5. Llamada.

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-NO, NO. Eso no está bien. ¿Quieres concentrarte Cassandra?.-Me dice nervioso e irritado Hendry.

Llevamos más de media hora y no me sale nada. Apuesto a que nadie podría concentrarse con un chico como él al lado, es imposible. Por más que me explique los problemas no consigo resolverlos correctamente. Reconozco que me da vergüenza hacerlo tan mal, pero no lo puedo evitar.

-Podríamos tomar un descanso... así tal vez puedo hacerlo mejor... ya sabes, los problemas y eso.-Digo yo avergonzada y entrecortada.

-Bueno, pero solo quince minutos.-Me dice el chico al mismo tiempo que se levanta y se tumba sobre mi cama.-Ven, siéntate a mi lado.-Dice mientras da un par de palmaditas al pequeño espacio que queda en la cama.

Como si fuera un perrito obediente, hago lo que me pide y me siento a su lado.

-¿Cómo puede ser que se te dé también esta asignatura, si jamás te he visto tomar apuntes en clase?-Le pregunto yo para romper el hielo.

-Pues no sé, me gusta, y prefiero pasar las clases haciendo cualquier cosa antes que estar escuchando cosas que ya sé.-Me responde el chico mientras coloca un brazo sobre mi hombro haciendo que acabe acostada al lado suyo.

En ese momento le miro fijamente a sus ojos azules, son realmente bonitos. Dios, este chico es demasiado perfecto y va a provocarme un infarto en cualquier momento.

-Cuéntame algo sobre ti.-Me dice Hendry.-Me refiero, ¿qué es lo que más te gusta hacer?

-Pues...-digo mientras pienso en qué decirle.-no sé, me gusta bailar y también nadar.

-Bailar... vaya.-Dice él mientras se ríe. Apuesto lo que sea a que se está acordando de la fiesta.- A mi me encanta el deporte. Todo tipo de deporte.

En ese momento la conversación llega a un punto muerto, y se forma un silencio incómodo entre nosotros dos, hasta que él decide romperlo:

-Oye, ¿qué pasó con tu amigo Taylor? Me refiero a que en la fiesta parecíais muy unidos, y ahora él tiene novia...

-Bueno, no sé en verdad qué mierda le pasa. Simplemente dejó de hablarme después de aquel día, creo que tal vez está molesto pero no puedo entenderlo.-Le contesto yo pensativa, mientras le miro fijamente a sus ojos, que tanto me fascinan.

-¿Y no tienes la menor idea de por qué puede estar así?-Me pregunta Handry mientras cambia su expresión a una más concentrada.

-Creo que es porque nos besamos. Después, cuando estábamos hablando tu y yo y apareció él, decidí decirle que aquel beso no tenía importancia ya que yo estaba bastante borracha en aquel momento. Entonces... se fue, y a partir de ese momento no hemos vuelto a dirigirnos la palabra.-Digo yo, mientras siento un pequeño pinchazo en mi corazón. Me hace daño perder a un amigo, y más a uno como Taylor.

-Si no quiere hablarte, pues él se lo pierde. Menudo gilipollas.-Dice Hendry, a lo que yo le miro extrañada.-Bueno, vamos a seguir con física.

Tras dos intentas horas, al fin consigo entender todos y cada uno de los problemas, y todo ello gracias a Hendry.

-Gracias, de verdad. Me has salvado la vida.-Le digo yo agradecida.

-Ahora ya sabes lo que te toca... devolverme el favor.-Dice él mismo tiempo que muerde su labio inferior. "Dios, que alguien llame a una ambulancia" pienso acelerada.-Nah, es broma. Me lo he pasado bien, en verdad. Ya sabes cuando tengas dudas no dudes en llamarme.

Le acompaño hasta la puerta principal, cuando de pronto vemos que se abre y entra mi madre. Se queda extrañada y sus ojos van desde mí hasta mi compañero, al cual mira durante unos cuantos segundos.

-¿Hola?-Le saluda ella sorprendida.

-Soy Hendry, he venido a ayudar a Cassandra con sus deberes.-Dice él mientras le da dos besos a mi madre.

"Qué coño está pasando aquí" me pregunto a mi misma, muy extrañada por la reacción de mi compañero.

-Oh, encantada. Soy Jo. Espero verte más por aquí. Si quieres puedes quedarte a cenar.-Dice mi madre mientras yo me lamento por sus palabras.

-Me encantaría, pero tengo cosas pendientes. Seguro que volvemos a vernos dentro de poco señora.-Dice Hendry mirando fijamente a mi madre, mientras en su rostro se esboza una sonrisa maliciosa.-Hasta mañana preciosa.-Se despide de mí mientras sale por la puerta.

Mi madre comienza a reír y me pregunta:

-¿Hay algo que quieras contarme o qué?

-No creo.-Digo mientras salgo cortada en dirección a mi habitación.

Cuando estoy a punto de meterme en la cama para dormir, mi móvil empieza a sonar indicando que me están llamando. Lo cojo sin ver de quién se trata:

-¿Hola?-Pregunto.

-Me cae bien tu madre.-Dice una voz ya muy conocida para mí.

-Creo que el sentimiento es mutuo.-Le contesto yo y puedo escuchar su maravillosa risa al otro lado de la línea.-¿Para qué me llamas?

-Quería darte las buenas noches compi.

-Muy considerado por tu parte.-Le contesto.

-Para que veas que no soy tan arrogante como crees.

-Si bueno... tienes tus momentos.

-Tengo muchas cosas que aún no conoces, pero que pronto conocerás. Buenas noches preciosa.

Y tras decirme esas palabras cuelga. Apuesto lo que sea a que ese chico en realidad no era el Hendry que conozco. Seguro que es alguien intentando imitar su voz ya que es imposible que él se muestre tan sumamente amable.

Pasados los minutos acabo cediendo y caigo rendida a los brazos de Morfeo mientras sigo dando vueltas a la extraña amabilidad de mi compañero.


No me llames más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora