Rompiendo Tus Reglas ©

O4. Miércoles y 'cocretas'.

Capítulo cuatro: Miércoles y 'cocretas'.

Kim

Me llevé otro pedazo de manzana a la boca y le clavé los dientes, dejando que su jugo mojase mis labios.

Solté el periódico que sostenía con la otra mano y observé, con los pies encima de la mesa, la nieve cayendo sobre el jardín.

Suspiré.

A mi mente vino el recuerdo del día anterior, cuando Jaxx había entrado en el vestuario. Tenía que admitir que en un primer momento quería hacerle tragar mi peine. No sabía porqué había sido tan benévola con él. ¿Quizás porque él también lo había sido conmigo? No lo sabía.

–¡Deja de pasmar y muévete! –gritó Christina desde la entrada.

Cuando le dije que quería vivir en su casa no creí que fuese a convertirme en su hija.

–¡Ya voy mamá! –respondí divertida.

Cogí mi bolsa y caminé hacia ella.

Sus padres la habían echado de casa tras enterarse de que repetiría el último curso de secundaria. Yo los odiaba más que ella misma.

–Después de clase iremos al supermercado. Acuérdate –dijo entrando en el coche.

–¿Para?

–James organiza una fiesta esta noche y estamos invitadas –contestó, y yo suspiré–. Nos encargamos del vodka.

Giró la llave y el motor y la radio se encendieron.

Me miró de soslayo pero no añadió nada. Yo tampoco tenía ganas de hablar.

¿Quién tiene ganas de hablar un miércoles, un día que está en medio de la semana y que solo sirve para jodernos la vida?

De repente dio un frenazo. Yo, que estaba ya quedándome dormida, abrí los ojos tan rápido que incluso tuve la sensación de que giraban sobre sí mismos.

Miré a Christina de reojo y ella también lo hizo. Entonces, ambas abrimos las puertas del coche y salimos de él rápidamente.

–¿Acaso no ves que está el semáforo en rojo para los peatones? –gritó Christina–. ¡Casi te atropello!

–¡Casi me haces ver mi cerebro! –grité furibunda. Él nos miró sorprendido pero no dijo nada y siguió caminando.

–Gente estúpida... –farfulló Christina volteándose para volver a entrar en el coche.

Yo la imité resoplando.

Malditos miércoles.

*      *      *

–Cariño, ¿vas a dejar algo para los demás? –protestó Christina desde la otra punta del sofá.

Separé la botella de mis labios e hice que se la hicieran llegar. Me levanté y puse los brazos en jarras.

–Voy –balbuceé– alll baño. Las cocretas me están llegando al... –tragué saliva– es...ssófago.

–¿Croquetas? –preguntaron todos al unísono.

–¿No era es...sso lo que había en lasss fuentes? –volví a balbucear. No era capaz ni de enfocar lo suficiente como para saber cuántas personas tenía delante.

–Eran ostras –contestó alguien a mi lado.

–Ooh, Christiiina. Esta nooche voy a tener sexxxo salvaajje –suspiré.

Otra persona habló pero no escuché nada porque la oreja que mejor me funcionaba acababa de pegárseme contra el suelo.

Y un montón de figuras empezaron a moverse.

Christina

Tras estamparse el cuerpo de Kim contra el suelo, todos los que estábamos sentados junto a ella e incluso algunos de los que bailaban en el jardín acudieron para ayudarla.

James, que hasta ese momento había estado a mi lado, se acercó a mi amiga y la cogió en brazos.

–La llevaré a la habitación de... invitados.

Asentí sin saber muy bien lo que había dicho.

Ni siquiera él lo sabía.

Cosas de montar fiestas en medio de la semana.

Una mano se posó sobre mi hombro y miré de reojo a su dueño: Seth Jaxx.

–Las cocretas esstaban cachondas, ¿verdaddd?

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Awwww voy a morirme con vosotr@s ❤ ¡Gracias por vuestros votos y comentarios! No tenéis ni la menor idea de cuánto me encantáis, jaja

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G r a a a c i a s

Sé que los capítulos están siendo bastante cortos, pero prefiero apostar por este 'modelo' porque me permite compaginar todas las novelas que estoy escribiendo y actualizarlas más rápido ;)

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Bai,
Diosa Azul xx