Capítulo 14

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Narra Noelia:

Según lo que me había contado Raúl, yo estaba decidida a hablar con Carmen. Así que, justo cuando llegué a mi casa, subí a mi habitación, cerré la puerta y cogí el móvil para llamarla. Estaba MUY enfadada.

- Dime Noe, ¿Qué quieres? - Dijo ella tan contenta. Supongo que no se imaginaba lo que iba a pasar después.

- A ver, Carmen... ¿Qué es lo que te pasa, joder?

- A mí no me pasa nada, Noelia... ¿Qué ocurre? - Su tono de voz se agravó. Se dio cuenta de que estaba hablando en serio.

- Acabo de venir a mi casa, he estado hablando con Raúl. ¿Tú qué piensas, que soy gilipollas?

- Cálmate. Puedo explicártelo.

- ¡No! No tienes que explicarme nada. Por tu culpa seré el hazmerreír del instituto y puede que esto perjudique a Pablo también. Dios... ¡Sabía que no podía confiar en ti!

- Noelia, yo... A ver, sí, es verdad. Dije que te gustaba Pablo, pero se lo dije a nuestros amigos, nada más. Si alguno se ha ido de la lengua ese no es mi problema.

- La única que se ha ido de la lengua has sido tú. ¡Yo confiaba en ti! ¿Por qué me has hecho esto?

- Joder Noelia, perdóname. Pero que yo no he sido la que se lo ha dicho a todo el mundo.

- Raúl me lo ha contado todo. Mira... No quiero escuchar ninguna mentira más. No me hables. Nunca. No quiero saber nada de ti.

- Pero Noelia...

Antes de que pudiera decirme nada, le corté. Hasta entonces había sido mi mejor amiga, pero todo lo que había pasado... Aún no me podía creer que me había traicionado de esa manera. Ahora toda mi vida se iría la mierda por culpa de ella.

Me senté en la cama y me puse a llorar. A llorar muy fuerte. Me había mudado con todas las esperanzas del mundo de que la vida que iba a tener iba a ser mejor que la que dejaba, pero parece ser que no. Y en parte, la culpa era mía por haber confiado en ella.


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Al día siguiente, teníamos clase de matemáticas. Hasta entonces había tratado de evitar a Pablo por todos los medios, porque con todo y si nos veían conversar juntos, podía significar algo muy grave. Tampoco me hablaba ni con Carmen ni con sus amigos, estaba sola. Pero lo peor es que me culpaba a mí por estar sola.

Cuando sonó el timbre  toda la gente empezaba a abandonar la clase, cogí mis cosas y iba a salir ya, pero noté que alguien me agarraba fuerte del brazo. Me di la vuelta y... Era Pablo.

- Noelia, ¿podemos hablar?

- Lo siento, pero ya te dije que no necesitaba dar más clases extra. - Dije disimulando, con una sonrisa en la cara.- Ahora, lo siento, tengo que irme, me están esperando mis amigos.

- ¿Crees que soy idiota? He visto que estás sola últimamente. Y también he visto como me estás evitando, así que creo que deberíamos hablar.

En aquel momento, sentía como sus ojos y los míos se encontraban fijamente y se reflejaban uno en el otro. Sentía como su brazo fuerte, sujetaba al mío, como si estuviera pidiendo que necesitaba que me quedara. No sabía qué decir.

- Es mejor que nadie sepa que estamos aquí, Pablo... Lo siento mucho.

- Por favor, Noelia. Te lo pido por favor.

- Está bien. - Accedí.

- Bien, siéntate. Dime, ¿por qué me estás evitando todo este tiempo? Desde que te dejé en tu casa ese día. Lo he notado.

Estaba muy nerviosa y confundida. ¿Qué le cuento yo ahora? Necesitaba pensar. No podía decirle que me gustaba así que mentí... Un poco.

- Yo te consideraba más que un profesor, te consideraba un amigo, desde el momento en que hiciste todo ese esfuerzo porque yo me pudiera integrar. Pero... mis amigos me aconsejaron que dejara de dar clases y de llevarme tan bien con tigo porque podía parecer favoritismo o enchufismo, ¿Me entiendes?

Su cara se cambió completamente.

- En serio, ¿Era eso?

- Sí. Es la verdad.

- Uff... Me habías asustado. No les hagas caso, no parece nada. Somos vecinos, somos amigos y no tienes por qué evitarme de esa manera. Pensé que te había pasado algo grave.

- No, ¿qué me puede pasar? - dije con una sonrisa en la cara.

En esos momentos sentía unas ganas enormes de llorar. La impotencia de que no le podía a Pablo contar la verdad, de que no podía darle solución a mis problemas, de que me había peleado con mis amigos... Y NO PODER HACER NADA, ME ESTABA MATANDO EN ESE MOMENTO.

- Bien, en ese caso puedes irte ya. Y sabes que lo que necesites me tienes aquí, Noelia.

- Claro. - Susurré.


Y aquí tienen el capítulo :). Espero que le guste. Siento mucho haber tardado en subir, pero en breves actualizo, ya soy liiiiiiibreeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee xd

Bueno, voten y comenten, que no muerdo. Toda opinión es bien recibida, ¿va?

Os quiero, bruh.

Amor Prohibido - Pablo AlboránDonde viven las historias. Descúbrelo ahora