Capitulo 22

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Zayn y yo nos quedamos bromeando, jugando y riendo en el jardín hasta que el timbre sonó. Miré mi reloj de muñeca con el ceño fruncido y observé que ya había pasado un poco más de media hora. 
—Hace más de media hora que estamos aquí afuera —comenté asombrada observándolo acercándose a mi como si fuera un león y yo fuera un pedazo de carne. Con esa sonrisa asesina que me ponía de rodillas. 
—El tiempo no existe contigo —sonreí y acorté la distancia entre ambos para besarlo pero el timbre volvió a sonar interrumpiendo nuestro hermoso momento—. Ve y abre la puerta —elevé una ceja sin siquiera moverme.
—¿Me estás echando? —puso los ojos en blanco, me tomó de la cintura y antes de poder protestar estaba probando sus labios otra vez pero luego de unos segundos me alejó.
—Vete, podría hacer esto todo el día pero Eleanor va a irse si no le abres la maldita puerta —le di un casto beso en los labios y me alejé para adentrarme en la casa. Llegué a la puerta y al abrir Eleanor me miró con una media sonrisa.
—Elle, hace tiempo que no te veía —me acerqué y nos dimos un corto abrazo. Se sentía en el aire la incomodidad del momento. Ella sabía que pasaba algo y yo no podía ocultarlo—. ¿Almorzaste? —pregunté mientras ambas caminábamos hacia la cocina.
—Sí, he comido un sandwich de camino.
—Bueno, ¿no te molesta si mientras conversamos me cocino una hamburguesa? Tengo hambre y todavía no he almorzado.
—Claro que no, come tranquila —me dedicó una débil sonrisa y se sentó en una de las banquetas de la barra mientras yo me dirigí al refrigerador. Cociné mientras ambas conversamos sobre cosas triviales pero Eleanor se veía distante y sus respuestas eran cortas y frías. Cuando acabé de cocinar dejé mi comida a un lado y fui directo a la barra. Debía acabar con todo esto. 
—Eleanor, lo sé —finalicé mientras me sentaba enfrente suyo. Se removió incómoda en su lugar y jugó con algunos de sus brazaletes frunciendo el ceño y sin mirarme.
—¿Lo sabes? ¿A qué te refieres? —suspiré. 
—Sé que no eres Eleanor.. aunque no estoy segura si eres Talisha o Christina —levantó la mirada y me penetró fácilmente con sus ojos fríos y expectantes a cada uno de mis movimientos. Se sentó derecha y elevó una ceja.
—No sé cómo te enteraste ni tampoco me interesa saberlo pero dejemos las cosas claras, querida —¿Querida? Era claro que esta no era la gemela que fue mi mejor amiga—. Soy Talisha, un placer conocerte —sonrió cínicamente y yo me limité a devolverle el gesto—. Mi hermana es una idiota, ni siquiera es capaz de mantener un secreto tan sencillo como este. Nadie debe saberlo, ¿oíste? Borra todo lo que sabes de esa pequeña cabezita y busca algo con lo cual entretenerte. No fastidies, demasiados problemas has traído con solo aparecer por aquí —elevé una ceja incrédula.
—¿Disculpa? 
—Han salido miles de rumores tuyos con todos los chicos. Los cinco. ¿Acaso no miras televisión? ¿No usas internet? Estás causando un alboroto entre las fanáticas, los medios y los managers. No comprendo como aún no te quitaron del medio, solo eres un estorbo —la mire boquiabierta intentando encontrar palabras y defenderme. Mierda, ella era una zorra—. Y será mejor que te quedes callada, no me interesa oírte balbucear. La única razón por la cual estoy aquí y no mi hermana es porque la estúpida debía ir a la Universidad. Si continúa faltando van a expulsarla —se puso de pie y tomó su bolso de la banqueta de al lado suyo—. ¿Algo más? —preguntó mirándome fijamente. Fruncí el ceño y me aclaré la garganta.
—¿Por qué lo hacen? 
—Eso no es de tu incumbencia, hasta pronto cariño —me saludó desde lejos agitando su mano en el aire y desapareció del lugar. Me quedé unos interminables minutos procesando lo que había pasado. Bien, entonces mi mejor amiga era Christina pero.. ¿podía seguir llamándola mejor amiga luego de esto? ¿Luego de que me ocultara un secreto así? ¿Luego de que me engañara durante tanto tiempo? ¿Desde cuándo estaban con esto de hacerse pasar por Eleanor Calder? Tomé mi notebook y abrí el google. Escribí 'Eleanor Calder' y busqué. Una entrada en Wikipedia estaba primera en la lista. Entré y leí la poca información que había y un escalofrío me recorrió la espina dorsal. 'Nacida en 1880 y fallecida en 1967'. ¿Qué mierda era todo esto? Cerré mi computadora y traté de enfocarme en otro tema pero todo esto simplemente no salía de mi cabeza. ¿De qué les servía esta mentira? ¿Todo este engaño para qué? Danielle no lo sabía y probablemente no debía saberlo. No quería envolverla con esto cuando ella tenía suficientes cosas en qué pensar, entonces sonó mi móvil. Atendí sin siquiera ver el identificador y me sentí mentalmente salvada.
—¿Hola?
—_______, lo siento muchísimo. 
—Cassey, ¿en donde diablos estabas metida? —pregunté molesta poniéndome de pie.
—Lo siento, lo siento mucho. Soy claustrofóbica y cuando todos los paparazzis se acercaron sentí pánico. Perdóname, de verdad lo siento mucho. 
—¿Por qué no me contestaste el teléfono? 
—Con el apuro por salir se me cayó a mitad de la calle y lo he tenido que llevar a reparar. Hoy pude ir a buscarlo y te estoy llamando justo ahora. ¡Lo siento tanto! —suspiré.
—Ya deja de sentirlo, Cassey. Está bien, lo entiendo. Fue todo un accidente y un enorme malentendido.
—¿Quieres que salgamos a caminar por ahí? —me llevé una mano a la frente y apoyé el lado izquierdo de mi cadera en la mesada de mármol donde todavía descansaba un plato con mi hamburguesa ya fría. 
—Mira Cassey no me siento bien ahora, te llamaré luego, ¿sí? 
—Bueno pero, ¿debo preocuparme? —suspiré.
—No, estaré bien. Te veo luego, adiós —colgué y miré el plato con mi comida. Definitivamente no tenía apetito para absolutamente nada, mucho menos una grasosa hamburguesa. De solo pensarlo me dieron ganas de vomitar. Cerré mis ojos y traté de calmarme. Ya sentía acercarse una fuerte jaqueca con la cual no tenía ganas de lidiar ahora.
—_______, ¿estás bien? —miré hacia la entrada de la cocina y no pude evitar soltar un sollozo. Todo esto estaba superándome, eran demasiadas cosas con las que lidiar y nadie estaba ahí para ayudarme. No podía decírselo a nadie. Negué levemente sintiendo como las lágrimas se acumulaban en mis ojos y fue imposible no llorar cuando abrió sus brazos para recibirme. Caminé intentando detener el llanto y me aferré a su cintura como si fuera mi salvavidas. Y quizás lo era. Quizás lo fue todos estos años—. Linda, deja de llorar. Sabes que odio verte llorar, ¿qué pasó? —me sorbí la nariz y cerré mis ojos mientras enterraba mi rostro en su pecho intentando desaparecer.
—No quiero hablar sobre eso —contesté entre sollozos—. ¿Puedes caminar conmigo, Harry? ¿Por favor? —pregunté elevando mi rostro para mirarlo a los ojos. Sonrió débilmente y me acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja.
—Eso ni siquiera debes preguntarlo, ________. Vamos —pasó su brazo por mis hombros y yo me coloqué a su lado sin soltarlo. No quería soltarlo, él me daba paz. Me daba tranquilidad y seguridad. Salimos de la casa y cuando estabamos por comenzar a caminar me detuve en seco.
—No puedes.. —me separé de él y lo miré—. No puedes salir conmigo —puso los ojos en blanco y me volvió a abrazar para comenzar a caminar. 
—________, me importa un bledo lo que el mundo o los managers piensen cuando se trata de ti, no me importa nada más que lo que tú pienses y lo que tú sientas —levanté la mirada hacia la izquierda y el bajó la suya para que nuestros ojos se encontraran—. Solo me importas tú —sentí como el color en mis mejillas se hacía cada vez mas notorio y me vi obligada a correr la mirada. Caminamos un largo tiempo en silencio, abrazados, disfrutando de la compañía y el calor del otro ya que el día era bastante frío pero entonces noté algo.
—¿De verdad no te importan los managers? —pregunté en un susurro.
—Claro que no, _________. No cuando se trata de ti, ya te lo dije y ahora lo estoy demostrando. Hemos pasado al lado de diez personas que se nos quedaron mirando y probablemente algún paparazzi nos esté siguiendo pero no me importa. Me dará problemas pero lo soportaré por estar contigo y ayudarte a sentirte mejor —mierda. ¿Desde cuando era tan dulce y dedicado? Esa era una de las diferencias notables entre él y mi actual.. novio, amigo con derecho, o lo que fuera que fuese Zayn. Él no terminó con Perrie porque definitivamente le importaban más los managers y su carrera que yo. Y no lo culpo, al contrario, me siento bien al saber que pone a su sueño por delante de todo pero ahora Harry hace esto, dice que va a tener problemas, pero no le importa porque yo valgo más. ¿Qué se supone que debo hacer con eso? La felicidad y ternura me embargaba por completo pero al mismo tiempo me sentía culpable. Yo quería a Harry, lo adoraba con cada fibra de mi ser pero.. no de la misma manera que quería a Zayn. Era fácil de explicar. Cuando veía a Zayn tenía ganas de besarlo, y besarlo y besarlo mucho más. Cuando veía a Harry quería abrazarlo, reír con él y conversar. Era claro de quién estaba enamorada y por quién solo sentía cariño fraternal. O eso creo. 
—Recordemos viejos tiempos —hablé mientras ambos comenzabamos a charlar sobre el pasado, travesuras y momentos graciosos que compartimos.

Who is Mr.X? Adaptada One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora