Bajé las escaleras intentando recordar la letra de alguna canción de rock pesado que hubiese escuchado en un determinado momento de mi vida cuando la adolescencia me golpeó con fuerza. Me sumí en un agujero negro, literalmente negro. Y cuando digo literal es porque yo era el color negro, camisetas negras, pantalones negros, gruesas líneas alrededor de mis ojos negras, cabello negro. Mi vida era, literalmente, negra. The pretty reckless era una de las muchas bandas que había escuchado en aquella época, recuerdo que oí algunas canciones de Marilyn Manson. Ahora el simple recuerdo de aquel tipo con un ojo de cada color y los gritos que pegaba en canciones satánicas me ponía la piel de gallina. Una lejana y baja melodía llegó a mi mente y pude mantener un paso firme y decidido mientras tarareaba mentalmente y trataba de recordar la letra. Me dirigí a la cocina y un fragmento de palabras llegó a mi mente.
—Na, na, na. You make me wanna die —sonreí para mí misma y tomé el guante de cocinera para abrir el horno y cerciorarme de que la carne no se estaba quemando. Tiré de la bandeja con delicadeza mientras tomaba un cuchillo del cajón de al lado y hacia un pequeño corte en la carne para observar la cocción de la misma. Sentía el calor cerca de mi mano, intenté concentrarme, no quería acabar con una quemadura. No hoy, no esta noche.
—Lo que sea que estés por intentar no va a funcionar —su voz en mi oído derecho me sobresaltó y provocó que mi piel tocara la bandeja hirviendo. Quité la mano enseguida y lancé el cuchillo por el suelo lejos de mí mientras metía la bandeja dentro del horno y lo cerraba. Arrojé el guante sobre la mesada de mármol molesta y mire la palma de mi mano en la cual comenzaba a marcarse una circunferencia rosada.
—Mierda, mira lo que me has hecho hacer —murmuré entre adolorida y enojada. Subí mi mirada hacia la de Zayn y mantuve mi postura. Mis ojos reflejaban lo mismo que un vistazo al polo sur. Hielo. Un iceberg. Nieve. Frío. Ese era el plan, por ahora.
—Lo siento, ¿quieres que te bese la mano? Quizás con un beso mío se cura —su expresión burlona solo avivó mi enojo. ¿Acaso creía que podía pasar toda la noche fuera de la casa y volver como si todo estuviese bien? ¿Él pensaba que dándome una de sus estúpidamente seductoras sonrisas ladeadas iba a borrar el hecho de que se fue molesto y no volvió conmigo?
—Me pregunto cuántos lugares lastimados habrán besado tus labios —en mi voz había un deje de resentimiento, y tenía todo el derecho a estar resentida. Una parte de mi interior me decía a gritos que debía golpearlo, sin razón alguna. O quizás si había una razón y yo todavía no lo sabía.
—¿Estás molesta? —entrecerré los ojos y lo miré dándole a entender que no había necesidad de responder a su pregunta—. Creo que el molesto debería ser yo, me dejaste por correr hacia los brazos de Harry. Como siempre —reí con todo el cinismo que pude y lo miré manteniendo mi punto. No debía caer, no debía caer. Zayn era un experto en esto de la seducción, no debía ceder ante sus encantos. Debía recordar mi punto. <<Él pasó toda la noche afuera con quién sabe quién haciendo quién sabe qué. Eres su.. algo, tienes derecho a estar molesta>>. Pero ahí estaba el problema. Yo no era su novia, yo no era su madre ni su hermana. Yo no era nada en concreto para poder reclamarle algo a Zayn. Pero eso no iba a detenerme.
—¿Es esto una escena de celos? —bufó y al parecer le había contagiado mi humor. Probablemente ahora estaba molesto.
—Tómalo como quieras pero si vamos a intentar algo entre nosotros debes tener en mente que no te quiero tan cerca de Harry —lo miré boquiabierta. Esto <<definitivamente>> era una escena de celos.
—Es mi mejor amigo, lo conozco desde el jardín de niños. No voy a alejarme de él porque una parte estúpidamente irracional de ti cree que yo voy a engañarte con Harry. Si vamos a intentar algo entre nosotros debes comenzar a confiar en mí. En eso se basa una relación, en la <<confianza>>. Además, yo soy la que debe estar molesta —al diablo con el frío, el iceberg y toda esa mierda. Iba a decirle las cosas altas y claras para que entraran en su terca y bien peinada cabeza—. Te fuiste molesto y estuviste toda la noche fuera de la casa, no me llamaste. No me enviaste un mensaje. Estoy molesta, no. Molesta es chico para lo que siento. Estoy a punto de explotar de la rabia. ¿En dónde estuviste?
—Fui a beber algo por ahí, eso no importa —contestó intentando eliminar el tema de conversación pero no era su día de suerte. Una de mis características era la persistencia.
—¿A beber algo por ahí? ¿Así que te molestaste conmigo y en lugar de hablarlo fuiste y te embriagaste en el primer bar que viste delante de tus narices? Además de que no creo ni una palabra de lo que dices.
—<<Debes comenzar a confiar en mí, en eso se basa una relación>> —su mirada cínica y helada me atravesó por completo causándome un escalofrío y luego simplemente soltó un pesado y largo suspiro buscando algún lugar donde fijar sus ojos, para él cualquier lugar era preferible antes que mirarme a mí—. Por esto es por lo que odio las relaciones, siempre debo estar dando explicaciones de lo que hago.
—Bien, entonces te haré un favor si dejo de tener una <<relación>> contigo —volvió su mirada a mí y sus ojos dispararon una pregunta. <<¿Hablas enserio?>> y yo me estaba haciendo la misma pregunta. ¿Hablaba enserio? ¿Estaba terminando con Zayn? Y es que.. ¿habíamos comenzado realmente alguna vez? El timbre sonó con insistencia alrededor de tres veces aunque Zayn y yo nos negamos a cortar con el lazo visual. Termine rindiéndome y me encaminé hacia la puerta. Al abrir me encontré del otro lado con mis dos mejores amigas.. y un problema. Un enorme problema con cabello rubio y rostro aniñado. Danielle y Eleanor.. supongo que Christina esta vez, se abalanzaron sobre mí y me abrazaron sonrientes.
—Al fin las tres juntas —festejó Elle. Debería hablar con ella luego, ¿tendría que comenzar a llamarla Christina? Eso sería extraño. Luego de que saludé a Taylor también, ella y Danielle se adentraron en la casa dejándonos a mí y Elle un poco más atrás. Fruncí el ceño.
—¿Qué hace Danielle aquí? —murmuré recordando su trágica ruptura con Liam. Harry me había avisado que Danielle vendría pero pasé aquel detalle por alto. ¿Liam lo sabía?
—Fue duro convencerla de que viniera —por la tranquilidad y musicalidad de su voz terminé asegurándome de que era Christina con la que hablaba. O sea, mi verdadera mejor amiga. Talisha era solo esos momentos en que Eleanor parecía salirse de sus cabales y ser otra persona. Todo cobraba sentido, ella realmente era dos personas.
—¿Te contó sobre su ruptura con Liam? Realmente no puedo creer que esté aquí esta noche, cuando la vi la última vez parecía dispuesta a confinarse en las cuatro paredes de su apartamento y nunca más ver la luz del sol —bien, quizás exageraba. Danielle me llamó al día siguiente asegurándome de que estaba en sus ensayos de danza y hasta pude oír la música en el fondo, pero de todos modos mi mejor amiga estaba deprimida y yo lo había visto en sus ojos ese día.
—Sí, me contó. ¿Vas a odiarme por lo que voy a decirte? —la miré y elevé una ceja.
—Depende de lo que estés por decir.
—Bien, entonces mejor me lo guardo —la tomé del brazo y nos detuvimos a mitad del hall mientras que Danielle y Taylor se dirigieron al living. Miré a Eleanor y mis ojos decían más de lo que pude poner en palabras.
—Habla —ella suspiró y dejó caer ambos brazos a los lados de su cuerpo.
—Danielle cree que Liam la invitó y Liam no sabe nada de que ella está aquí.
—¿Danielle? —se oyó algo alta y alterada la voz del castaño. Ambas miramos hacia el pasillo y luego volví mi vista a Eleanor molesta con el ceño fruncido. Ella se encogió de hombros y me dio una sonrisa nerviosa.
—Bueno, al menos no lo sabía.. hasta ahora —bufé y caminé hacia el living. Esa era la Eleanor Calder que yo conocía. Metía la pata hasta el fondo en todo lo que estaba a su alcance pero sus intenciones siempre eran buenas. En este caso su clara intención era hacer de cupido y de salvavidas. Quería sacar a Danielle del pozo depresivo y volver a unirla con Liam. Al llegar al living me tomé unos segundos para analizar la escena. Danielle parada al lado de uno de los sofás donde supuse que estaba sentada hasta que Liam apareció, él se encontraba en el escalón que dividía el pasillo del living y un poco más lejos.. Taylor estaba sentada en el sofá.. pegada a Harry.. como si fuera una estampilla. Me di una bofetada mental y volví mi vista al impresionado y desorientado Liam Payne.
—¿Q-qué haces aquí? —balbuceó sin sacar su mirada de Danielle. Ella bajó la suya hasta sus dedos los cuales jugueteaban con el dobladillo de su blusa azul marino. Se aclaró la garganta y sus mejillas se incendiaron.
—Eleanor me dijo que vendríamos a cenar —miré de reojo a mi amiga y noté la tranquilidad que adoptó su rostro cuando Danielle no dijo nada acerca de su mentira piadosa—. Dijo que tú lo sabías y que querías verme —la voz de Dani era un susurro lejano en el lugar y ahora todas las miradas se dirigieron hacia Eleanor.
—Eso es mentira, Eleanor. ¿Por qué dijiste eso? —ella bufó y puso los ojos en blanco. Y aquí viene..
—Quise sacar a Danielle de su oscuro apartamento, que dejara atrás las lágrimas, los pañuelos descartables, las películas dramáticas y saliera a tomar aire fresco. Y a ti —dijo ahora señalando a Liam—, quise salvarte antes de que te metieras en la mafia británica, compraras una motocicleta y llenaras tu cuerpo de perforaciones y tatuajes. Juez, me declaro culpable. ¿Dónde están las esposas? —a su última oración le agregó un toque dramático y juntando sus muñecas elevó sus manos hacia adelante fingiendo estar arrepentida. No sabía si reír o golpearla. Lo que había hecho fue sumamente estúpido, Dani no estaba preparada para enfrentarlo y Liam aún no quería verla. Hablaría con ella luego, además de pedirle explicaciones acerca de su gemela diabólica y su razón para jugar con su identidad.
—¡Elle! —se oyó la voz feliz de Louis Tomlinson. Eleanor abrió los ojos y los enfocó en alguna parte de la escalera.
—¡Pinky Twinky! —exclamó Elle antes de correr hacia los brazos de su amado. Al parecer ella y Louis se querían de verdad. ¿Eleanor sabrá la aventura que su novio tuvo con Harry?
—¿Pinky Twinky? Es la cosa más cursi que he oído —su voz me heló la espina dorsal y tragué sonoramente mientras intentaba calmarme. Mierda, esto era incómodo. Liam no sabía nada del aborto de Danielle, eran exs y estaban justo uno enfrente del otro, Zayn y yo acabábamos de discutir y estábamos compartiendo la misma habitación sin dirigirnos ni una mirada, Harry estaba abrazando a Taylor y Louis abrazando a Elle, pero entre ellos hubo algo más que simple amistad. Y yo aquí, parada, sabiendo absolutamente todo y sin poder decir absolutamente <<nada>>.
—¡Hey! ¿Puedo unirme a la fiesta? —la voz cantarina de Niall irrumpió en la sala cortando el silencio. Todos nos dirigimos una mirada. Y cuando digo todos, es todos enserio. Había tantos secretos, tantas cosas que aún no sabía de ellos. Tantos enredos y ahí estábamos, fingiendo ser un grupo de amigos normal, teniendo una cena común y corriente. Bien, que siga la función.
—¡Claro! Pero antes de la fiesta, voy a necesitar que me ayudes con la cena —le hablé sonriente a Nialler siendo consciente de que mi sonrisa fue más coqueta que amistosa. Y también fui consciente de que Harry y Zayn habían visto aquello y para ninguno de los dos pasó desapercibida.
—No será problema, princesa —sonreí agradecida de que Niall me siguió el juego sin siquiera saber que lo hacía y ambos caminamos hacia la cocina. La noche apenas comenzaba, estaba segura que en cuestión de minutos la cosa iba a ponerse peor.