O7. Amenazas, reglas y uñas.

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Capítulo siete: Amenazas, reglas y uñas.

Kim

-¿Y si no quiero irme? -preguntó desafiante.

-Si no quieres irte, le contaré a todo el instituto que me has violado.

Agarré un cepillo de dientes y se lo lancé también.

-No puedes hacer eso.

-Pues vete.

-Hablo en serio, Kimberley. No puedes contar que estuviste conmigo anoche.

Entrecerré de nuevo los ojos.

-¿Por qué?

Él tragó saliva.

-Porque has roto mis reglas y lo que tendría que haber hecho no era precisamente pasar la noche follándote.

-¿Y por qué lo hiciste? -pregunté. Mis ganas de bromas ya se habían acabado.

-Ya te he dicho que no lo sé.

-¿A qué viniste a esta habitación? ¿Me trajiste tú?

-No, te trajo James. Te desmayaste -contestó. Se agachó para coger la toalla que le había tirado, y la enrolló alrededor de sus caderas-. Yo... No sé cómo vine a parar aquí.

-¿Te pedí que hicieras algo?

-No. Recuerdo que estuvimos hablando y que... Y que de repente te besé.

Torcí el rostro para mirarme en el espejo.

Fue así cómo me di cuenta de que la sábana que creí que me tapaba no lo hacía, y también cómo me di cuenta de que él me estaba mintiendo.

Quizás fuese verdad que no se acordaba de todo, pero aún así iba pagar un precio por no hacer que dejase de odiar sus reglas.

Quiero decir, ¿por qué ni él puede saltarse su propio protocolo? ¿Por qué acostarse con la chica que le intenta hacer ver que sus reglas no tienen sentido debe ocultarse?

-Vas a contarlo, ¿verdad? -dijo.

-Sí -contesté.

Él se dio la vuelta y caminó hasta el lado de la cama en la que había dormido. Se arrodilló y sacó la ropa que estaba bajo ella, incluído mi vestido.

No quería dejarlo sin un buen argumento que explicase lo que iba a hacer.

-Jaxx -dije. Él se incorporó y me observó. Yo salí del baño y me coloqué frente al lado de la cama en la que yo había dormido, dejando que ella fuese lo único que había entre nosotros-. Tienes unas reglas estúpidas que quiero eliminar. Si no las eliminas por las buenas, las eliminarás por las malas. Y si con eso tengo que publicar que pasamos la noche follando como conejos, lo hago, no me importa. ¿Tienes la mínima idea de a cuánta gente has arruinado? ¿De lo crueles que son tus putas normas? -me paré porque quería inspirar profundamente-. No mirarte a los ojos, no tocarte, no estar muy cerca de ti... ¿Acaso eres un autómata? No pretendo cambiar tu forma de ver el mundo, pero sí tu forma de tratarlo.

Él torció la boca.

-Me da igual que te vayas a vengar de mí. Conmigo, por lo menos, tienes una razón.

Apoyé una mano sobre el colchón e inclinándome, logré agarrar el vestido.

Miré el tamaño de su abertura y mascullé:-¿Te has roto una uña haciendo esto?

Saqué un trocido de la misma de entre los hilos rotos y la tiré a la papelera.

Caminé hasta el baño -de nuevo- y antes de cerrar la puerta tras de mí, dije:

-Ya sé que esta sábana no tapa absolutamente nada.

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¡Hola hola hermosísim@s creyentees!

Me gustaría saber de dónde sois. ¿Colombia? ¿Venezuela? ¿México? ¿Argentina? ¿España?

Y también cuál es vuestro hobbie favorito. El mío, comer chocolate (lol).

En el próximo capítulo (que publicaré pronto también), os diré cómo ha salido esta especie de encuesta. A ver qué país tiene más representación...

¿Te ha gustado el capítulo? ¿Qué te ha parecido?

¿Tienes ganas de más?

Besotes,
Diosa Azul xx

Besotes,Diosa Azul xx

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Rompiendo Tus Reglas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora