Detuvo el sorbo de su té digestivo al ver como un vehículo policial se detenía justo en frente de su casa.
Esto no puede ser bueno, pensó antes de reposar la blanca porcelana de la taza sobre la madera negra.
Se deslizó con su silla hacia atrás y luego de levantarse comenzó a dirigirse a la puerta. Justo después de abrirla vio como los dos oficiales empezaban a bajarse del patrullero.
— ¿...pasa algo?—les preguntó apretando el marco de la puerta.
Él que era a todas luces un novato miró a su compañero de enfrente, y este último bajo la vida mientras apretaba los labios.
Sólo después de acercarse al portón terminó por elevar sus ojos marrones hacia los suyos e hizo saltar su nuez de Adán de un trago.
— ¿Podemos pasar, dama? — aventuró a decir.
La mujer inspeccionó su patio con la mirada y procedió a dar unos pasos al exterior.
Ahora sólo miraba las esposas que le rodeaban las muñecas y que descansaban entre sus piernas. El frío con el que había nacido todo aún resonaba en su memoria.
Un voz le soltaba palabras, pero su atención estaba fija en cómo las las lágrimas comenzaban a robarle las pestañas.
De pronto la tomaron del brazo y ella se levantó poco a poco de la silla sin oponer resistencia.Bajaba la cabeza para entrar al auto. Un asiento duro y plano la esperaba.
La gente de las calles no podía evitar mirar a la ventana, y ella no podía dejar de mirar el plástico que las rodeaba desde dentro, y también la rejilla de metal que los separaba de los oficiales.
Así que (¿Qué le voy a decir?) así es un patrullero por dentro.La escuela de Melody. Se detuvieron. El calambre en el pecho que había olvidado regresó con fuerzas.
Estaban en mitad de un recreo.
Reconoció su mochila rosada al instante,pues era la única que la llevaba puesta.— Ya hablamos con la señorita del preescolar...
Y ella se encontraba corriendo (sonríe. Esta son((riendo))) a los gritos mientras evitaba que un compañerito la atrapara.
La niña miró al pasillo y vio a su madre parada, bien derecha, y con las manos a cada lado de la pierna.
El oficial no la siguió.
Casi se choca con un niño, pero lo tomó de los hombros (Juan en su primer día de de jardín) a tiempo para lograr esquivarlo,y comenzó a trotar para alejarse de las lágrimas que la perseguían (Él había llorado para no ir, y ella lloró cuando por fin entró a clases) y le tironeaban de los labios con sus garfios.
— Las esposas—tintineaban a su paso — se van a separar durante unos segundo. Y van a explotar en caso de...
—¡Mami!—le dijo Melody cuando estuvo en frente y en seguida Nadia pasó su mano detrás de la diminuta espalda y la llevó de regreso — ¿ Por qué viniste temprano?— le preguntó la niña volteando a verla en las alturas— ¿Y que tenés en las manos?
—Dígale que...
—Son pulseras—contestó mirándola con una sonrisa— ¿Te gustan?
—¡Sí! ¡me gustan!—asintió, y luego parpadeó al prestar atención en algo— ¿Por qué lloras? —indagó con la cabeza de lado.
Había comenzado a sorber por la nariz mientra luchaba, al mismo tiempo, por no dejar salir el sollozo que palpitaba dentro de su pecho.
— ¡Es qué a mí también me gustan mucho!— le soltó con la voz temblorosa, y enseguida se pasó un dedo debajo de ambos párpados.
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Crónicas de una Deidad: Angustias
Science FictionHan pasado seis meses desde la Tragedia de Pangea y la sociedad por fin resurge triunfante(aunque tambaleante) desde sus cenizas. Los Únicos, antiguos dueños del mundo, han sido practicamente diezmados y sus antiguas riquezas hacen por fin real...