es una jodida perra! — le reprochó Dylan.

— No se su historia, no sé qué fue lo que pasó, pero cuando alguien ama de corazón... hace hasta lo imposible, eh.

— ¡Katie!

— Déjala, Dylan. Tiene razón — él abrió sus ojos, me giré y vi a Brooklyn abrochar su casco a lo lejos — ¡Richard! — grité fuertemente, ella se volteó de inmediato a verme.

Brook.

De nuevo estaba frente a mí. Él me miró fijamente y después aclaró su garganta.

— Voy a hablar contigo, quiero saber todas esas razones y sé que tú quieres las mías. Así que es la última oportunidad para hablar de nuestras mierdas — espetó seriamente, yo asentí.

— Ven a mi departamento, ahí podemos hablar.

— Tendrás que guiarme.

— Bien, persigue la moto de Kennedy — Harry volteó a ver a Ken, él miró mal a Kennedy por lo cual mi nuevo amigo le miró enojado.

Harry se dio la vuelta y fue por su moto. Me subí detrás de Kennedy. Él estaba muy callado, no quería hablar y lo entendía.

Llegamos al edificio, Kennedy me miró y yo solté un suspiro.

— No tenía idea, Kennedy, lo digo en serio. Pero es importante. — miré sus ojos, él asintió sin remedio.

— Creí que teníamos una oportunidad. No creo que pase porque él ya está aquí. Y tú lo amas. — dijo, mirando al suelo. Yo acaricié su mejilla.

Harry se estacionó y miró el edificio para después verme a mí. Solté a Kennedy y me acerqué a él. Los amigos del rizado se detuvieron detrás de Harry.

— Entremos.

Entramos al edificio. Kennedy fue el primero en irse, yéndose a cualquier lugar lejos de nosotros. Los amigos de Harry se quedaron en los sofás de recepción y yo guié a Harry al elevador. El silencio era matador. Crucé mis brazos incómodamente. Se sentía tan irreal tenerlo aquí. Supongo que es un sueño más. Mañana me despertaré sola, y teniendo un cruel recuerdo de mi sueño como todos en los cuales él aparecía. Es un sueño más, él no está conmigo. Por lo tanto, si es un sueño... tendré que hacerlo. Me acerqué a Harry y cogí sus mejillas para besarlo profundamente. Harry me separó, él estaba algo sorprendido, pero se le notaba enojado.

— No vuelvas hacerlo, perra — masculló. Me quedé asombrada, miré su rostro y pude notar rabia.

Harry te odia. Eso sólo podía repetirse en mi cabeza.