10. Zoo.

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A una semana escasa del ansiado baile, no puedo dejar de pensar en las palabras de Taylor. Cada día estoy más segura de que Hendry y yo estamos hechos a medida el uno para el otro.

A pesar de que en un principio no congeniamos del todo bien, ahora estamos más unidos que nunca.

Hoy, al ser sábado he quedado con el chico que me roba el corazón poco a poco, y necesito estar segura de que nunca me engañará, de que no soy una simple chica para él. Necesito saberlo.

El deseado sonido del timbre resuena por mi casa, Hendry está aquí. Mi corazón late aun más aprisa que el día en el que compartimos nuestro primer beso. A día de hoy aun sigo sin saber por qué me comporto así cada vez que estoy con él.

Al abrir la puerta me encuentro con esos ojos azules cielo que tanto adoro. Él está apoyado en el marco de la puerta vestido con una camiseta gris y chaqueta vaquera que lleva remangada hasta los codos. "Este hombre es un puto Dios" pienso en mi interior.

-Hola amor.- Me dice Hendry, y tras esto deposita un casto beso sobre mis labios.- ¿Preparada para pasar uno de los mejores días de tu vida?

-Por supuesto.-Le respondo mostrando una de mis mejores sonrisas mientras cierro la puerta principal y comenzamos a andar hasta su coche.

-Te aseguro que te vas a divertir.-Me mira y me muestra una sonrisa pícara.- Además, te puedo garantizar que jamás he hecho esto con ninguna chica, así que... deberías sentirte especial, nena.

-¿De qué hablas Hendry? ¿Adónde se supone que vamos, debería asustarme?.-Le pregunto yo divertida.

-Chss, todo a su tiempo, ya verás.

Tras estas palabras Hendry arranca el coche y nos dirigimos hasta su lugar misterioso. Por el trayecto vamos escuchando música y hablando de diversos temas. Mientras hablamos noto su mano posarse sobre mis piernas desnudas, ya que llevo unos shorts vaqueros. Todo es perfecto. No puedo parar de admirar la belleza del chico y sus expresiones serias mientras conduce por las conocidas carreteras de Bakersfield.

Después de un eterno viaje en coche llegamos a un aparcamiento, en el cual Hendry estaciona su coche y comenzamos a andar. Hendry rodea mi cintura con uno de sus musculosos brazos, por lo que no tardo demasiado en sonrojarme.

-Me piensas decir de una vez algo...-Le sugiero mientras detengo mis pasos y me planto enfrente del chico.

-Te lo digo si me das un beso.

No puedo evitar sonreír y obedecer sus palabras. Al cabo de unos segundos, Hendry me tiene rodeando su cintura con mis piernas, mientras le devoro a besos.

-Cass, me encanta esto-Declara Hendry rompiendo así un beso fantástico-pero no pienso dejar que estropees mis planes, que por cierto, son estupendos.

Las últimas palabras me las dice, mientras guiña uno de sus preciosos ojos. Decido que ya es hora de que me muestre su plan magnífico, por lo que comenzamos a andar agarrados de la mano, nos dirigimos hasta una entrada de un zoológico.

-Así que un zoológico eh.

-Te dije que iba a ser una experiencia única, apuesto la vida a que ningún chico te ha traído aquí para una cita.

En eso tiene razón, y también en que va a ser especial, ya que adoro a todo tipo de animal.

Iniciamos un recorrido por cada una de las amplias instalaciones que albergan a los animales. Nos detenemos en la de los tigres, en la cual se encuentran una pareja de ellos acurrucados bajo un gran árbol.

-Míralos, esos seremos nosotros en otra vida.-Me dice el chico con una mirada tierna.

-Hendry, me encantas,-le digo mientras poso una de mis manos sobre sus anchos hombros-, pero te estás volviendo demasiado blando para mi gusto. Como sigas así tendré que buscarme a otro.

-Oye -me responde mostrándome una mirada de cachorrito- encima de que intento ser un chico bueno, de esos de los libros que os gustan a las chicas.

-Esos están bien, pero tú me gustas tal y como eres.-Le respondo y tras esto rodea mi cintura con sus brazos y nos fundimos en un beso desesperado y caliente.

Tras recorrer las numerosas instalaciones del zoo decidimos sentarnos en la pequeña terraza de una heladería.

Pedimos, y yo me decanto por un sabroso helado de fresa, mientras que él lo hace por uno de vainilla.

-¿Cuál es tu canción favorita, Cassandra?-Me pregunta Hendry, distrayéndome así de mis numerosos pensamientos.

-Es de Lana del Rey, Cola. No creo que la conozcas.

-Mmm tengo ganas de comprobar si "My pussy tastes like Pepsi Cola"-Responde citando una de las famosas frases de la canción.

-Pues seguir esperando.-Contesto sacando mi lengua, como señal de burla.- Hendry, llevo un tiempo dando vueltas a un asunto.-Decido cambiar de tema y puedo notar como su rostro empieza a manifestar una facción interrogativa. - Hace poco escuché que a todas las chicas a las que has llevado al baile las has utilizado, y quiero saber si yo...

-Ni se te ocurra pensar eso.- me contesta interrumpiendo a mis palabras.- Esas chicas eran eso, chicas. Tú, Cass, en cuestión de unos pocos meses te has convertido en una de las personas más importantes de mi vida. Me has ayudado cuando más lo necesitaba, me has dado todo lo que jamás antes ninguna otra persona me había dado. He sido un cabrón, lo reconozco, pero contigo quiero hacer las cosas de otra manera.

Tras esto coge mis manos delicadamente, y las envuelve entre las suyas. Su respuesta no tarda en hacer que surjan una serie de dudas en mi mente.

-Ya, todo lo que me dices está muy bien, pero míranos- me deshago de la envoltura que reciben mis manos de las suyas- ni siquiera sé lo que somos, es decir, ¿estamos saliendo? o... Además hay cosas que no me cuentas, ¿crees que no me doy cuenta de cuando le susurras cosas a tus amigos, o de cuándo recibes llamadas de números ocultos? Yo no puedo seguir con esto si me vas a tratar como a una más.

-¿Qué que somos? ¿Lo quieres saber Cass? ¿Quieres saber por qué coño aun no te he pedido que seas mi novia? Es simple, quería preparar una cena romántica para ti y para mí, quería que nos conociéramos a fondo. Solo pretendo hacer las cosas bien, de una puta vez.-Me responde subiendo poco a poco de tono, soltando las últimas palabras en un tono muy cercano al grito, provocando así que el resto de personas que se encuentran cerca nos miren.

Puedo notar como mis ojos se van llenando de lágrimas, hasta que un numeroso grupo de ellas comienza a descender por mis mejillas.

-No Cass no... joder, no llores, no pretendía esto, joder. Siempre lo estropeo todo.-Menciona él mientras se levanta rápidamente para poder abrazarme y darme un beso en la frente.-Solo quiero hacer bien las cosas, quiero que todo sea especial. Incluso te podría decir que te quiero, que no quiero desprenderme de tu lado.

Sus palabras hacen que le mire a los ojos y que pare repentinamente de llorar.

-Yo también te quiero, lo siento por ponerme así y por no haber confiado en ti.-Respondo yo sintiéndome avergonzada.

Al final, tras una larga sesión de besos y de risas conseguimos arreglarlo todo y de esa manera disipar poco a poco las dudas que generaron en mí las palabras de Taylor.

Pasadas unas cuantas horas Hendry me lleva de vuelta a casa y tristemente tenemos que despedirnos, ya que él había quedado con sus amigos.

El chico me acompaña hasta la puerta de mi casa, y aprovecha así para despedirse de mí con un largo beso.

-Eres mía. Recuérdalo.-Me susurra lentamente al oído.-No te puedes imaginar como me pones, Cass.

Tras esto se va, y yo me quedo en la puerta de casa mientras veo su coche desaparecer por la calle entre la oscuridad de la noche.

Este chico me tiene absoluta e irrevocablemente enamorada.

No me llames más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora