Ya empezaba a amanecer, me desperté con la luz que entraba por la ventana de mi habitación. Dormir no había hecho que mis problemas desaparecieran, pero mientras duermo, no sufro, y me olvido de mis problemas, que no son pocos.
Estiracé mis piernas y mis brazos y noté un dolor inmenso. Lo había olvidado.
Había olvidado que tenía más de mil cicatrices en todo mi cuerpo.
Pero hoy tenía que ser un día normal, y yo tenía que aparentar estar bien. Tenía que fingir que ayer fue un día igual que los otros, que no me pasaba nada, que estaba feliz. No tenía por qué preocupar a la gente de aquella manera.
Mamá no estaba en casa. Mi tía, la única que tenía en Córdoba, la había llamado porque necesitaba ayuda urgente con yo que sé qué, así que estaría sola por una semana en mi casa.
Aquella mañana tenía un examen de matemáticas importantísimo. Ayer estuve toda la tarde preparándolo, espero que Pablo sea bueno y que comprenda ya de una vez que no necesito más clases extra.
Miré el reloj. ¡Eran las ocho menos cuarto! Mierda, a las ocho tenía ya las clases y encima, el examen a primera hora.
Definitivamente, el mundo me odiaba. Y con ganas.
Me duché, me vestí como pude y lo prepare todo. Faltaban como cinco minutos para que empezase el examen, así que me fui sin desayunar.
Llegué al instituto y fui corriendo a mi clase. Ya estaban todos sentados y Pablo había empezado a repartir el examen.
- Perdón, perdón por llegar tarde... - Abrí la puerta. Todo el mundo me estaba mirando, y había incluso quien se estaba riendo de mí.
- Siéntate, Noelia, por favor. - Dijo Pablo. Me senté al final, en el único sitio que había libre. Las mesas estaban organizadas en tres filas y muy separadas.
- Comienza el examen. No quiero que nadie haga ninguna tontería, o irá directamente a Septiembre, ¿Queda claro? Hacedlo bien, para cualquier duda estaré en mi mesa. Tienen una hora.
Me dio el examen. Empecé a hacer primero los problemas, parecían más fáciles.
Pero cuando quedaba sólo media hora para entregar el examen, noté un mareo extraño. Seguro que había sido por lo de que no había desayunado, así que no le di demasiada importancia.
Pero, de repente, comencé a ver borroso. Quería levantar la mano, quería decirle a alguien que me encontraba mal, pero no podía hablar. Tenía ganas de gritar, y de llorar. Pero no podía. Todo empezó a volverse negro.
Narra Pablo:
Era una mañana como otra cualquiera, salvo por lo de que estaba a punto de terminar el trimestre y tenía que hacer exámenes, corregir y poner la nota final. Toda esta semana sería de completo estrés, pero nadie había dicho que este trabajo iba a ser fácil.
Estaba haciendo un examen en la clase de Noelia, sí, la chica de la que "supuestamente" siento algo. He decidido que las cosas están bien cómo están, que no tengo la necesidad de meterme en líos. Además, hablé con ella y me dijo que las cosas estaban bien en su vida. No sé por qué pero no la creía mucho, parecía que estaba en una situación difícil. Pero si no quiere hablar del tema, no voy a obligarla ni mucho menos.
Como decía, estaba haciendo un examen en su clase. Terminé de dar los folios y de resolver algunas cuántas dudas, y mientras corregía algunos exámenes de bachillerato. Faltaba media hora para terminar y todo parecía en orden.
De repente, escuché un golpe en el suelo. Un golpe seco, como si algo se hubiera caído. No le presté mucha atención, quizás se había caído algún libro mal puesto en una mesa, o una silla que se había roto.
- Noelia... - Escuché decir una voz al final de la clase.
Levanté la cabeza. Todo el mundo estaba girado mirando al fondo, incluso había algunos que se levantaban formando un círculo alrededor de su mesa. Entonces me levanté: había pasado algo grave.
ESTÁS LEYENDO
Amor Prohibido - Pablo Alborán
FanficNoelia es una chica de 14 años y es de Córdoba. Ella se muda a Málaga (la ciudad natal de su madre Marta) ,con su madre, por la separación de sus padres. Noelia es una chica un poco tímida, pero cuando esta con gente de confianza es el alma de la fi...