Sonó el timbre. Eran las tres. Me quedé mirando cómo todos recogían las cosas y se iban. Yo estaba allí, sentada, con el libro de matemáticas y el cuaderno encima de la mesa. Mamen me dijo que estuviera tranquila, que ella le diría a mi madre que me iba a quedar una hora extra allí en el instituto, me dijo adiós y se fue. Dentro de unos escasos dos minutos, la clase estaba toda vacía. Adelante unos cuantos sitios y me puse la primera, en la mesa que estaba al lado de la del profesor. No podía quitarme de la cabeza el hecho de que Pablo y yo estuviéramos durante más de una hora juntos, allí, los dos solos en la clase, en todo el instituto; y más con todos mis pensamientos en la cabeza y todos mis sentimientos tan confusos. Esa llamada me había impactado bastante.
¿Quién sería? ¿Sería su novia, o tal vez su mujer? ¿Qué es lo que siento exactamente?
Iba a ser una hora difícil.
De repente, se abre la puerta y aparece él.
Hola Noelia, ¿Qué tal fue tu día?
Bien, excepto por lo que no me entero de Mates.- Dije sonriendo.- ¿Y el suyo?
Bastante bien, excepto por lo que hoy almorzaré una hora más tarde.- Dijo irónico, sonriéndome y mirándome a los ojos.
Siento mucho que se tenga que quedar conmigo porque soy una torpe.- Miré hacia abajo.
No eres torpe, Noelia, dijo serio, sin parar de mirarme a los ojos.- lo que pasa es que has venido en la mitad de un curso, pero estoy convencido de que serás muy inteligente, e incluso la más aplicada de la clase en unos meses. Y no lo sientas; estoy encantado de quedarme aquí.
Se hizo un silencio. Le miré a los ojos. En esos segundos, que para mí se hicieron eternos. Podía percibir el reflejo de sus ojos en los míos, y el reflejo de los míos en los suyos. En esos segundos, simplemente se me aclararon todas esas dudas que tenía antes: me gustaba. Y Dios, me gustaba muchísimo. Y que hubiera dicho que estaba encantado de quedarse allí conmigo me hacía quererlo aún más.
La hora se hizo corta. Dimos un poco de estadística y un poco de racionalizar fracciones, que entraba para el examen de la semana que viene. En mi otro instituto, las clases de matemáticas se hacían muy aburridas; pero Pablo hacía que todo fuese mucho más ameno, que nadie se perdiera durante la explicación... Simplemente, era el mejor profesor del mundo.
- ¿Ves Noelia? Te lo dije, eres una chica inteligente.- Dijo cuando estábamos bajando las escaleras, ya habíamos acabado y nos íbamos a casa.- No tienes nada de qué preocuparte.- Y me puso la mano en el hombro. Yo le miré a los ojos y le sonreí, ojalá no se acabara ese momento nunca.
- Gracias por todo.- Le dije.
- De nada, sabes que puedes pedirme lo que sea.- Dijo él, con una sonrisa. Ya estábamos fuera del instituto.- Oye, ¿vives lejos?
- Bueno... Un poco, ¿por?
- Tengo el coche ahí.- Dijo señalando un coche blanco que había en frente.- Te puedo llevar. Tu madre estará muy preocupada, no has tenido tiempo de decírselo.
No importa; Carmen me dijo que se lo iba a decir.
Venga, déjame llevarte, así me quedaré tranquilo.
No me va a pasar nada.- Dije... Mi mente estaba dividida en dos: por una parte, quería que me llevara; me gustaba y sería todo un honor que me llevara en coche hasta mi casa. Pero por otra... Sería raro que, con todas las emociones que había sentido en ese día... Y esa llamada tan extraña...
No quiero que nadie te secuestre o te viole, Noelia.- Dijo riéndose, y yo me sonrojé.
En ese caso... De acuerdo... - Dije bajito.
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Amor Prohibido - Pablo Alborán
Fiksi PenggemarNoelia es una chica de 14 años y es de Córdoba. Ella se muda a Málaga (la ciudad natal de su madre Marta) ,con su madre, por la separación de sus padres. Noelia es una chica un poco tímida, pero cuando esta con gente de confianza es el alma de la fi...