Tras las clases, fui a mi casa sola y llorando. Ya no podía más. Yo sabía que Pablo era el único que me podía ayudar, y que no le pudiera decir la verdad, dolía. Dolía bastante. Ese día hice algo de lo que más tarde me arrepentiría.
Mi madre no estaba en mi casa, tardaría en llegar y yo no tenía tareas, así que fui a darme un baño. Estaba allí, quieta, pensando. Hacía aproximadamente un mes desde que nos vinimos a Málaga, y aunque era lo que mi madre necesitaba, ella aún no se ha acostumbrado del todo. Ella también lo ha pasado y lo pasa mal, contarle ahora todo lo que me pasaba sería muy duro para ella.
Estaba condenada a "vivir" un día tras otro de la misma forma: sola, incomprendida. No era nadie. Entre todos esos pensamientos cogí una cuchilla que había cerca y la puse sobre mi muñeca.
"Espera..." pensé.
No era tiempo de esperar. Mi vida se había convertido en una mierda, no podía esperar más.
"¿Piensas cortarte, en serio? Los problemas se te agolpan uno tras otro, pero quizás esto sea un paso del que te arrepentirás el día de mañana."
En cierto modo, no quería hacerlo. No quería dar más disgustos ni a mi madre ni a nadie, pero toda la impotencia que sentía, todas las lágrimas y los gritos que había estado acumulando dentro me hacían pensar lo contrario. Quería irme, quería irme rápido. Quería dejarlo todo, quería morirme.
No podía más. Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, y mi mano seguía impasible, esperando la orden que al final le daba mi cerebro. Sentía que no era nadie, que nadie me comprendía, que todo lo que llevaba aguantando desde el primer día había llegado a un tope.
Y lo hice. En los dos brazos.
Pronto el agua de la bañera empezó a tomar color rojizo. Empezó a doler, a doler mucho. Pero me consolaba. Era una manera física de expresar todo lo que sentía en esos momentos. Pero el dolor físico nunca llegó a superar el emocional.
Suspiré.
La sangre era roja oscura, eso significaba que lo había hecho muy fuerte, que las heridas eran profundas y que dejarían cicatriz; pero no me importó. En cierto modo me aliviaba.
De pronto, empecé a sentirme mareada y me asusté. Tiré el agua y me aclaré las heridas, pero la sangre no se cortaba. Salí para coger una toalla, pero nada más ponerme de pie me caí al suelo. Veía borroso, estaba a punto de perder el conocimiento.
"No, ahora no, por favor". Suspiré. Al final conseguí ponerme de pie y vendarme la herida. Al apoyar el brazo me dolía mucho, no sé cómo la gente no lo notaría. Seguidamente, fui a comer algo: estaba muy mareada y me iba a desmayar de un momento a otro, aparte de que no soportaba el dolor de mis brazos.
"¿Realmente valió la pena hacer todo eso? Pablo te entendió desde el primer momento, podías habérselo contado. Él te hubiera dado la solución, pero no, te cagaste y ahora te odias a ti misma."
Dejé mis pensamientos a un lado y fui a mi habitación. Debía estudiar, mañana tenía examen de Matemáticas.
Debía olvidarlo todo.
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Amor Prohibido - Pablo Alborán
FanfictionNoelia es una chica de 14 años y es de Córdoba. Ella se muda a Málaga (la ciudad natal de su madre Marta) ,con su madre, por la separación de sus padres. Noelia es una chica un poco tímida, pero cuando esta con gente de confianza es el alma de la fi...