Abrí la puerta principal esperando encontrar caos, gritos y desastre por doquier pero en realidad ni siquiera tenía razones para esperar aquello. Quizás así estaba mi mente. No, permítanme corregir eso. Efectivamente así estaba mi mente.
—¿Hola? —pregunté en voz alta mientras colgaba mi abrigo en el perchero y me adentraba en la casa. Suspiré ya que al parecer estaba sola y me dirigí hacia la cocina. Encendí las luces y caminé hacia el refrigerador. Estaba buscando algo liviano para comer cuando de la nada dejé de ver. Fruncí el ceño en la oscuridad total y cerré el refrigerador molesta—. Enciendan la luz, no es gracioso —no veía absolutamente nada. Di unos torpes pasos hacia donde creía que estaba la barra pero antes de llegar unos brazos se aferraron en mi cintura y me taparon la boca. Forcejee con el extraño e intenté escapar pero fue inútil.
—No grites —susurró en mi oído y eso bastó para hacer que cada nervio de mi cuerpo cobrara vida. Su voz ronca y baja me acarició la piel descubierta del cuello y el oído dándome escalofríos—. Si gritas me veré obligado a secuestrarte de la forma convencional. Amordazada y atada, ¿oíste linda? —y solo en esta situación la idea de que me secuestraran sonaba tan sexy. Al segundo siguiente estaba colgando de uno de sus hombros y golpeando su espalda.
—Maldita sea, bájame Harry, ¡ahora!
—Puedes gritar todo lo que quieras —habló mientras comenzaba a subir las escaleras—. Pero por suerte estamos solos, ¿no es genial?
—¡Suéltame! —grité aún más fuerte—. ¡Ayuda! ¡Me están secuestrando! —pero realmente era inútil, nadie podía oírme y lo único que iba a conseguir era un fuerte dolor de garganta al día siguiente, así que me rendí aflojando mi cuerpo sobre su hombro mientras mis neuronas explotaban intentando descifrar a dónde me llevaba y para qué. Luego de unos minutos y de un abrir y cerrar de puerta mis pies volvieron a tocar el suelo. Me acomodé la ropa y me crucé de brazos mirándolo de la peor forma posible.
—No me mires como si no quisieras pasar tiempo a solas conmigo, __________ —me imitó cruzándose de brazos también y yo elevé una ceja.
—¿Y qué te hace creer que yo quiero pasar tiempo a solas contigo? —comenzó a acercarse pero yo no me inmuté. No demostraría debilidad, mis pies estaban clavados al suelo.
—Bueno, digamos que la última vez que pasamos tiempo de calidad juntos.. la pasamos bastante bien —suspiré y miré hacia otro lado caminando y alejándome de él. Si lo tenía demasiado cerca sabía que no podría resistirme y terminaría cediendo a sus encantos.
—Habla por ti, además no podemos estar juntos de ninguna manera, ¿o lo olvidas? —pregunté arrastrando mi mirada por su escritorio, sus cuadros, su cama perfectamente tendida. Mis ojos se tardaron unos buenos y largos segundos recorriendo cada pliegue de las sábanas, cada tonalidad de color, cada rizo del dibujo que decoraba los bordes..
—¿No te gustaría que la desarmáramos juntos? —maldito sea él y sus estúpidas frases calientes cuando yo estoy tratando de ser responsable y una buena persona. No quería que Harry perdiera su trabajo, no quería que abandonara su sueño, yo no lo valía. Pero a pesar de que mi mente tenía un rumbo, mis ojos no se despegaron de la cama. Cuando caí en la cuenta de aquello volví mi mirada hacia Harry y me arrepentí de no seguir viendo la cama. La distancia entre ambos era casi inexistente y su aliento mentolado y fresco chocaba con mi rostro como una brisa invernal. Sus manos viajaron hasta mi cintura y se acomodaron a la perfección como si fuesen dos piezas de puzzle fabricadas para estar unidas. De un leve tirón me pegó a su cuerpo y me vi a mi misma colgando mis brazos por sus hombros.
—Harry —supliqué en voz baja. Piedad, por favor piedad. Entonces cuando creía que iba a besarme haciéndome perder el control desvió sus labios hacia mi oído y me acarició el lóbulo de la oreja.
—Baila conmigo —fruncí el ceño aunque él no pudiera verme y reí levemente cuando su cuerpo comenzó a mecerse de un lado al otro lenta y acompasadamente moviendo el mío por igual.
—No hay música —avisé en un susurro similar al suyo para obtener un tarareo como respuesta de su parte.
—People say we shouldn't be together, we're too young to know about forever. But I say they don't know what they talk talk talkin' about. 'Cause this love is only getting stronger, so I don't wanna wait any longer. I just wanna tell the world that you're mine, girl —sentí como mis piernas flaqueaban y su cuerpo prácticamente se llevaba mi aliento. Su voz sonaba como un coro de ángeles y definitivamente sería mi perdición. Estaba perdida—. They don't know about the things we do, they don't know about the I love you's. But I bet you if they only knew they would just be jealous of us. They don't know about the up all night's, they don't know I've waited all my life. Just to fall in love it feels this right, baby they don't know about. They don't know about us —las palabras se arrastraban hasta mis oídos y me nublaban la mente. Sentía la melodía, aunque no era real podía oírla. Podía sentirla en mi cabeza sonando al compás de las palabras de él desbocando mi corazón.
—No quiero que dejes tu sueño, no voy a permitirlo —susurré casi sin energías, casi sin voluntad y lo único que obtuve a cambio fue una caricia en la parte baja de mi cintura dándome cosquillas.
—Just one touch and I was a believer. Every kiss gets a little sweeter. It's getting better, keeps getting better all the time girl. They don't know about the things we do, they don't know about the I love you's. But I bet you if they only knew they would just be jealous of us. They don't know about the up all night's, they don't know I've waited all my life. Just to fall in love it feels this right, baby they don't know about. They don't know about us —suspiré y cerré mis ojos dejándome llevar por sus pasos y su voz. Todo se veía tan irreal, todo parecía un sueño. Cuando quise notarlo mi espalda acariciaba las sábanas de su cama y su rostro estaba justo encima del mío. Se acercó y dejó un camino de besos desde la comisura de mis labios por mi mandíbula, bajando por mi mejilla y yendo directo hacia mi oreja—. They don't know how special you are, they don't know what you've done to my heart. They can say anything they want 'cause they don't know about us. They don't know what we do best, that's between me and you, out little secret.. será nuestro secreto, _______ —y fue lo último que logré oír con la mente en frío y conscientemente.
—Esto está mal —fue lo primero que dije luego de unos largos y bellos minutos de silencio. Pero si vamos al caso Harry sabía que yo odiaba el silencio y que no se me daba muy bien quedarme callada. Menos cuando mi mente iba tan rápido y estaba tan cargada de cosas. Su dedo índice bajaba desde mi hombro hasta la mitad de mi brazo y luego volvía a subir y volvía a bajar dándome unas cosquillas deliciosas.
—Deja de pensar por un segundo, __________ —suspiré y levanté mi mirada hacia su rostro deleitándome una vez más con sus rasgos. Su mandíbula marcada y masculina, sus pestañas cortas pero notables que adornaban sus bellos ojos. Sus labios, delgados y rosados. Las puertas del pecado. Observé un lunar justo en la curvatura de su cuello. Arrastré mi mano hacia allá y toqué el punto color marrón con mi dedo índice.
—No sabía que tenías un lunar ahí —sonrió con los labios sellados trayendo a la vida a sus hermosos hoyuelos y bajó la mirada hacia mi.
—Yo tampoco tenía idea, creo que ahora me ves desde un punto de vista diferente —entrecerré los ojos.
—No uses metáforas conmigo, Styles —me impulsé levemente hacia arriba y apoyé mis labios sobre su cuello justo encima del lunar dejando un beso antes de succionar dispuesta a dejarle una marca.
—Hey, hey, hey —dijo alejándome delicadamente. Sonreí mientras veía como la zona se ponía cada vez más roja y seguramente que en unas horas sería más que notable. Me miró y rió—. ¿Acabas de dejarme una marca?
—No.. —contesté sarcástica con una sonrisa.
—Oh ven aquí, maldita ninfa —lo siguiente fueron sus labios sobre cada rincón de mi piel besando, lamiendo y succionando haciendo que no pudiera dejar de reír y suspirar. Tres golpes en la puerta nos puso a ambos alerta haciendo que nos sentáramos en la cama de golpe. Nos miramos y los golpes volvieron a aparecer—. ¿Quién es? —preguntó en voz alta frunciendo el ceño y mirándome.
—Harry, soy Elena, ¿puedo hablar contigo un segundo? —abrí la boca sorprendida y miré hacia todos lados buscando una salida.
—Sí Elena, espera un segundo que acabo de salir de la ducha —me puse de pie, envolví la sábana a mi cuerpo y corrí hacia el armario metiéndome adentro. Cerré la puerta corrediza y la sostuve cerciorándome de que no se veía. Luego de unos segundos oí la puerta y los pasos de Elena y Harry dentro.
—¿Qué pasa, Elena? —pasos, pasos, pasos.
—Venía a preguntarte sí.. —silencio. Fruncí el ceño sintiendo como la sangre de mis venas llegaba a su punto de ebullición mientras pegaba la oreja a la puerta para poder oír mejor—, podremos seguir lo de esta tarde —abrí la boca sorprendida y le pedí al cielo que no fuera lo que yo creía. No, Harry no sería capaz. Nunca.
—Elena, yo —pero él no pudo acabar la oración. Silencio. Entreabrí la puerta apenas unos milímetros mirando hacia afuera y me encontré con la imagen de mi hermana besando a Harry. Juro por Dios que sentí el sonido de mi corazón rompiéndose. ¡Lo juro!
—Bien, pasaré después si no quieres ahora —le guiñó un ojo y salió de la habitación pavoneándose. Sentí como las lágrimas comenzaban a deslizarse por mis mejillas y no pude evitar querer romper algo. La puerta se abrió delante de mis ojos y su mirada se encontró con la mía.
—________ —comenzó pero no lo dejé terminar. Lo empujé a un lado y junté mi ropa del suelo—. _______, detente. No es lo que parece —lo fulminé con la mirada y reí con las lágrimas aún cayendo.
—¿No es lo que parece? Ese está muy usado, Harry. Intenta con otro —no encontraba mis bragas y sentí que la ira me carcomía desde adentro hacia afuera—. Agh, ¿sabes qué? Quédate con toda esta mierda —dije molesta arrojando mi ropa al suelo.
—________, por favor, ¿puedes darme un segundo para explicarte? —pidió en vano ya que no iba a permitírselo.
—No quiero oírte, Harry. Ya no más —salí de la habitación sin la dedicación de cerrar la puerta y caminé por el vacío pasillo hasta la mía donde entré y golpee la puerta con fuerza. Dejé caer la sábana quedando desnuda y me encerré en el baño. Abrí el agua caliente y me metí debajo de la lluvia de agua hirviente que en cuestión de segundos formó vapor en el lugar. Cerré mis ojos disfrutando del dolor y sintiendo como las gotas ardientes quemaban cada centímetro de mi piel. Froté suavemente mis brazos con mis manos pero luego esos suaves frotes fueron sustituídos por mis uñas clavándose en mi piel, intentando arrancar cada centímetro de piel que él había tocado. Me sentía sucia, me sentía usada.
—¿_________? —su voz llegó a mi como un leve susurro lejano. Estaba demasiado concentrada en la tarea de mis uñas sobre mi piel, tanto como para no notar que había entrado al baño y había corrido la cortina de la ducha—. ________, dios santo, estás quemándote —dijo metiendo una de sus manos dentro y cerrando la canilla.
—No Zayn, déjame. Debo lavarme, tengo que estar limpia —observé como mi piel enrojecida se volvía aún más roja bajo mis uñas.
—________, detente. Estás lastimándote, ¡basta! —alejó mis manos de mis brazos y me tomó por los hombros sacudiéndome levemente—. ¡Despierta! ¡¿Qué mierda sucede contigo?! —y entonces todo rastro de cordura se fue por el drenaje. Rompí en llanto desconsolado comenzando a temblar—. Ven aquí —susurró Zayn en un tono dulce y cálido. Me sacó de la ducha y tomó una toalla comenzando a secarme. Si no hubiese estado tan triste probablemente me habría dado verguenza que él hiciera algo así pero mi mente estaba demasiado ocupada repitiendo una y otra vez la escena de minutos atrás. Me cubrió por los hombros con la toalla y me llevó hasta la cama donde me sentó y se dirigió hacia mi armario. Revolvió algunos cajones y luego volvió con ropa interior. Me ayudó a colocarmela y se quitó la camiseta poniéndomela a mi—. Mucho mejor —murmuró pasando su brazo por mis hombros y acercándome a él.
—Gracias —susurré casi sin voz. Besó mi cabeza y frotó mi brazo con su mano provocando que soltara un quejido y una mueca de dolor se formara en mi rostro.
—Déjame verte los brazos, __________ —suspiré y estiré mis brazos hacia adelante dejando ver claramente la masacre que había hecho. Por empezar mi blanquecina piel estaba totalmente enrojecida y parecía que una manada de gatos habían afilado sus uñas ahí—. Linda, ¿qué fue lo que pasó? —abrí la boca para hablar pero el llanto salió antes de que pudiera decir algo. Me acercó más a su cuerpo con cuidado y me abrazó dándome la contención que necesitaba.
—N-no quiero hab-blar de eso —tartamudee entre sollozos aferrándome a su torso.
—Está bien, ¿quieres que te deje a solas? —negué efusivamente y lo sostuve aún más fuerte.
—No me dejes sola, Zayn. Por favor, no lo hagas —murmuré enterrando mi rostro en su pecho. Frotó mi espalda con suavidad y me sentí como en casa.
—Entonces no lo haré, no te dejaré si no es lo que quieres.
—Gracias de nuevo —y es que quizás estaba apuntando hacia el lado equivocado. Quizás Harry y yo no debíamos estar juntos, no era lo correcto. Quizás mi lugar pertenecía al lado de Zayn. Quizás con él debía quedarme después de todo.