Era claro como el agua. Es obvio que un bebé acabaría con la carrera profesional de cualquier artista, implicaría un compromiso terrible, trabajo arduo y principal atención en el bebé y la pareja. Definitivamente un bebé habría acabado con la carrera de Liam, por lo tanto, One Direction habría sido cenizas. Los managers obligaron a Danielle a abortar el bebé y probablemente también le prohibieron decírselo a Liam ya que, estoy cien por ciento segura de que si Liam lo hubiese sabido no la habría dejado tomar aquella decisión. Oh dios, pobre Danielle. Definitivamente iba a llamarla apenas llegara a casa y le diría que fuera para pasar un tiempo juntas. Le diré mis sospechas y confío en que me dirá la verdad.
—_________ —voltee al oír la suave voz de Niall y no pude evitar correr y abrazarlo. Lo sucedido hacía apenas unos minutos me había dejado un poco aturdida. Acarició mi espalda y me sentí notablemente mejorada.
—Niall —me separé de él y lo miré—. Gracias por venir.
—Tengo una idea de la razón por la que me llamaste —se cruzó de brazos y negó levemente con un atisbo de sonrisa.
—¿Has visto a los paparazzis? —pregunté preocupada por él pero al observar sobre su hombro noté a Paul y dos guardias de seguridad más que aún no conocía. Pero eran tantos que dudaba lograr conocerlos a todos.
—__________, casi me arrancan los brazos cuando llegamos al Centro Comercial —contestó divertido. Al menos Niall se lo tomaba con diversión, Harry estaría diciendo algo acerca de no dejarme salir nunca más, guardias de seguridad y cadenas—. ¿Estás bien? He oído algo sobre.. un bebé..
—Alguien ha corrido el rumor de que estoy embarazada.. de Harry —Niall me miró impasible, sin ninguna emoción visible. Metió las manos en los bolsillos delanteros de sus jeans gastados y me miró fijo.
—No está mal querer a dos personas —fruncí el ceño y lo miré.
—No Niall, no es lo que parece. Yo.. a mi no me gusta Harry —o eso creía hasta que me enteré de que estaba enamorado de mi.. hace más de un año—. Sé que lo besé pero.. fue porque tenía que conseguir lo que él tenía en sus manos y no quería devolverme. Yo —levantó sus manos en el aire y las agitó levemente interrumpiéndome.
—Está bien __________. No tienes porque darme explicaciones, es tu vida —se encogió de hombros y me dedicó una cálida sonrisa—. Sé que no harías nada para lastimar a alguien. Eres inofensiva —sonreí—. Bueno, eres inofensiva a menos que estés enojada —ambos reímos levemente.
—Vamos, quiero llegar a casa —me acerqué y pasé mi brazo derecho por su cintura mientras que él pasó el suyo por mis hombros. Niall era uno de mis amigos más cercanos, siempre estuvo cuando lo necesité.
***
Al llegar le agradecí de nuevo a Niall y me fui directo a mi habitación. Me di una relajante ducha de agua caliente y me cambié con un sweater que mi madre me regaló hacía más de un año color azul desgastado, unos jeans grises y vans azules. Me recogí el pelo en una coleta alta y tomé mi móvil mientras me sentaba en la cama. Marqué el número de Danielle y me llevé el aparato al oído. Sonó una, dos..
—¿Hola? —su voz sonaba algo adormilada.
—Dani, soy ________
—Oh, hola ________. Estaba durmiendo —fruncí el ceño. ¿Durmiendo a estas horas?
—¿Quieres venir a casa? Tengo ganas de verte.
—Eh.. no me siento muy bien ahora, ________ —oí como su voz se quebraba al final de mi nombre.
—Danielle, ¿estás bien? —oí un suspiro entrecortado y luego sollozó.
—No, no estoy bien. Necesito hablar con alguien —oír a Danielle llorando por teléfono era una de las cosas más tristes que había oído en mi vida. Ella siempre fue tan fuerte pero tan dulce al mismo tiempo.
—En cinco minutos estaré ahí —colgué y tomé un abrigo. Bajé las escaleras y cuando estaba por llegar a la puerta alguien se interpuso en mi camino—. Harry hazte a un lado, tengo que salir —se cruzó de brazos y me miró.
—Estás loca si crees que voy a dejarte salir de nuevo —fruncí el ceño.
—No eres mi padre, déjame salir —contesté molesta.
—________, Niall me ha contado lo del Centro Comercial. ¿Podrías solo.. hacerme caso y no salir hasta mañana? Las cosas se habrán calmado un poco —me acerqué haciendo casi escasa la distancia entre su cuerpo y el mio y lo miré a los ojos.
—Hazte a un lado, Edward —ordené molesta. Si había algo que odiaba era que la gente me dijera lo que debía o no debía hacer.
—No me llames Edward, _______________ —y estábamos a mano. Detestaba que me llamaran por mi apellido. Dio un paso hacia mi y el aire no conseguía pasar entre nosotros. Estábamos pegados el uno al otro pero nuestras manos estaban a ambos lados de nuestros cuerpos. Ninguno se movía, ninguno decía nada. Nos dedicábamos a sacarnos chispas por los ojos.
—Vas a dejarme salir, Styles —avisé entre dientes. No iba a impedirme salir, debía ver a Danielle. Mi respiración se volvió irregular y el ambiente subió de temperatura en cuestión de segundos.
—No si puedo detenerte —elevé una ceja.
—No puedes.
—Déjame intentarlo —y en un abrir y cerrar de ojos sus labios estaban sobre los mios. Dirigió mi cuerpo en la dirección que se le dio la gana hasta que mi espalda se topó con la pared. Forcejeamos unos segundos pero fue en vano, me rendí ante su encanto y su fenomenal forma de besar. Harry era duro como una piedra y si no quería que saliera entonces yo no podría salir. Iba a buscar todas las formas posibles para impedírmelo. Lo tomé de la camiseta y nos obligué a voltear provocando que él quedara de espaldas a la pared. Tomé el borde de su camiseta y la levanté. Cuando elevó los brazos para facilitarme la tarea y me soltó, le quité la camiseta y caminé veloz hasta la puerta. Le di una última mirada y traté de normalizar mi respiración.
—Lo siento pero es importante.
***
Hacía más de diez minutos que me encontraba en el maldito taxi y mi cuerpo todavía estaba echando llamas. Debo admitirlo, fue un buen intento de parte de Harry. Si seguía ahí un segundo más probablemente habría cedido ante la tentación y habríamos acabado haciendo algo total y completamente erróneo. Sentía que mi cabeza iba a explotar. Tenía demasiadas cosas para pensar, y ahora se sumaba el hecho de que casi me acuesto con Harry Styles. Y lo peor de todo era que no estaba ebria y que no me negué. No hay excusas.
—Señorita, hemos llegado.
—Oh sí, lo siento —me disculpé cuando la voz del taxista me trajo a la realidad. Pagué y me bajé delante del departamento de Danielle. Caminé hasta la puerta y toqué su timbre.
—¿Sí?
—Soy yo Dani, ábreme
—Ya bajo —esperé unos segundos algo nerviosa y cuando abrió la puerta el alma se me cayó a los pies. Danielle se veía terriblemente mal. Llevaba un sweater gastado y dos tallas más grande que la suya, unos pantalones de chandal grises y su cabello era una maraña de rulos perfectamente formados y enredados unos con otros. De sus ojos caían bolsas imposibles de ocultar ni con todo el maquillaje del mundo al igual que unas ojeras y los derrames que volvían sus ojos deteriorados. ¿En dónde quedaron esas bellas perlas avellanadas que recordaba? ¿Qué fue lo que le hicieron a mi mejor amiga?
—Dani, por Dios —exclamé mientras caminaba hacia ella y la estrechaba en mis brazos. Comenzó a sollozar y luego de unos segundos se alejó de mi secándose las lágrimas.
—Ven, vamos adentro —entramos a su departamento y ambas nos dejamos caer en el sofá. Puse una de mis manos sobre su pierna y la miré con cariño.
—¿Quieres que te prepare un café? —pregunté con una sonrisa de labios sellados. Suspiró y asintió. Una vez que las dos nos encontramos en el sofá con una taza en la mano cada una ella se perdió en sus pensamientos—. ¿Estás así por.. lo de hace unos días? —le dio un sorbo a su café y negó levemente.
—Lo había superado y.. todo iba bien pero.. —volvió a sollozar.
—Dani tranquila, estoy aquí para ti. Puedes decírmelo.. —suspiró y se secó las lágrimas con la manga de su sweater.
—Liam terminó conmigo —fruncí el ceño y casi escupo lo que tenía en la boca. Tragué intentando no ahogarme y la miré impresionada.
—¿Qué? —asintió levemente y le dio otro trago al café.
—Me llamó anoche como a las cinco de la madrugada y dijo que esto no iba a ninguna parte. Discutimos como por veinte minutos y luego.. terminó conmigo.
—¿Le dijiste lo de.. —negó efusivamente.
—No va a saberlo, _______. Si se entera va a odiarme —la miré durante unos segundos y tomé valor para lo que estaba a punto de preguntar.
—Danielle, voy a hacerte una pregunta y quiero que seas sincera conmigo, ¿sí? —utilizaba la voz más aterciopelada que era capaz de poner. Danielle necesitaba contención pero yo necesitaba respuestas.
—Bien, pregunta lo que quieras saber —contestó encogiéndose de hombros y subiendo los pies al sofá.
—¿Te obligaron a abortar? —su mirada se clavó en la mia y se quedó así durante unos segundos—. Sé que fueron ellos.. los managers.. lo sé, Dani. Puedes confirmarlo —frunció el ceño.
—¿Cómo lo sabes? —bien, mis suposiciones eran acertadas. Y una vez más, Mr. X tenía la razón y me llevaba a develar un secreto. ¿Con qué fin?
—Eso no importa, lo que importa aquí es que lo sé y que no estás sola. Ellos quieren sacarme del medio.. —hablé con la voz cada vez más apagada a medida que iba acabando la frase.
—¿Sacarte del medio? —asentí y miré el contenido humeante de mi taza color rosa.
—He estado saliendo mucho con los chicos, Harry anduvo muy pegado a mi, ahora ha salido un rumor de que estoy embarazada de él y.. creen que estoy arruinando sus planes. Al parecer Harry debe mantenerse con Taylor aunque me confirmó que solamente es cosa de managers.
—Esos tipos estan dementes.
—Danielle, debes decirle a Liam lo del aborto —rogué indirectamente volviendo mi mirada a la suya.
—No _________, Liam no va a saberlo. Estoy segura de que se pondrá como loco y sería capaz de renunciar a todo. Ya está, no hay vuelta atrás. Quizás se lo diga en unos años pero ahora mi relación con Liam está destruida. Ya no existe.. tengo que superarlo.
—Estoy segura de que los managers lo obligaron. Pueden manipularlos como se les de la gana.
—Lo sé pero.. nunca creí que Liam iba a dejarse manipular de esa manera. Yo creía que.. pensé que.. él.. —se encogió de hombros—. No lo sé, pensé que me quería más que esto.
—Y estoy segura de que te quiere, Dani. Es sólo que.. esos imbéciles estan tratando de alejarnos. No van a lograrlo, tranquila —mi móvil comenzó a sonar con insistencia. Fruncí el ceño y lo saqué del bolsillo de mis jeans. Puse los ojos en blanco al ver el identificador—. ¿No puedes dejarme en paz?
—Solo quería asegurarme de que llegaste en una pieza a donde sea que hayas ido. ¿Estás bien?
—Sí, padre. Estoy bien —suspiré y Dani me miró con una sonrisa desganada.
—Ja-ja, muy graciosa. ¿En dónde estás?
—¿Desde cuando esto se convirtió en un interrogatorio? —lo oí suspirar del otro lado del teléfono y puedo jurar que me puso los ojos en blanco. Lo conozco de memoria. ¿Por qué eso justo ahora no sonaba bien?
—Solamente quiero saber en donde estás así paso por ti —fruncí el ceño.
—No vas a pasar por mi, olvídalo.
—Sí lo haré y deja de fruncir el ceño —abrí la boca y me quedé sin palabras unos segundos—. Te conzco..
—Yo también, cabeza dura. Y sé que no vas a desistir hasta que te deje venir por mi, ¿o me equivoco? —juro que sentí su sonrisa del otro lado.
—Me conoces bien, ________. Ya, ¿a dónde y a qué hora? —suspiré dandome por vencida.
—Al departamento de Danielle, yo te envío un mensaje.
—Bien, lo estaré esperando. Envíale saludos de mi parte a Danielle, dile que puede pasarse por casa cuando quiera —la miré unos segundos y al ver su mirada perdida en un punto inexistente decidí omitir la última parte de la oración de Harry. Danielle no iría a la casa ni aunque le pagaran la suma más grande de dinero de todo el mundo. Corrí el teléfono de mi oído y observé a Dani.
—Dani, Harry te envía saludos —me miró y sonrió aunque la sonrisa no le llegó a los ojos. Ella de verdad estaba deprimida.
—Envíale saludos también —sonreí a medias y volví a colocar el teléfono en mi oreja.
—Ella te manda saludos también
—Bien, pasaré por ti cuando me llegue el mensaje.
—Está bien, señor soy-un-amigo-molesto-y-sobreprotector —lo oír reír del otro lado y no pude evitar soltar una sonrisa.
—Sabes que lo hago porque te quiero, ________ —hubo unos segundos de silencio incómodo, al menos para mi. Sí Edward, sé que me quieres.. más de lo que creía. Sé que estás enamorado de mi desde hace más de un año. Lo sé.
—Sí, sabes que yo tambien te quiero. Nos vemos luego, adiós.
—Te veo luego, linda. Adiós —ese 'linda' quedó dando vueltas en mi cabeza más de lo debido. Guardé el móvil en mi bolsillo y me dispuse a atender a Dani.
***
—Bien, te llamaré mañana, ¿oíste? Espero que vayas a los ensayos, Danielle. No puedes dejar tu vida por un pequeño tropiezo.
—Sí, _______ —contestó suspirando—. Iré, te lo prometo —sonreí a medias y me acerqué para abrazarla.
—Te quiero muchísimo, quiero verte bien —susurré en su oído con tono maternal.
—Lo sé, lo sé ________. Estaré bien —se alejó de mi y me miró a los ojos—. Te lo prometo, confía en mi —sonreí.
—Bien, te llamaré. Adios, te quiero —le di un beso en la mejilla y me alejé caminando hacia la camioneta negra. Al subir no me encontré con los ojos color esmeralda que esperaba ver. Mi sonrisa desapareció y elevé una ceja con mueca sarcástica—. Creía que Harry vendría a buscarme.
—Y yo creía que te agradaría verme a mi en su lugar —eran cerca de las cinco de la tarde, estaba cansada, hambrienta y no tenía ganas de lidiar con Zayn ahora. Aún seguía molesta por lo de Perrie esta mañana así que no tenía porque hablarle. Me crucé de brazos y miré al frente como si tuviera quince años.
—No me agrada. Quiero ir a casa, punto —esperé unos minutos con la vista en el frente pero el ni siquiera había encendido el motor. Lo miré molesta y traté de no gritarle—. ¿Qué esperas? —sonrió burlón.
—Cariño, no vamos a irnos hasta que me digas que te pasa —lo fulminé con la mirada.
—Primero que nada, no me llames cariño. Segundo, ya te lo he dicho. Tengo hambre, estoy cansada y necesito darme una ducha. Quiero ir a casa ahora —contesté haciendo énfasis en las últimas cinco palabras para que las entendiera bien. Volví mi vista al frente y lo oí suspirar.
—Bien, me rindo contigo —bien, gracias Malik. Encendió la camioneta y emprendimos rumbo a la casa—. Aunque sé que hice algo para que me trates así.. me gustaría saberlo —su voz había cambiado de tono y ahora sonaba dulce y suave.
—No tengo ganas de discutir —finalicé con mi vista en la ventanilla.
—________, vamos. Al menos me gustaría saber porque razón estás enojada conmigo —suspiré.
—Me trajiste ebria de un club y me dejaste en manos de Harry.. para luego acostarte con ella —murmuré entre dientes. Entrecerró sus ojos y noté como su semblante cambiaba a uno algo molesto sin sacar su vista del camino.
—Harry te lo dijo, ¿cierto?
—Eso no interesa, el punto es que me embriagué y en lugar de hacerte cargo me arrojaste a los brazos de alguien más para luego ir y acostarte con otra. Y, para mejorarlo, ¡tuviste el coraje de bajar las escaleras antes que ella la mañana siguiente y besarme como si realmente me quisieras! —no pude evitar levantar la voz al final. No podía creer que él había sido capaz de hacer algo tan descarado. Realmente me había sorprendido pero entonces mi subconsciente citó una frase que encajaba perfectamente con la situación <<Zayn es así, __________. Despreocupado, lo único que importa en su vida es él. Si planeas tener una relación color de rosa, llena de ositos de peluche y chocolates, buscate otro hombre porque con Zayn no tendrás nada de eso>>. Quizás Harry hablaba enserio y no lo decía solo para alejarme de Zayn.
—_________, lo siento, ¿bien? Fui un idiota y me merezco tu enojo —suspiró y se rascó levemente la barbilla. Me distraje unos segundos observando aquel movimiento que le quedaba tan sexy pero mi conciencia me trajo a la realidad <<CONCÉNTRATE, ESTÁS MOLESTA>>—. ¿Qué puedo hacer para que me perdones? —me crucé de brazos y lo pensé bien. Estaba dándome una oportunidad..
—¿Harías cualquier cosa? —elevó una ceja y me miró por un microsegundo para luego volver su vista al frente. Se veía divertido con la situación.
—Depende de lo que abarque la expresión <<cualquier cosa>> —me aclaré la garganta y tomé valor. Me giré en mi lugar y lo miré de frente dándole la espalda a la ventanilla.
—Termina con Perrie.