Tuve una pesadilla en la madrugada. Este había sido mi cumpleaños número 9. También celebrábamos mi entrada al mundo de la música. Apenas logré pasar las audiciones en una empresa, SM Entertainment. Mi familia y yo vivíamos en Mokpo, pero yo tuve que mudarme a los dormitorios con otras dos chicas que después de ser trainees debutarían en un dúo. Sin embargo yo tuve demasiada suerte, puesto que comenzaría a trabajar como solista para debutar en unos años. ¿Qué más da? No puedo cambiar mi vida. Escondí mi voz demasiado tiempo. Ahora podremos tener un buen comienzo. Mamá entró a la habitación cuando comenzaba a amanecer. Por algún factor extraño maduré apresuradamente. Gracias a eso también mis padres aceptaron mi entrada a la SM. Soy hija única, o al menos comenzaba a serlo por motivos que ahora no quiero mencionar y mucho menos pensar porque instantáneamente rompería en llanto incontrolable. El punto era que les dolía perder a su adorada princesa. Mi hermosa madre me tomó en brazos y me contempló unos segundos. Ella tenía una piel suave y tersa como los algodones de azúcar, los ojos miel y cabello castaño brillante, largo y sedoso. Admiraba su fortaleza y su valentía, supo cuidarme a pesar de la agonía. Cuando mi padre estuvo enfermo.
-Feliz cumpleaños Min - me dijo con una amplia sonrisa. A pesar de los años aún se podía distinguir de mi madre su acento latino. De ahí procedía. Yo era una mezcla de dos continentes lejanos conectados por el fuerte amor de dos personas cuyos hemisferios mentales eran totalmente diferentes.
-¿Qué haremos hoy mamá? – pregunté entusiasmada.
- Desayunar princesa – contestó. Y las dos bajamos al comedor en pijama y calcetines. Abajo todo estaba ordenado, había hot cakes para el desayuno listos en la mesa junto jarras de miel dulce, maple, leche condensada, leche fría y jugo; tal como me gusta. Papá estaba sentado leyendo el diario en la esquina de la mesa, para quedar con mi madre a un lado y conmigo al otro. Realmente me gustaba mi familia.
-Cuando llegué hoy en la tarde, te llevaremos a comer a un hermoso restaurante, donde la familia se reunirá para celebrar tu cumpleaños y tu entrada a la SM – me dijo mi padre con tono moderado que resaltaba aun así su felicidad. Las cosas estaban tal como debían ser, yo seguía enorgulleciendo a mis padres.
Mi papá, Tae Young, era un gran empresario. Y mi madre, Hwa Soon, era diseñadora. Ambos exitosos y realmente felices. Cuando se casaron decidieron crear su empresa y hacer cadenas a lo largo y ancho del país, de modo que ayudarían a la gente creando más empleos por la necesitada mano de obra.
Y así transcurría la mañana de mi cumpleaños, entre llamadas de felicitación. Así como una entrevista por parte de una cadena televisiva donde me preguntaban acerca de mis deseos de cumpleaños y mis planes a largo plazo. Mi madre me había enseñado a descifrar con precisión lo que los periodistas querían escuchar para transformar mi respuesta honesta en algo ágil que funcionara para los medios y a la vez protegiera mi dignidad e imagen.
Ya en el restaurante comenzó el festín. La mayoría de los medios de comunicación respetaron la privacidad, porque aunque no eran muchos los que necesitaban de mi información por solo ser una nueva trainee, aún así los periodistas me tenían en la mira. Mis tíos llegaban mientras avanzaba la tarde cargados de regalos y sorpresas para mí por cumpleaños y felicitaciones. Me obligaron a cantarles un poco y después mi madre me dejó caminar por la playa.
Caminé por la orilla mientras la espuma de mar me bañaba los pies. ¿Así se sentía la libertad? ¿Volvería a experimentar esta hermosa sensación después de debutar? Esta es la edad de las preguntas pero, ¿estas preguntas son lo suficiente para mi edad? ¿Debería estar pensando esto? Todo era nublado y confuso, como la neblina de los pueblos. Al seguir caminando escuchaba a alguien cantar, esa voz me llenaba de paz, pero ¿A quién procedía? A lo lejos pude ver una silueta. Caminé hasta llegar a ella de modo que pude cerciorarme de que en realidad era quien cantaba. Pero si es un niño.
- Hola –dije nerviosa. Mamá me había dicho una vez que debía evitar hablar con extraños. Supongo que esta debió ser una muy buena excepción.
- Hola, ¿Quién eres? – me respondió el niño mientras se incorporaba. No lo había notado pero era tremendamente alto. Tenía el cabello castaño al igual que sus ojos, y la mirada perdida en el horizonte.
- Soy Min – contesté con una sonrisa. Quien quiera que fuera el niño, no debía ser tan malo a pesar de su fuerte e impulsiva forma de mirar. Pero de qué debía quejarme si yo incluso podía asesinar con tan solo mirar a alguien.
- Me llamo Kyuhyun. Oye ¿vienes sola? Mis padres están por allá, si quieres podemos ir por un vaso de soda.
- Lo siento, pero mis padres – giré mi rostro en dirección a donde estaban sentados pero no los vi, seguí recorriendo la playa con mi rostro hasta ver una figuritas a lo lejos que me saludaban. Eran ellos. Los saludé agitando mi brazo para luego apuntar hacia donde iba y con quién. Ellos devolvieron el saludo junto con una mueca de aprobación. Miré a mi nuevo amigo.
– Vamos por la soda – le dije y comenzó a caminar. Sus pasos eran realmente grandes.
No pude hablarle sobre lo hermoso que cantaba. Y tampoco lo volví a ver.
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VOLVER A MI - Cho Kyuhyun
Fanfic¿Qué pensarías si pareciese que el destino planea una cosa y hace todo lo posible por que pase otra? ¿Que dirías tu si yo te dijera que el amor de tu vida primero lucha con su pasado, y de un momento a otro lucha por sobrevivir tirado en una cama de...